17 años después de anunciarse a bombo y platillo y ahora dos años más tarde de diseñarse y ponerse plazos y presupuestos oficiales definitivos, la Plataforma Logística Intermodal de Torneros-Grulleros, esperanza vital para un futuro económico de la provincia basado en la industria y los transportes, sigue siendo un auténtico erial.
El único avance real en todo este tiempo, ahora en manos de la empresa pública de suelo Sepes, es que por fin ya son de titularidad pública los terrenos necesarios para el desarrollo del esperanzador espacio industrial y logístico prometido por el Gobierno central. Ha culminado al menos el proceso de expropiación y registro que permite completar la propiedad de las 198 hectáreas que suma el espacio y dentro de las que ejecutar, una a una, las cuatro fases diseñadas para acabar poniendo en el mercado 821.216 metros cuadrados de suelo urbanizado distribuido en 173 parcelas para el asentamiento de empresas del sector.
En cambio es esta última parte, la del interés empresarial, la que el Ministerio asegura que no acompaña, que no se está materializando, aduciendo que es lo que finalmente lastra la ejecución material de Torneros. No parece constar una sola compañía dispuesta realmente firmar un compromiso de asentamiento con el desarrollo de este área, entre otras cosas porque tendría que esperar el tiempo necesario para comenzar a ver ejecutados y en pleno servicio los viales, servicios básicos, aparcamientos y naves.
Por eso, aunque el entonces director general de Sepes, Fidel Vázquez, y la entonces delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, comprometieran en octubre de 2022 un escenario a sólo un año para ver las primeras obras y el arranque de los primeros 25 millones de inversión, Torneros sigue siendo un auténtico desierto, un solar agrícola rústico, un paisaje yermo.
Por el camino, se han unido la inacción administrativa, la mala suerte -hasta quedó desierto un concurso básico y esencial para el primer suministro eléctrico de la zona, al que se presentó una sola empresa para después renunciar- y también la batalla institucional entre el Gobierno central y el de la Junta de Castilla y León por liderar el empuje empresarial de los espacios industriales y logísticos.
Fruto de esa confrontación, la partida la va ganando con creces la Junta de Castilla y León y su proyecto apadrinado en la provincia, el del polígono de Villadangos del Páramo. Asegura el Gobierno autonómico que ya hay compromiso de asentamiento para el 60% de la nueva superficie de Villadangos, para la ampliación que duplica el espacio y cuyas obras se están acometiendo a buen ritmo. Una de esas empresas ya comprometidas será la multinacional alemana Lidl, cuya plataforma logística se había anunciado primero para Torneros, pero cambió de opinión y se sumará en Villadangos a otras grandes empresas con sus centros de distribución para todo el noroeste, como Mercadona o Decathlon.
Tampoco se sabe si se mantiene el interés que inicialmente mostró hace casi tres años un grupo de seis empresas del sector de la provincia leonesa por instalarse en la Plataforma Logística de Torneros, con la expectativa de crear hasta 600 empleos, porque en todo este tiempo, y viendo que no ha habido apenas avance, nada se ha vuelto a saber.
Igualmente en el aire, pero con una apariencia de mayor lejanía conforme avanza el tiempo, por la falta total de noticias al respecto, está la garantía de la intermodalidad de Torneros si finalmente se ejecuta la plataforma, es decir, la compaginación del transporte por carretera con el ferrovario. Y es que ni siquiera se conoce nada sobre el compromiso lanzado en su día del traslado de los talleres de Renfe actualmente ubicados en San Andrés del Rabanedo a Torneros, una decisión que depende de la compañía de trenes y del estudio de viabilidad que hace dos años se aseguró que se estaba realizando.