El 't-drone', la solución de vigilancia diseñada en León que podría haber evitado los robos de cobre en el AVE

A la altura del poste se ve un 't-drone' de la empresa leonesa Telice con una cámara de vigilancia.

Jesús María López de Uribe

León —

Mientras el Gobierno se zafa como puede de la polémica de los retrasos en el AVE, aumentadas hace unos días por un robo de cableado de cobre en una zona no vigilada en Toledo de la línea de alta velocidad Madrid-Sevilla, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) ignora desde hace casi cinco años la innovación desarrollada por la empresa leonesa de alta tecnología ferroviaria Telice que podría haber evitado estos hechos, denominados como “un sabotaje” según el ministro Óscar Puente.

Una opinión que va en contra de la que muestran la mayoría de expertos ferroviarios –que lo consideran más bien un robo puntual–, pero que sí muestra los problemas a los que se ve expuesta la infraestructura eléctrica del ferrocarril en zonas no vigiladas, sobre todo porque puede afectar a los sistemas de señalización de los trenes y gravemente a la seguridad de los viajeros.

Un delito, el saqueo de cableado de cobre, que se ha dado en muchas más líneas: también en las convencionales, en los Cercanías y en las Rodalíes catalanas debido a la falta de plantilla de las fuerzas de seguridad del Estado en las zonas rurales de la España Vacía, que impide abarcarlo todo. Y que tampoco se puede cubrir tan fácilmente con los planes previstos por ADIF de mantener una flota de drones convencionales, que son en esencia vehículos autónomos voladores. Este programa tiene varias desventajas fundamentales: por la carga de las baterías estos aparatos no pueden estar en vuelo constantemente; habría que contratar decenas de pilotos formados en este tipo de aparatos con una legislación específica, mecánicos y mantener una serie de bases aéreas con hangares para su recarga.

La solución simple de Telice: un dron por 'cable'

Muchas veces el recurso más útil para un cometido complejo es la solución más sencilla. La experiencia en innovación de la compañía leonesa Telice le hizo ver que la propia infraestructura ferroviaria sería perfecta para su t-drone, un pequeño dron que, en esencia, se mueve corriendo por un cable sujoeto a la estructura de la línea aérea de contacto necesaria para que los pantógrafos de los trenes tomen la corriente de las catenarias.

Es decir, que aprovecha la estructura metálica entre los postes para el cableado para circular por ellos, con una cámara que puede observar cualquier movimiento, o incluso detectar averías en el sistema. Y con la ventaja de que no necesita 'alojarse en un hangar' para alimentar sus baterías, ya que podría tomar la electricidad que llega a otros servicios en las vías del tren para estaciones de recarga dispuestas en postes distribuidos a lo largo de su recorrido.

La filosofía de 'Tecnología sobre el terreno' de esta mediana empresa familiar situada en el polígono industrial de Onzonilla en León le ha hecho repensar muchas soluciones técnicas como el sistema automatizado de medición de geometría de catenaria T-Cat. Y también está en su ADN financiar con su política de Responsabilidad Social Corporativa laboratorios makers como Fab Lab León, donde llevan más de una década planteando 'cómo fabricar cualquier cosa' y ahora lo harán en el nuevo de Ponferrada gracias a su Fundación tMA. Es una compañía acostumbrada a innovar y a aprender de lo que le rodea, observando con el ojo de intentar siempre probar cómo se hacen las cosas, por pequeñas y poco del sector ferroviario que parezcan gracias a la filosofía de Neil Gershenfeld, el director del Centro de Bits y Átomos del MIT (el Instituto Técnico de Massachussets) que dirige el Fab Academy e inventó el concepto de Fabricación Digital.

Así, el 't-drone', es en esencia, lo mismo que las cámaras que corren de lado al lado de los estadios por cables sobre el terreno de juego que tanto han hecho por las espectaculares retransmisiones deportivas, pero aplicada a la infraestructura ferroviaria por la que correría este dron 'no convencional'.

