Tirar tres fachadas protegidas de Rúa le cuesta 2.400 euros a León y 10.000 a la constructora, y además recurribles

Menos de 13.000 euros, y de ellos menos de 2.500 al Ayuntamiento de León, costará en multas de Patrimonio de la Junta el polémico derribo en tiempo récord y sin previo aviso formal de tres fachadas situadas en el centro de León, en pleno Casco Histórico y protegidas por estar al pie del Camino de Santiago.

El derribo tuvo lugar a principios el pasado mes de febrero. a raíz de la aparición de indicios, según la constructora del solar contiguo, y el Consistorio leonés, de posibles desprendimientos y a la postre peligro para los viandantes, toda vez que el tráfico ya se había restringido. De este modo, desaparecieron en unas pocas horas las fachadas de tres inmuebles que permanecían durante meses apuntaladas, porque la Junta de Castilla y León ordenó mantenerlas por afectarlas la protección del Bien de Interés Cultural que es el Camino de Santiago.

Pocos días después, al comprobar que, como es obligatorio por la Ley de Patrimonio autonómica, no les había siquiera notificado de los hechos ni el Ayuntamiento ni tampoco la constructora de la enorme promoción de 30 viviendas, 71 plazas de garaje, trasteros y un amplio local comercial entre La Rúa y la plaza de San Marcelo, la Delegación Territorial decidió abrir un expediente sancionador.

La resolución final propone una multa de 2.400 euros al Ayuntamiento de León (la cifra es la que admite el Consistorio pero la Junta habla de 3.000), a quien se le atribuye una falta considerada leve, y otra de 10.000 euros al promotor de las obras, Lino Casquero, por falta grave, amparándose el artículo 84 de la Ley de Patrimonio Cultural de Castilla y León. La decisión final ni siquiera es firme y se puede interponer contra ella un recurso de alzada ante la Dirección General de Patrimonio ya en la Consejería de Cultura en Valladolid.

El Ayuntamiento ya anuncia recursos por doquier

Aferrándose a ello, los servicios jurídicos del Ayuntamiento leonés ya han anunciado de manera inmediata que recurrirán administrativamente primero esa multa por el derribo de las fachadas de los números 16, 18 y 20 de la calle La Rúa y si se desestimara por la vía del contencioso administrativo. Y es que en palabras del concejal de Desarrollo Urbano, Luis Miguel García Copete, es una decisión “totalmente injusta e injustificada”.

y es que sobre la falta de comunicación oficial del derribo, defiende que “la actuación municipal se limitó a constatar la existencia de un peligro real, cierto e inminente de derrumbe”, lo que “obligó” al derribo controlado de las fachadas a la mayor brevedad posible para garantizar la seguridad de los viandantes y residentes de los inmuebles cercanos“, lo cual, sin embargo, no exime de haberlo notificado, y eso que se podía haber hecho sin problema pasado ya ese derribo, pero no se llegó a realizar nunca. Aún así, el equipo de Gobierno insiste en el argumento de que ”primó la seguridad de las personas“.

Aún más, al hilo de esta polémica, el concejal trata de dar la vuelta al argumento para ejemplificar con este caso que a su juicio esta sanción permite “seguir comprobando las trabas, retrasos y la falta de colaboración que desde la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León sufrimos en las obras municipales, especialmente en aquellas que están vinculadas a nuestro patrimonio histórico”.

El precedente del 'mamotreto' de San Marcelo

Hay que recordar que estos procesos ni son nuevos ni se resuelven rápido. Todavía no consta que se haya culminado el litigio a causa de la instalación del bautizado como ''mamotreto', unos grandes veladores cubiertos no muy lejos de La Rúa, en la misma Plaza de San Marcelo, instalados por el restaurante Marcela con el visto bueno municipal, un caso que desveló ILEÓN.

La Junta no opinó igual y también acabó sancionando, por afectar también al Camino de Santiago. Tras varios recursos, la multa se pagó, aunque la empresa y la Junta han ocultado en ese caso la cifra, y también se ordenó la retirada de los veladores, a los que los empresarios llevaban meses sacando partido económico a diario. Y a día de hoy, camino de dos años después, allí continúan en pleno centro patrimonial y turístico de la ciudad.