La provincia de León sigue perdiendo población pero el año 2022 fue, oficialmente, uno de los mejores desde que empezó a perder habitantes a gran velocidad con el inicio de la crisis económica financiera del 2007-2008.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha formalizado que la población a 1 de enero de 2023 en la provincia leonesa era de 447.463 personas, con un descenso de 716 habitantes desde el 1 de enero de 2022. La caída es la menor desde la sucedida en el año 2009, cuando la bajada fue de 885 personas. Desde la última vez que sobrepasó el medio millón de habitantes, precisamente a inicios del 2009, se ha dejado por el camino 55.000 habitantes.
En 77 de los 211 municipios de la provincia de León el saldo poblacional ha sido positivo en 2022, ganando habitantes; cuatro municipios no han registrado subida o pérdida y los otros 130 sufrieron pérdida de población. Cabe señalar que el 2022 es el año previo a las elecciones municipales puesto que el padrón a 1 de enero del año es el que se usa para configurar las listas de votantes.
En ganancias destacan la recuperación de habitantes de León ciudad, 330 más, tras años de pérdidas subiendo de nuevo al umbral de los 121.000. En los últimos 27 años la ciudad ha perdido 27.000 habitantes. El alfoz de León también logra recuperar habitantes tras unos años de descenso como San Andrés del Rabanedo con 73 habitantes más, Villaquilambre 178 más, Valverde de la Virgen 128 más y Sariegos 107 nuevos vecinas y vecinos.
Entre los municipios pequeños que han ganado habitantes destacan las subidas del 14% de su censo de Villabraz (+14 hasta 113) y Candín (+35 hasta 283). Otros con grandes ganancias de población para su tamaño -en porcentaje- son Maraña (+8 hasta 112), , Oencia (+17 hasta 284) o Sena de Luna (+20 hasta 395). Varios de estos municipios han protagonizado en el pasado denuncias y controversias sobre empadronamientos irregulares. El municipio más pequeño de la provincia, Escobar de Campos, logró ganar 2 habitantes hasta sumar 33 vecinos y vecinas, lo que supone un gran aumento de población en porcentaje.
En las comarcas mineras los ayuntamientos siguen su particular caída libre. Así Villablino ha perdido el umbral de los 8.000 habitantes. En el 2022 se dejó 241 vecinos o vecinas para empezar el 2023 con 7.845. Fabero perdió 127 habitantes y se quedó son 4.112. Cistierna cayó en 35 hasta los 2.951 y La Robla se dejó 17 hasta contabilizar 3.637 habitantes.
En localidades cabeceras de comarca la cosa ha sido irregular. Astorga sigue su caída particular perdiendo 71 habitantes hasta los 10.321; Santa María del Páramo se dejó 24 hasta los 3.041; La Bañeza ganó 23 hasta los 10.047; Carrizo bajó 26 habitantes los 2.208 y Sahagún ganó 22 hasta los 2.456.
En la comarca del Bierzo Ponferrada se mantiene a la baja pero atenuando su caída con una pérdida de 89 habitantes y un total de 62.963. Bembibre sigue también en descenso con 83 habitantes y un padrón de 8.196. Villafranca del Bierzo cayó en 62 hasta 2.649 vecinos y vecinas. Camponaraya mantiene los 4.096 aunque baja 13; Carracedelo solo pierde 3 y se queda en 3.431 mientras que Cacabelos perdió 81 hasta los 4.793.
Los mayores descensos de población en la provincia en 2022 se dieron en Berlanga del Bierzo y San Adrián del Valle, que se dejaron el 8% de su población censada. Vallecillo y Joarilla de las Matas perdieron más del 7% y por encima del 5% de caída de su padrón estuvieron Brazuelo, Quintana del Marco, Santa Colomba de Somoza y La Vecilla. Los cuatro municipios que ‘empataron’ fueron Castrillo de Cabrera, Posada de Valdeón, Regueras de Arriba y Villaquejida.