La Federación de Servicios Públicos de la Unión General de Trabajadores (FSP-UGT) pidió hoy a la ex concejala de Personal, Nuria Lesmes, que pague de su bolsillo los 1.500 euros a los que el Juzgado de lo Social número 3 de León ha condenado al Ayuntamiento de León por vulneración de derechos sindicales por una decisión “personal” adoptada por la ex edil de impedir la celebración de varias asambleas de trabajadores en junio de este año, decisión que el sindicato considera fruto de una “persecución” de la concejala por su “prepotencia y soberbia” y que les causó un claro perjuicio por impedirles aquellas reuniones en plenas elecciones sindicales en el Ayuntamiento.
La sentencia, que el Ayuntamiento podría recurrir aún, condena a la Administración leonesa a pagar 1.500 euros, al tiempo que decreta la “nulidad radical” de aquella prohibición de celebración de asambleas en horario laboral. El juez establece que la indemnización de esta cuantía se deberá pagar a UGT “por los daños materiales y morales causados”. Un dinero que el responsable de la FPS-UGT de León, Nicolás Sanz, avanzó que “como siempre hacemos, entregaremos a una ONG de León”.
Pero Sanz cree que “los leoneses no deben ser los perjudicados” pagando desde el Ayuntamiento la cuantía de la indemnización sino que reclama que “Nuria Lesmes tenga la misma osadía” que tuvo en su “persecución” al sindicato “para dirigirse ahora al Ayuntamiento y a los ciudadanos, y que ella misma abone los 1.500 euros, porque se trató de una decisión personal que sabía que no podía adoptar”, máxime cuando ella misma como responsable de Régimen Interior había sido la encargada de reglamentar la delebración de este tipo de asambleas dentro del horario laboral.
El sindicato censuró hoy en rueda de prensa que “el comportamiento de esta concejala con UGT siempre ha sido de inquina” desde que esta central sindical consiguiera paralizar por sentencia del TSJCyL varios despidos bajo su mandato y valoran que “aquella prohibición” por la que ahora resulta condenado el Ayuntamiento “fue cuando más daño nos hacía”. “Como no nos plegamos a sus intereses personales, desde entonces tuvo fijación fuera de lo normal con este sindicato”, recordó Sanz, quien recuerda lo categórico de una sentencia que dictamina que la actitud “carece de sentido común y de sentido jurídico”.