Más personas se empadronaron en la provincia de León viniendo desde el resto de España que leoneses emigraron en 2020. No es el número total del saldo poblacional, que fue terrorífico en el año de la pandemia con cinco mil personas menos para la provincia de León, pero es el primer dato en positivo desde hace más de veinte años.
El Instituto Nacional de Estadística publicó ayer los datos del año pasado de su Estadística de Variaciones Residenciales, en los que se observa un sorprendente saldo positivo de empadronamientos en la provincia leonesa de 367 personas procedentes de las fronteras estatales. No hay un sólo año en el INE hasta el de la pandemia en el que el saldo fuera positivo.
De hecho, en 2019 la tasa en el saldo de personas que se movieron dentro de la frontera española fue negativa con -1.235 y en 2018 con -1.181, siendo de unos mil setecientos entre 2017 y 2015 y de más de mil hasta 2012. Pero los peores años de todos fueron el último del siglo pasado, el 2000 con 2.378 de saldo emigratorio a otras provincias y el primero del XXI con -2.054, junto a 2005 año en que se fueron exacta e irónicamente 2.005 personas. La tabla es completamente clara sobre el dato desde 1998: se han ido de León a otras provincias españolas más de ventisiete mil personas.
Años de saldo del padrón en positivo
Los datos hay que leerlos sólo como datos de empadronamiento general, y en éstos faltan los que provienen del extranjero. La provincia de León lleva tres años ganando gente en el padrón, sobre todo por la influencia de los foráneos. En total, en 2020 se produjo un saldo positivo en el flujo migratorio de 1.384 personas, de los cuales mil fueron extranjeros (con tan sólo 17 españoles regresando desde fuera de las fronteras del Estado). En 2019 el saldo positivo total fue de 494 y en 2018, 155.
A partir de ahí en los últimos diez años la provincia leonesa ha tenido números negativos en el saldo poblacional con respecto a su padrón –contando los dos flujos migratorios, el interior y el exterior– en todos los años desde que en 2011 se subió en 211 personas. El peor año del siglo fueron los casi tres mil menos en que se saldó 2015.
Sin embargo, durante la primera década del siglo XXI, de 2002 a 2011 dieron años con un saldo positivo gracias a la emigración exterior. Los años en que más hubo fueron 2006 y 2007 con más de cuatro mil hacia arriba; y 2005 y 2008 con más de tres mil sumados. De 2001 a 1998 el saldo venía en todos en negativo. De todas maneras eso no ha podido frenar el dramático desplome en la curva de despoblación de la provincia.
Restando la mortalidad, León tiene 55.000 habitantes menos desde 1998
Sin embargo, 2020 fue el año con más muertes del siglo en la provincia de León, con 7.935 fallecidos y un exceso con respecto al año anterior de un 29,2% por culpa de la pandemia –en 2018, murieron 6.131 leoneses–, lo que descompensa completamente la escasa ganancia en el padrón provincial por flujos migratorios.
Así, según el INE, desde 1998 la provincia de León ha perdido 55.006 habitantes. 51.000 de ellos en todo el siglo XXI. Es decir, que se puede calcular cuánto peso tiene la mortalidad en el desplome poblacional sufrido. Los datos del INE indican que el saldo de variación residencial en estos últimos 22 años ha sido positivo, pero sólo de 7.630 personas, 34.000 de ellas extranjeros.
El Instituto Nacional de Estadística imputa 134.474 fallecimientos (sumando los 7.925 de 2020) en la provincia de León desde 1998. Eso implicaría que habrían habido, restando la bajada poblacional (55.006) y el saldo de entrada de personas de fuera de ella (13.648 personas), 65.820 nacimientos. Es decir, murieron el doble de personas que nacieron, llegaron la mitad de extranjeros que todos ellos, y una gran parte de los jóvenes se ven obligados a buscarse la vida fuera de la provincia. Lo que podría llegar a provocar que dentro de 30 años se hayan perdido otros 130.000 habitantes en la provincia de León, habiendo bajado en medio siglo casi en doscientos mil; y perdiendo más de la mitad de personas en 75 años.
Podría parecer un cálculo exagerado, pero las proyecciones afirman ya que la provincia de León que tendrá 320.000 habitantes en 2050, y no hay ni un sólo plan específico para evitarlo ni del Estado ni de la Junta de Castilla y León.