Quince años después de la última, la ciudad de León tendrá una nueva ordenanza municipal que regule las terrazas de la hostelería, que han crecido como la espuma en este tiempo y provocado una creciente tensión entre el sector y los vecinos de los barrios más afectados.
En el Pleno celebrado hoy en el Ayuntamiento, el nuevo texto que será la 'ley' municipal para regular estos espacios públicos ha obtenido el respaldo total y unánime de todos los grupos políticos municipales, desde el PSOE que gobierna y lo propuso hasta el Partido Popular (PP), Unión del Pueblo Leonés (UPL) y Vox en la oposición, después de que no pocas de sus respectivas propuestas fueran admitidas.
Pero esa unanimidad no se refleja en la calle, al menos según se vivió en el salón de plenos, porque aprovechando una fórmula muy inusual del reglamento de participación, tomaron la palabra pública por un lado una asociación de vecinos del Casco Histórico de la ciudad y por otro la organización empresarial Hosteleros de León para manifestar sus diferencias.
Fueron los primeros, León Típico, quienes más críticos se manifestaron con la nueva ordenanza, advirtiendo de su posible “ilegalidad” e incluso de que “puede llegar a constituir un presunto delito de prevaricación”, expresó su presidente, Adelino Gago Fernández.
En contra de esa visión, el presidente de la patronal de los hosteleros, Óscar García, defendió que el sector es “una de las mayores fuentes de ingreso para la ciudad”, además de “una parte esencial de su identidad”, por lo que vio necesario “equilibrar la actividad hostelera con la convivencia” vecinal “porque nos necesitamos el uno al otro”, viendo necesario “el diálogo entre todos mediante una cultura de respeto y cooperación que permita una coexistencia”. Es decir, que García, al contrario que los vecinos allí presentes, no se manifestó en contra del texto.
Hay que recordar que entre las principales novedades resumidas destacan por ejemplo la decisión de mantener para siempre las llamadas 'terrazas Covid', es decir, las que nacieron en la pandemia situadas en plazas de aparcamiento de las calles cuyos establecimientos no disponen de otros espacios, terrazas que no se mantienen en la mayor parte de las ciudades equiparables a León como Burgos, Salamanca, Oviedo, Segovia, Valladolid e incluso Madrid, que han abogado por ponerles fin.
También se amplía de 1,50 a 1,80 metros el paso peatonal obligatorio que hay que dejar en las aceras para los peatones entre diferentes terrazas; se impone que ninguna terraza podrá ser mayor que la superficie interna del local al que pertenece; la obligatoriedad de que cada mesa cuente con recipientes a modo de papelera cubiertos para mayor limpieza y menos presencia de palomas; la desaparición de calefactores de bombona de gas y la prohibición también de televisores en el exterior o mirando hacia la terraza, igual que los equipos con música externa. Horarios de apertura y cierre por estaciones y régimen de sanciones con diferente grado de dureza contra bares, cafeterías, restaurantes y pubs incumplidores completan la norma.
La concejala de Comercio, Consumo y Fiestas, Camino Orejas, defendió que la norma cumple el objetivo principal “la plena accesibilidad, mayor seguridad, mejor limpieza y coherencia estética en el conjunto del municipio”, agradeciendo la disposición y aportaciones de los grupos de oposición para acabar apoyándola. Y aquellos resaltaron y aplaudieron la disposición de negociación del equipo de Gobierno.
Algunos importantes cambios
Fruto de ese proceso se introdujeron importantes cambios que modificaron el texto inicial, para llegar a otro aprobado inicialmente hoy en el que los cambios fueron más favorables a las peticiones vecinales que a la de los hosteleros. Así, se prohibirá que los veladores tapen monumentos, como pasa en la Plaza de San Marcelo, y las terrazas 'de carretera' sólo podrán suprimir uno de cada cinco aparcamientos situados enfrente del establecimiento en el centro (una de cada cuatro en el resto de la ciudad), cambio este que Vox admitió que hizo cambiar su oposición inicial a la ordenanza.
Pero a cambio, también la norma introdujo compensaciones más suaves para los hosteleros, como que no estén obligados a instalar sonómetro o que las infracciones puedan prescribir, incluso algunas acumuladas en el tiempo. También se cambiaron porcentajes máximos de ocupación de determinadas plazas emblemáticas, tras afearse inicialmente la sobreexplotación de algunas como la Plaza Mayor.
En su último turno, y tras las intervenciones externas de vecinos y empresarios, el alcalde de León admitió que “es muy difícil conciliar los intereses de absolutamente y quiso destacar que el Consistorio exigirá el cumplimiento estricto de la nueva normativa una vez que entre en vigor, para lo que habrá un periodo de adaptación”, entre otras cosas porque “requerirá de inversiones y contrataciones” por parte de los empresarios.
Pero los vecinos, respetuosos a pesar de manifestar algunas quejas durante la sesión plenaria, lamentaban que lo que “podría suponer un buen comienzo” a su juicio “agrava más los problemas del Casco Histórico” de la ciudad, amenazando con que se “convierta en un parque temático cutre y peligroso”.