¿Qué fue de la Región Leonesa?

Un mapa con las regiones de León y de Castilla La Vieja.

Miguel Ángel Diego Núñez

Todos los interesados en el regionalismo leonés conocen los trabajos de Juan-Miguel Álvarez Domínguez sobre la reivindicación estatutaria en la submeseta norte en los años treinta. Sus aportaciones son interesantes y sus comentarios de gran importancia. Llama la atención éste, de gran calado, contenido en una nota de su artículo 'La regionalidad o birregionalidad de Castilla y León en el discurso identitario de 1936 (I)', publicado en 2019:

“La ausencia, la omisión de la noticia, es una de las herramientas más notables que se ha tenido en los medios de comunicación para restar importancia a unos determinados hechos, o para ejercer una autocensura que los oculta. Y a nivel de la reconstrucción del pasado, puede llegar a ser un arma mucho más efectiva que el ataque o la crítica negativa, pues al ignorarla, se la está excluyendo del registro histórico”.

La apreciación es exacta y nos remite a la invisibilización por los medios de comunicación, al igual que por los medios académicos, de las reivindicaciones regionalistas leonesas, incluso de la misma Región Leonesa y de los autores que las mantienen y expresan. Un ejemplo paradigmático lo constituye la ocultación o banalización por los medios de la manifestación pro-autonomía leonesa, que tuvo lugar el 4 de mayo de 1984 en la ciudad de León. Basta consultar las hemerotecas.

La Región Leonesa triprovincial y el regionalismo leonés, cultural y político, manifestados a lo largo de los siglos, han sido ocultados y tergiversados infringiendo el “derecho humano a la verdad” que tiene el Pueblo Leonés:

“El conocimiento de los pueblos de su verdad y de la historia de su opresión forma parte de su patrimonio, por lo que el 'deber de recordar' que incumbe al Estado debe estar encaminado a preservar del olvido la memoria colectiva y evitar que surjan tesis revisionistas y negacionistas que perpetúan la impunidad en el futuro. Hacer memoria es reconstruir el pasado desde el presente y para el futuro”.

Desde hace décadas, se quiere imponer la idea de que la Región Leonesa desaparece en la Edad Moderna pese a las numerosas pruebas que lo desmienten y todo lo leonés queda reducido a la provincia de León. ¿Desaparece la Región Leonesa Histórica? ¿Y la Cultural? ¿La Lingüística extendida desde Asturias hasta Huelva? ¿La folklórica con sus cantos y trajes? ¿Y la económica, agrícola, la de vías de comunicación...?

Regionalismo que sobrepasa la provincia de León

Existe un regionalismo leonés que sobrepasa la provincia de León, se extiende a la región triprovincial y se manifiesta tanto en la provincia de León como en las de Zamora y Salamanca, hunde sus raíces en el Reino de Asturias con manifestaciones hasta la hora presente. Otra cosa es que se haya pretendido ocultar, enmascarar o tergiversar esa continuidad, a la vez que convertir las tres provincias leonesas en totalmente castellanas. Baste un ejemplo, Royo Villanova en 1933 llega a afirmar que “la unidad nacional y la lengua castellana habían nacido en León porque León es el pueblo de más recio y puro castellanismo”.

Los regionalistas leoneses tenemos un trabajo por delante verdaderamente difícil al analizar las fuentes: ¿Cómo informarnos de lo que no se nos está informando? ¿Cómo reconstruir junto con el evento lo que el poder hegemónico silenció? ¿Cómo llenar esos vacíos deliberados y revelar la falsa transparencia de los textos?

La empresa resulta titánica teniendo presente que la manipulación histórica y la castellanización de la Historia puede retrotraerse al siglo X, a la heroización del Cid, a la marginación de Alfonso IX y la exaltación del castellano Alfonso VIII, en la que tanto papel tuvo Rodrigo Jiménez de Rada.

Lo lamentable es que la castellanización o castellanoleonesización de lo leonés, en las tres provincias leonesas, se haya agravado por la acción de los poderes pre-autonómicos y de la comunidad castellanoleonesa hasta extremos casi inconcebibles, de lo que son buena muestra la actividad de la Fundación Villalar (transmutada en Fundación Castilla y León) y la educación manipuladora de los más jóvenes ejecutada por la Junta, denunciada reiteradamente.

La Comunidad castellano-leonesa es una imposición anticonstitucional, que ha convertido a la histórica Región Leonesa triprovincial en una región subordinada a la región de Castilla la Vieja, mutilada de Santander y Logroño, sometida a un régimen no de igualdad sino de subalternidad, de sumisión y dependencia, dominada en lo político, lo económico, lo cultural, etcétera, totalmente anulada.

La subalternidad se revierte con la emancipación y la autonomía, terminará cuando seamos capaces de decir ¡basta ya!, cuando comencemos a ejercer nuestros derechos denunciando que nos ha traído hasta aquí una supuesta democracia viciada y trucada que no respeta la Constitución, ni los derechos de la Región Leonesa ni los del Pueblo Leonés.

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Miguel Ángel Diego Núñez, autor del libro 'Regionalismo y regionalistas leoneses del siglo XX (una antología)

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