Las malas hierbas campan en el nuevo empedrado de la Plaza del Grano de León
Un aspecto verde pero asalvajado, lejos del tradicional verdín, sorprende en la más querida plaza de la capital leonesa tras su polémica remodelación de hace cinco años. Algunos expertos alertan del peligro que aún supone que no haya ni protección patrimonial ni Plan de Conservación propio
Todo tipo de hierbas asoman entre el nuevo empedrado de la Plaza del Grano de León.
No es verdín, son hierbajos. El general aspecto verdoso que en este invierno presenta la Plaza del Grano de León está lejos del aspecto del que este entrañable lugar del Casco Histórico de León hacía gala antes de su completa remodelación ejecutada por el Ayuntamiento de León en medio de una enorme polémica hace cinco años, en 2018.
Se trató de una remodelación que supuso la eliminación todos sus cantos rodados, la considerable elevación y nueva instalación del pavimento y el fin de decenas de metros del empedrado al ejecutar una gran acera perimetral. Todo ello con un sobrecoste multiplicado finalmente por diez, que se elevó al final a 600.000 euros en manos del anterior equipo de Gobierno del Partido Popular, siempre con pleno apoyo del Grupo Socialista que luego ha gobernado.
El paso del tiempo demuestra ahora que, en contra de lo que indicaba el proyecto original que levantó las airadas protestas de miles de leoneses, el hecho de que se corrigiera en la fase de ejecución y finalmente no se empleara ningún tipo de mortero o cemento sino mayoritariamente tierra vegetal, en realidad el auténtico verdín no ha regresado aún de manera natural a la plaza más querida por los ciudadanos.
Siega tras el confinamiento
El aspecto verdoso que sí se puede apreciar es fácilmente comprobable que no está provocado por musgo o liquen. Más bien con plantas hechas y derechas, malas hierbas de diferentes clases que campan a sus anchas por numerosos rincones entre el empedrado. En algunos puntos, esos hierbajos adquieren varios centímetros de altura. Algo similar ya se pudo comprobar con el avanzar de la naturaleza después de numerosas semanas de confinamiento durante los meses de primavera de la pandemia de COVID-19 en el año 2020, que obligaron después a realizar una auténtica siega.
Sorprendente aspecto tras las semanas de confinamiento por la pandemia en el año 2020.
La pregunta es: ¿Por qué un verdín que sí sale de manera natural en todo tipo de pavimentos, incluso en cemento o entre adoquines, ya no 'decora' la Plaza del Grano? Y hay algunas respuestas. Por ejemplo, la de Pedro Gómez, experto en este espacio público centenario y autor del más completo libro sobre la Plaza de Santa María del Camino, su nombre oficial.
“Puede que algunas piedras se acaben levantando”
Él defiende que “posiblemente por callar bocas”, y bajo la presión de la protesta, los impulsores del proyecto de total remodelación de la plaza “se excedieran” en “revegetarla”, y de ahí lo que ahora ve como “un problema serio”, como es una proliferación vegetal que no es ni natural ni tradicional.
“El verdín era un símbolo” antes de que la maquinaria pesada levantara todo el empedrado antiguo, admite Gómez, y “por intentar que volviera se semilló la tierra” empleada y sobre la que fueron colocados los nuevos cantos rodados. De modo que ahora. considera que “igual ha sido peor el remedio que la enfermedad” porque “hay lugares donde” entre las hierbas “ni se ven las piedras y en algunos casos incluso puede que las acaben levantando”.
De un 'veneno' a unas semillas
Al hablar del 'bandazo' se refiere Gómez a la parte del proyecto inicial que contempló oficialmente echar un veneno para impedir la proliferación del tradicional verdín, un biocida que se emplearía dos veces al año.
Sin embargo, al desvelar estos planes ILEÓN y temer el equipo de Gobierno más escándalos que dañaran al PP electoralmente, la entonces concejala de Urbanismo, Ana Franco, y el arquitecto responsable del proyecto, Ramón Cañas del Río, hablaron a continuación de que el “planteamiento e intención” era “tener la asistencia de un paisajista, biólogo o forestal para hacer el análisis de poder semillar incluso esa propia tierra de manera que la misma especie tapizante que está cubriendo ahora se recupere lo más rápidamente posible para tener en invierno el mismo tapizado verde”.
Que fue lo que finalmente se hizo, de manera no natural, ya se evidenció cuando en 2018 pudo observarse que entre la tierra vegetal todavía amontonada para ejecutar el nuevo empedrado aparecían plantas en incipiente germinación, como también publicó este medio. Ahora, el resumen de Pedro Gómez es que “mal una cosa y mal la otra”.
Imagen de hace apenas un mes, en 2023, en la que resulta difícil ver los cantos rodados.
