La Ley de Patrimonio Cultural de Castilla y León que obliga a todo monumento catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) a abrir gratis a las visitas un día a la semana se cumplirá desde el minuto cero, aunque no del todo escrupulosamente, en el caso de la que fue iglesia más antigua de la ciudad de León, el antiguo templo de Palat de Rey (siglo X).
Así lo han determinado la Delegación de Junta en León y el Obispado de León, a través de la Fundación Museo Diocesano y de Semana Santa, a quien la administración autonómica ha cedido sin contraprestación alguna el uso expositivo cultural de la iglesia,. Lo ha hecho en calidad de subsede del controvertido Museo de Semana Santa principal, situado cerca de la Catedral leonesa, y que a pesar de su sobrecoste hasta los 8 millones de euros, un tercio de ellos dinero público, sigue sin ocupar la mayor parte del espacio construido a causa de una fallida planificación de su cúpula acristalada central.
Cuando hace algunas semanas se conoció que Palat de Rey, que la Junta dejó sin ninguna explicación de abrir al público en 2020, hace ya cinco años, reabriría de nuevo al público, se dio a conocer esa cesión de uso al Museo de la pasión. Y también generó polémica el hecho de que a partir de ahora se implantaría el cobro de 2 euros en concepto de entrada para poder visitar su interior, haya o no exposiciones activas.
Sin embargo, como monumento BIC que la iglesia es desde tiempos de la II República, en noviembre de 1931, le es de aplicación el artículo de la Ley de Patrimonio de la Junta que exige abrir cuatro días al mes sin coste alguno los espacios protegidos, algo que todavía se incumple en numerosos casos y monumentos de la provincia leonesa, como lleva años denunciando ILEÓN.
Es algo que no ocurrirá en Palat de Rey: se ha determinado desde el primer momento que sea todos los miércoles por la mañana cuando cualquier persona interesada pueda entrar a visitar libremente Palat de Rey, su espectacular bóveda gótica y el resto de la restauración ejecutada con presupuesto público autonómico en el templo levantado originalmente entre los años 931 y 935.
Fuentes oficiales del servicio territorial de Cultura, Turismo y Deportes de la Junta, competente en estos asuntos de Patrimonio, confirman que la medida ya está en vigor y se cumple por parte de la Fundación diocesana incluso aunque todavía no lo haya firmado así el delegado territorial, Eduardo Diego.
Efectivamente, al contrario que ocurre en la mayor parte del resto de los casos, como las catedrales de León y Astorga o los edificios de Gaudí en esas mismas dos ciudades, por mencionar algunos de los monumentos turísticamente más visitados y más incumplidores de la provincia leonesa, en Palat de Rey se cumple la exigencia de que el día de visita gratis se anuncie tanto en la web como de manera física en el propio monumento.
La comprobación de que Obispado y Fundación sí cumplen en gran medida se puede apreciar en la actual exposición, abierta con motivo de la Navidad, y que inaugura la nueva gestión de la Diócesis 'regalada' por la Junta. Se trata de la muestra ‘El dolor esculpido: Carmona, La Piedad y Minerva y Vera Cruz’, que se ha ampliado hasta el 5 de enero de 2026 con horarios especiales. Es una exposición que tiene como eje central la histórica imagen de La Piedad, tallada por Luis Salvador Carmona para la Cofradía de semana Santa de Minerva y Vera Cruz, pero que recopila también en el mismo espacio un conjunto de 'piedades' procedentes de diferentes puntos de la Diócesis de León, así como la azarosa historia de la pieza principal y su vinculación con la capital leonesa.
El cumplimiento es a medias porque la Ley de Patrimonio menciona una apertura libre y gratuita a visitas en una jornada semanal que sea completa, no sólo de medio día. Pero se trata de una argucia habitual que la Junta permite y no sanciona en ningún caso, hasta el punto de que la Catedral de León tan sólo habilita dos horas en las tardes de los martes. Eso recientemente, porque hasta ahora había establecido los domingos por la mañana pero, como denunció ILEÓN, en la práctica apenas se cumplía la norma durante 15 minutos, generando indignación entre los visitantes.