El cohete español Miura 1 se prepara para su lanzamiento

El cohete espanol Miura 1 y su equipo de ingenieros.

Agencia SINC

Este sábado se ha realizado la presentación oficial de Miura 1, el primer cohete español, en su base de lanzamiento del Centro de Experimentación de El Arenosillo (CEDEA) que tiene el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) en la costa onubense, cerca de Mazagón.

El cohete lo ha desarrollado PLD Space, una joven compañía española con sede en Elche (Alicante) e instalaciones en Teruel, Huelva y Guayana Francesa, que ha logrado más de 60 millones de euros de inversión para impulsar su proyecto espacial. 

Junto a los fundadores de la empresa, Raúl Torres y Raúl Verdú, su presidente ejecutivo, Ezequiel Sánchez, el acto ha reunido al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la ministra de Ciencia, Diana Morant; la secretaria general de Innovación, Teresa Riesgo; el comisionado para el PERTE Aeroespacial, Miguel Belló; el director general del INTA, el teniente general Julio Ayuso Miguel, entre otros.

“Progresamos cuando apostamos por el poder de la ciencia y del conocimiento, para construir una sociedad más próspera, autónoma y avanzada”, ha destacado el presidente del Gobierno, además de recordar “que no hace demasiado tiempo la idea de una industria aeroespacial potente y competitiva en España parecía una quimera, pero hoy nadie puede negar que se trata ya de una realidad”.

PLD Space empezó a trabajar en este proyecto hace 12 años, y según Verdú, ahora “nuestro cohete suborbital Miura 1 servirá para demostrar más del 70 % de la tecnología del lanzador orbital sostenible Miura 5 del que, antes de finalizar la década, ofreceremos más de 14 lanzamientos anuales. Su coste es competitivo gracias a la internalización de la fabricación de todos los subsistemas y nuestra tecnología de recuperación y reutilización”.

Campaña de vuelo de prueba de MIURA 1

Con esta presentación pública, ha arrancado la campaña de demostración de vuelo del cohete suborbital. El siguiente paso tendrá lugar en el hangar de la compañía en El Arenosillo, donde se llevarán a cabo los trabajos de mantenimiento y preparación para el lanzamiento, que incluyen desde pruebas de presión hasta carga de propelentes. Cuando terminen estas tareas, se procederá al montaje en la rampa y a su traslado a la cercana base de lanzamiento en Médano del Loro. 

Ya en la plataforma desde la que volará Miura 1, se efectuarán ensayos para certificar que el cohete está listo para vuelo. Uno de los más críticos será la prueba de carga completa de propelentes, que incluye todas las etapas del lanzamiento previos al encendido de motor.

Posteriormente, se realizará el ensayo definitivo: la prueba estática de fuego, donde se encenderá el motor del cohete durante cinco segundos y servirá para poder dar luz verde al lanzamiento. En este momento, el INTA y PLD Space formalizarán la revisión formal de vuelo, que oficializará la preparación de Miura 1 para su primer lanzamiento. 

Pero antes del vuelo será el turno de la integración de la carga de pago en la cofia del cohete. El microlanzador demostrador transportará un experimento del Centro Alemán de Tecnología Aplicada y Microgravedad (ZARM), perteneciente a la Universidad de Bremen, con el objetivo de verificar en condiciones de microgravedad algunas de las tecnologías que esta institución científica ha creado para la industria espacial.

Entonces sí, habrá llegado el momento y se procederá a formalizar el hito entre INTA, PLD Space y el resto de los equipos implicados para autorizar el vuelo: la revisión formal de lanzamiento. 

Desarrollo del vuelo de prueba

Durante abril y mayo, PLD Space dispone de distintas ventanas de vuelo de Miura 1 concedidas por el Ministerio de Defensa de España. Además de la seguridad de la zona, el lanzamiento está sujeto a la disponibilidad del propio cohete y a las condiciones meteorológicas, ya que se requiere de una velocidad del viento en superficie inferior a los 20 km/h, una atmósfera calmada de vientos en altura y ausencia de potenciales tormentas en las proximidades.

“Si durante el procedimiento del lanzamiento, que dura unas 10 horas, se detecta un mínimo factor de riesgo, se abortará la operativa de ese día y se iniciará de cero la próxima ventana de vuelo”, explica Torres, que aclara: “Siempre vamos a preferir retrasar el vuelo a acabar con un cohete despiezado”.

Todo ello implica que la compañía maneje un margen de oportunidades de vuelo entre abril y mayo, un rango que entra dentro de lo habitual en el sector de los lanzadores espaciales. “Nuestro objetivo es conseguir un hito para España y Europa, pero aún tenemos todo por demostrar”, concluye Ezequiel Sánchez.

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