No es posible saber si esta situación actual se hubiera paliado si la remodelación de los cantos rodados de la plaza se hubiera ejecutado como tres décadas atrás por los hermanos José Andrés y Pelayo Seoane, y como exigían decenas de expertos, siendo muy evidente la diferencia del resultado final.
La grave ausencia de un Plan de Conservación
Peor aún es que en todo este tiempo transcurrido la Plaza del Grano continúe sin contar con un Plan de Conservación que defiende como “imprescindible” para garantizar que no vuelve a ser objeto de “ocurrencias” que pongan en riesgo su alto valor patrimonial, etnográfico y también emotivo para la ciudad de León.
“Se hacen planes para toda la ciudad, para planificar intervenciones de asfaltado, de aceras, mantenimiento, jardines... arreglos continuos, pero nadie es capaz de planificar el mantenimiento de un sitio tan único de modo; de este modo, nos abocan a que cada 30 años se justifique una gran intervención como la última en vez de respetar un espacio que está vivo, que es inteligente” y que lleva sobreviviendo siglos, justifica.
No ve Gómez más remedio que “tratar a nuestra Plaza como lo que es, un gran patrimonio y con una protección especifica”, remarca. De hecho, afea que nadie mueve un dedo por impulsar que sea Bien de Interés Cultural (BIC) como se reclamaba en medio de la polémica pero que ni Ayuntamiento ni Junta de Castilla y León han retomado, bien por su propio valor o bien por que le afecte el BIC de la iglesia del Mercado o del Camino de Santiago, Patrimonio de la Humanidad, a sólo unos metros de distancia.
Sólo así, la Plaza del Grano estaría blindada de nuevas “ocurrencias” o “caprichos” que amenacen su integridad, con pérdidas difícilmente recuperables como las sufridas hace cinco años. Y que aunque se 'vistan' de falso verdín son todavía muy evidentes.
Bonita imagen de la Plaza del Grano antes de su remodelación.
¿Qué es verdín de verdad?
Dónde encontrar verdín en pleno centro de León
Imágenes de verdín en el Complejo de Santo Domingo y en Botines. Uribe
El verdín no es lo que crece actualmente en la Plaza del Grano. Para que sea considerado así no tiene que ser césped porque este tipo de vegetación no tiene tallos ni flores. Ejemplos como los de arriba, en pleno centro de León muestra cómo crece verdín de musgo en los espacios del empedrado moderno del Complejo de Santo Domingo y en el más 'tradicional' de la parte de atrás de Botines, en el que se pueden ver dos tipos, como el anterior y de líquenes.
El verdín aparece en los suelos de barro cuando estos están expuestos durante largos periodos de tiempo a condiciones climatológicas húmedas, con temperaturas de rango medio y en materiales porosos. Además, tiene la característica de mantener baja la temperatura del suelo en épocas calurosas, como ocurre en las zonas donde hay plantas y vegetación.
En general, se compone de plantas criptógamas, que carecen de flores y no tienen raíz, tallo y hojas diferenciadas como hongos y líquenes (y en el agua algas). Son aquellas que no tienen raíces diferenciadas, pero tienen unas estructuras similares denominadas rizoides (musgos) y una gran cantidad de especies de helechos y vegetales de clases similares a estos.
“En el verdín, además de estos vegetales, podemos encontrar una serie de microorganismos, denominados cianobacterias. Las cianobacterias pueden ser de vida libre o pueden asociarse a los vegetales mencionados anteriormente mediante una relación denominada simbiosis en la que ambos tienen algún beneficio”, según explica Rosa María Martínez Espinosa, de la División de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Alicante.
El verdín se cría en aguas dulces, principalmente en las estancadas, y en paredes, suelos porosos y lugares húmedos. El verdín aparece cuando el agua es absorbida por la baldosa de barro o es retenida en las cavidades interiores de la misma. Es decir, en el caso del empedrado entre las piedras que lo forman.
Verdín en el Jardín del Cid, en el Hospital de Regla, en Botines y en las Cercas. Uribe
También hay otras zonas donde se puede encontrar verdín, no césped, en empedrados de distinto tipo. Como en la fotografía de arriba. La imagen que se ve del empedrado de Botines es un verdín formado por líquenes. Como se ve, ningún parecido con la selva que se llega a ver en la Plaza del Grano en algunos momentos del año. Una vegetación incontrolada que, para que creciera, el proyecto indicaba que se tendría que “sembrar la zona de la Iglesia del Mercado” y para controlarla, debía usarse veneno herbicida.
Todo absolutamente innecesario con verdín real con el que acabaron, ya que este surge por sí solo por la humedad si las condiciones del empedrado lo permiten.