Diez años tratando de dar con el logotipo y la imagen que promocione mejor León
La ciudad de León lleva en la última década una amplia lista de intentos de conseguir que fragüe una marca, un logotipo, una imagen que identifique a la capital y la destaque por encina de otras latitudes.
Todo tipo de intentos han sido protagonizados de manera independiente por cada uno de los diferentes equipos de gobierno que se han sucedido en esta segunda década del siglo XXI en el Ayuntamiento de León, con desigual fortuna.
Muy lejos de otros que, aunque hoy viejunos, aún resuenan en algunas memorias, como aquel mítico “León, truchas y porrón” o “La bella desconocida”, en pleno siglo XX.
Esta misma semana, el equipo de Gobierno municipal del PSOE daba a conocer el último de los intentos. Simplemente “León”, dentro de un recuadro. Y varias alternativas temáticas para destacar algunos aspectos que bajo el punto de vista de los nuevos mandatarios identifican a la capital y pueden atraer a quienes busquen conocerla. En este vídeo se explica la decisión finalmente adoptada, que ha tenido un coste final únicamente para el logotipo y sus variantes de 31.500 euros.
La nueva marca no fue del gusto del principal grupo político ahora en la oposición, el Partido Popular, que gobernó hasta hace dos años con el alcalde Antonio Silván al frente. Consideraban los populares que el logo presentaba “claros guiños socialistas, copiando algunos de sus iconos más utilizados”. Pero lo que quizá más les dolía es que con esta nueva imagen se fulminaba la marca que bajo su mandato se había elegido como aquella de mayor fuerza para la ciudad: 'Manjar de Reyes'.
Su apuesta nació con motivo de la Capitalidad Gastronómica de España, que se celebró a lo largo de todo el año 2018 y tenía hasta una mascota, Manjarín, que no dejó de ser carne de ácidas críticas.
El lema 'León, manjar de reyes' fue fruto del coordinador municipal del propio PP, José Antonio Maté, y la imagen elegida en colores azul, amarillo y morado, fue diseñada por un empleado municipal, Julio del Barrio. Representaba en apariencia un juego completo de cubiertos, al tiempo que una hipotética Catedral con rosetón y hasta una corona regia.
El León que entra por el estómago había, a su vez, dejado atrás la que había sido la apuesta del anterior equipo de Gobierno del Partido Popular comandado por el alcalde Emilio Gutiérrez. Su apuesta había sido por uno de los hitos de la historia de la ciudad, de la provincia y del Reino de León: la Cuna del Parlamentarismo mundial, explicada en este trabajo de manera muy pormenorizada.
Nació para conmemorar el mil aniversario del Fuero de León del año 1.017, en el que por primera vez se protegían derechos básicos como la inviolabilidad del domicilio, la libertad de comercio o primeros derechos de la mujer, entre otros, y las Cortes que en 1.188 convocó Alfonso IX de León en el claustro de la Basílica de San Isidoro de León, declaradas en 2013 por la Unesco como Memoria del Mundo y reconociéndolas así como “el testimonio documental más antiguo del sistema parlamentario” de todo el mundo.
Entonces, la promoción de este título como identificativo de la ciudad tuvo un presupuesto de 150.000 euros, aparte de carteles en las carreteras y otras iniciativas de toda clase a las que acabó inundando esta marca.
La Cuna del Parlamentarismo había sido la respuesta popular al intento de consolidar otra marca por parte de los anteriores mandatarios municipales comandados por el alcalde Francisco Fernández, del PSOE, antes de perder las elecciones de 2011. Su apuesta entonces buscaba destacar un mensaje de ánimo y esperanza, de fortaleza, aprovechando que todavía por entonces el mismísimo presidente del Gobierno era de aquí: José Luis Rodríguez Zapatero.
La impronta leonesista, cuyo relevo ha cogido ahora con fuerza su entonces concejal de Tráfico, José Antonio Diez, ya abogaba por un fiero león de corte real y el mensaje de “¡Vamos, León!”, para insuflar ánimo, un mensaje que se dio a conocer, no sin polémica, bastante cerca de la confrontación electoral.
