Según el Sindicato Veterinario de Castilla y León (Sivecal) el cierre de 29 unidades veterinarias en Castilla y León “respondiendo a criterios de eficiencia económica, reordenación y optimización de los recursos humanos y mejora en la prestación del servicio” es paradójico ya que en este momento hay más actuaciones que nunca y consideran que la reordenación propuesta no es real y sólo responde a una optimización calculada sobre simples datos numéricos.
Según el sindicato actualmente muchas unidades veterinarias tienen sobrecarga de trabajo y la solución no pasa por el cierre de algunas y la redistribución de su personal en otras sino “por la dotación de más personal en aquellas unidades en las que se llevan a cabo un mayor número de actuaciones”.
Según los datos de este sindicato las unidades veterinarias de Castilla y León sanearon en 2012 el 35,13% de las explotaciones ovinas/caprinas, el 23,42% de las bovinas y llevaron a cabo otras 23.342 actuaciones veterinarias.
Consideran que las unidades veterinarias son unidades administrativas de vital importancia para el mantenimiento del medio rural ya que desde ellas se facilitan gestiones administrativas a los ganaderos o actuaciones en materia de salud pública y seguridad alimentaria que afectan a todos los ciudadanos. “La proximidad de la unidad veterinaria a su zona de actuación ejerce una influencia positiva en el control oficial y en sus resultados, y en definitiva, en la calidad del servicio sanitario prestado” afirman desde el sindicato de veterinarios.
Sivecal rechaza el cierre de las unidades “por entender que esta medida no puede justificarse desde criterios de eficiencia económica y de personal, ya que no va a suponer ni un verdadero económico ni una optimización de recursos humanos, y por el contrario va a tener como consecuencia el desmantelamiento de las pocas estructuras administrativas que quedan en el medio rural y la disminución de la calidad en la prestación de los servicios sanitarios.