Así, un 'enjambre' de estos pequeños t-drones dispuesto en tramos (que pueden recorrer ida y vuelta) consecutivos podrían cubrir la vigilancia de esos puntos desatendidos en medio de la nada desde un centro de control. Y éste podría avisar a la Guardia Civil de invasiones de la plataforma ferroviaria. Y, de paso, crear empleo tanto en el mantenimiento como en los operarios que vigilarían los monitores. Por no decir que en un futuro pudieran ser mejorados con Inteligencia Artificial para automatizar las labores de detección de amigos de lo ajeno.

Prevención de intrusiones, sabotajes o daños

El 't-drone' fue específicamente desarrollado por Telice al detectar algo bastante evidente: que “las infraestructuras lineales, como ferrocarriles, redes de telecomunicaciones o líneas eléctricas, plantean el desafío del monitoreo remoto de su condición y entorno”.

Por ello se dedicó a abordar específicamente esas cuestiones desde una mirada lo más simple posible. Tan fácil como aprovechar la infraestructura que sostiene la catenaria que permite a los trenes circular, teniendo en cuenta que la plataforma ferroviaria dispone de electricidad y de telecomunicaciones propias. Así, los dos puntos principales en los que se puso a trabajar sería la “vigilancia ambiental de infraestructuras para prevenir intrusiones, sabotajes o daños” mediante la “inspección visual del estado de las infraestructuras”. Con una tercera cuestión implícita: evitar los inconvenientes de los drones voladores.

Mayor seguridad en todo tipo de instalaciones

Con estos principios desarrolló este pequeño dron con rodamientos para moverse por una estructura cableada –o de un pequeño raíl en altura sujeto de poste a poste– que puede llevar tanto una cámara como diversos sensores. Y que no necesita volar.

Una solución, el 't-drone', que también podría usarse para espacios cerrados, colocando cableado en un circuito determinado, o para zonas delimitadas como polígonos industriales o incluso instalaciones sensibles (como bases militares), ya que su principal característica es que mantiene la alimentación eléctrica para moverse de adelante a atrás en la zona que alcance la estructura cableada.

Esto, no sólo evita tener que establecer una base de mantenimiento para los drones convencionales, sino también accidentes ya que, al ir colgados, no caen al suelo por errores de vuelo o por falta de baterías. Es decir, que este pequeño aparato se ha diseñado “sin riesgo de caída sobre personas, material rodante o activos”. Todo ventajas.

Una solución 'perfecta' ignorada por ADIF

Sin embargo, ADIF ha preferido trabajar con drones convencionales, los llamados UAV [de las siglas en inglés Unmmaned Aerial Vehicle, o VANT, 'Vehículo Aéreo No Tripulado' en español], ignorando las posibilidades del 't-drone' de Telice, que no requiere para su manejo de especialistas que han de recibir formación y cursos de vuelo, ni de un mantenimiento excesivo ni de un 'hangar' con bases de recarga de baterías para volar.

Todo, pese a ser el pequeño dron por cable de la compañía leonesa un aparato diseñado de forma natural en el ecosistema ferroviario para vigilar las líneas férreas. Más barato, dedicado y seguro para poder mantener la seguridad y la integridad de los viajeros españoles de Alta Velocidad. Y conocer de su existencia la Administración de Infraestructuras Ferroviarias desde 2021 cuando Telice comenzó a promocionar la idea.

Otro claro ejemplo de que, por lo que sea, la innovación de los ingenieros españoles suele ser ignorada por las autoridades de España. Algo que se repite demasiado a lo largo de la historia de este país y que, quizás, con la falta de plantilla de agentes de la Guardia Civil para vigilar las zonas rurales y los problemas que está dando el robo de cobre en retrasos, dejar tirados a los viajeros de la alta velocidad ferroviaria y mala imagen del país, debería poder solventarse fácilmente con ingenios como éste 'made in Spain'.

La solución al problema de la vigilancia de las líneas ferroviarias españolas parece clara con este aparato de fabricación patria. Salvo que haya que superar otras causas que no sean tecnológicas. Aunque eso tiene otra simple solución: se haría con voluntad política.

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