El fiscal subraya la “brutalidad exagerada” del acusado de asesinar de 52 puñaladas a su casera en León

E.F.G. / Agencia ICAL

8 de abril de 2024 12:17 h

“La mató con una brutalidad exagerada e innecesaria”. Es la afirmación que hizo este lunes el fiscal del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de León contra el acusado de matar a su casera asestándole 52 puñaladas el 24 de marzo de 2020, en las primeras semanas de confinamiento por COVID-19.

La víctima, vecina y arrendadora del acusado, recibió 19 puñaladas cuando aún estaba viva y el resto ya fallecida, infringidas con una navaja o cuchillo de al menos 2,5 centímetros de ancho y de longitud desconocida. El acusado no fue detenido hasta dos años después, en febrero de 2022, tras comprobarse la coincidencia de su ADN con el de las muestras de sangre recogidas en el lugar de los hechos, la casa de la fallecida.

“Tenía todas sus facultades. Supo lo que hizo y quería hacerlo”, recalcó el representante de la acusación pública, que ve ensañamiento en los hechos y que propone indemnizaciones de 35.000 euros para cada hijo y para la pareja de la fallecida y 3.000 más para los herederos.

Las acusaciones particulares, que representan a los dos hijos y a la pareja de la víctima, elevan a 30 años la petición de cárcel, 25 por el asesinato, que consideran cometido con alevosía y ensañamiento “con una maldad brutal” y para el que reclaman la aplicación de agravantes y cinco por otro presunto delito de robo, al asegurar que el acusado se llevó la noche del crimen dinero de la casa de la mujer después de matarla.

En sus calificaciones iniciales la defensa plantea un delito de homicidio, por el que propone una pena de diez años de prisión y que se aplique un atenuante de arrebato, dado que el acusado alega que únicamente recuerda las dos puñaladas iniciales “tras perder los nervios” después de una discusión sobre el alquiler, aunque sí se acuerda de haberse lavado las manos en el baño de la víctima.

El juicio, que ha dado comienzo este lunes, se alargará toda la semana y será un jurado popular quien valore si el acusado es culpable o no de los delitos que se le imputan.

El acusado rehusa declarar en el juicio

Ángel M. B., acusado de asesinar a su casera en León asestándole 52 puñaladas el 24 de marzo de 2020, en las primeras semanas de confinamiento por COVID-19, evitó hoy declarar en el juicio que acoge la Audiencia Provincial y en el que optó por remitirse a las declaraciones hechas durante el proceso de instrucción de la causa. Entonces, reconoció haber apuñalado en dos ocasiones a la víctima, Conchi, de 65 años, y dijo no recordar el resto. Sí relató que había perdido los nervios tras mantener previamente una discusión con la víctima, que según su relato, le habría amenazado con un desahucio.

Un hijo de la fallecida, José Manuel, fue quien la halló muerta en su domicilio después de haber sido avisado por su hermano de que una vecina y empleada de Conchi le había contactado porque no lograba comunicarse con ella y había luz el interior de la vivienda.

“Solo se veían los pies. Me acerqué y la veo en un charco de sangre inmenso. Al ver a mi madre así no daba crédito. La tomé el pulso, la toqué el pecho y no se movía. Tenía los ojos abiertos. Estaba helada. Tenía un agujero en el pómulo y el cuello raro, pero no era capaz de saber lo que pasaba. Todo muy extraño. Como un perro la dejaron ahí” manifestó en su emocionada comparecencia.

También prestó declaración el otro hijo, quien también se mostró muy afectado al explicar cómo había conocido por su hermano la muerte de su madre, de la que -al igual que su hermano- dijo que cuidaba su seguridad. También coincidió en señalar que ella no habría abierto la puerta en pantis, como fue encontrada. Además, declaró que no creía que su madre tuviera pensado desahuciar a ningún inquilino.

El fiscal, en su exposición, remarcó que el acusado mató a Conchi “con una brutalidad exagerada e innecesaria” y añadió que cuando lo hizo “tenía todas sus facultades. Supo lo que hizo y quería hacerlo” y señaló que ve ensañamiento en unos hechos por los que solicita 22 años de cárcel por asesinato y 14 meses más por el hurto de 3.000 euros. Además, propone indemnizaciones de 35.000 euros para cada hijo y para la pareja y 3.000 más para los herederos.

Las acusaciones particulares, que representan a los dos hijos y a la pareja de la fallecida, elevan a 30 años la petición de cárcel, 25 por el asesinato, que consideran cometido con alevosía y ensañamiento “con una maldad y frialdad brutales” y para el que reclaman la aplicación de agravantes y cinco años más por el robo del dinero, que para el abogado de uno de los hijos habría sido mucho más de los 3.000 euros cuya procedencia explicó a su mujer como procedentes de un coche del que los habría sustraído. En casa de la víctima apareció un sobre con más de 2.200 euros, hecho que se interpreta por los abogados como la intención de hacer ver que no se había cometido un robo o hurto.

“Es el ataque más brutal y salvaje que he visto en 35 años de profesión”, le dijo al jurado una de las letradas de la acusación y también incidió en la forma de actuar del acusado, dado que después de lo ocurrido y de haber sido interrogado varias veces por la Policía siguió viviendo ocho meses en el piso alquilado, justo encima del lugar de los hechos. Otra tildó los hechos de “crimen deleznable” del que nunca se habría arrepentido, dado que continuó su vida con normalidad y no se pronunció al respecto hasta que no tuvo conocimiento de las pruebas que apuntaban a su implicación. También recordaron que el agresor se situó a horcajadas sobre la victima durante la mortal agresión.

“Casi que me han convencido”, ironizó la abogada defensora del acusado en referencia a las argumentaciones de las acusaciones y antes de aseverar que su representado “no es un genio criminal, una persona que viva de transgredir la ley. Se ha encontrado en una situación que le ha superado, en un momento dado ha perdido los nervios y ha ocurrido lo que ha ocurrido, pero niega su intención de matar y de robar a la víctima”. En su argumentación enmarcó lo sucedido en un contexto de pandemia en el que su cliente se habría visto afectado por la posibilidad de tener que abandonar la vivienda. “Uno puede perder los nervios sin absolutamente ningún tipo de problema”, añadió.

Peritos y testigos declararán en las próximas sesiones hasta que el viernes los miembros del jurado reciban el objeto del veredicto e inicien la deliberación.