Diálogo Social y la oquedad discursiva de Mañueco

Alfonso Fernández Mañueco al ser nombrado presidente del PP de Castilla y León. // Rubén Cacho / ICAL

Máximo Soto Calvo

Al parecer, entre nosotros los leoneses, no reconocidos en el ente autonómico con la diferenciación debida, nuestros sindicalistas junto a los empresarios “bien arropados por la Junta” han establecido un diálogo social nada menos que como “valor propio resiliente”, una seña de identidad de Castilla y León, al punto de establecerla cual institución comunitaria en la que participan todos: castellanos y leoneses. Más o menos, Alfonso Fernández Mañueco dixit.

No dudemos que el señor Mañueco sabe que en esta “tierra de diálogo”, la del ente autonómico, los leoneses nunca hemos sido identificados como tales, diferenciados y con personalidad propia, no hemos sido tenidos en cuenta como pueblo para ningún tipo de negociación, ni en lo indentitario, ni en lo económico, ni en lo social. Primó siempre el amancebamiento castellanoleonés entre los autonomistas promotores, también en los colaboracionistas del País Leonés, ejecutores unos, coristas otros, inmersos en la intentona de Comunidad con pueblo único. Diálogo entre los castellanos y los leoneses... ¡Cero!

¿Diálogo, dice? ¡Si es que no han promovido la confraternización entre leoneses y castellanos! Al pueblo leonés lo han sometido al interés político castellanizador imperante, arropados por los palmeros, imprescindibles para tal fin, insulsos unos, sin criterio y vividores otros, su diálogo se queda en “si jefe”, “sí señor”. El centralismo ha sido, y sigue en el mismo plan, acaparador descarado y ofensivo. Para ello destinaron dineros y propaganda; anular lo leonés es lo perseguido.

El núcleo duro de la defensa sigue estando en la provincia leonesa y de modo especial en Legio. Lo saben, y por ello cuando estamos con la soga económica al cuello, vienen a soltar soflamas como las del supuesto diálogo en beneficio de las personas, en este caso leonesas. Los veinte años de supuesto diálogo, al que alude, para los leoneses han sido de grilletes, entre estulticia y perversidad.

“Como son los 'suyos', les vale todo”

La palabra política, o mejor la de los políticos en general, donde predominan los que hablan al dictado, no debería tener mejor acogida que aquella otra, la de los que hablan para epatar, lo que suele suceder con los que ostentan cargos políticos partidistas y a la vez institucionales que se creen “jerarcas de esa disciplina”. Su finalidad llegar al displicente, al votante del rival, lanzando un mensaje que suene bien, en pos del voto, pues, a los que ostenta el mismo rol ideológico, por confianza y asunción, como son los suyos, les vale todo. Luego está el votante anodino que lo hace por inercia, llevando en su papeleta a las urnas el retrato de su inconsistencia tanto personal, como el de cierto marasmo colectivo. ¡Ayudando al amarre!

En este menester último parecemos implicados los leoneses, escuchamos con aparente paciencia a los que se consideran políticos nuestros (será por aquello de haberlos dado el voto) cuando sabemos que el mensaje que nos traen del cogollo autonomista está disfrazado de supuestos beneficios, que, curiosamente, aun estamos esperando verlos crecer. Por ejemplo, todos los consejeros de Fomento del ente que de León han sido, su actuación ha estado presidida por el cinismo de un bienqueda, pero –eso sí, de pacotilla–, dicho sin intención de zaherir, sencillamente para dejar claro quién es quién. Verdaderos promotores de mensajes huecos cuando no dañinos.

Los empresarios de León

Se hace necesario que las palabras de Mañueco respecto a tierra de diálogo con empresarios y sindicatos, que no ha tenido empacho en citar, no constatables, se transformen en algo más que propaganda para epatar. El gran público leonés desconoce qué parte de la CEOE provincial o triprovincial leonesa –si es que como tal existe–, comparte plenamente ese discurso pleno de palabras huecas, bien sonantes, lanzadas al albur de lo que puede ser y se va quedando en aire con musicalidad golfa.

A los empresarios les gusta poco salir a los medios aquejando fallos político-autonómicos, no sea que las subvenciones viajeras, o similares métodos de posible ayuda, se vayan volando. Dudamos que reciban igualitario trato los leoneses con relación a los castellanos, o al centralismo que resulta igual como condicionante, lo cierto es que no se pronuncian de forma fehaciente.

¿Como gran agrupación empresarial de León, dónde está escrito y se puede leer, el planteamiento evolutivo de la región, provincia o ciudad leonesas, según qué caso, con o sin la Comunidad autonómica para un mejor bienestar leonés que ellos preconicen? De algo sí estoy seguro: no pueden tener afinidad sociopolítica, los castellanos y lo leoneses, ante la política interesada y extraordinariamente caprichosa de los políticos del ente. Razones obvias lo avalan.

Y los sindicatos

Los sindicatos que operan en el ámbito de Castilla y León, comunidad, centralizados, han venido haciendo la labor centrípeta que al poder autonómico interesaba, una desequilibrada visión sin duda. Comisiones y UGT en la provincia leonesa, ante la grave depauperación económica que nos afecta, y no menos al resto de las provincias leonesas, se vienen pronunciando en pos de la recuperación de los leoneses que en plan socioeconómico han estado no ya desasistidos sino olvidados con marcada persistencia. Además, los recursos propios de la Región Leonesa han sido manejados en beneficio de otros.

Promovieron una gran manifestación sindical, no ha mucho, de los trabajadores y popular, que tomó colores y calores leonesistas, de cuya fuerza presencial en las calles leonesas dimanó como tapabocas adormecedor una supuesta Mesa por León; nacida por los gerifaltes del ente para hacer fracasar todo tipo de expectativas. ¡El espejuelo del engaño! Los dirigentes sindicales leoneses promotores permanecen en sus puestos bien arropados por las bases, a pesar de que, desde el núcleo del poder autonómico, fueron señalados, cuando menos, como non gratos. ¿Esto va incardinado en el diálogo tan provechoso del que alardea el señor Mañueco?

Hablamos de la Región Leonesa, que muchos pretendemos poner en actividad socioeconómica para recuperar estatus. Un hermanamiento triprovincial. Sabiendo que la toma de decisión final es política. En nosotros, el pueblo leonés, está, desde el movimiento cultural, emprender la difusión en los ámbitos de las tres provincias. Incorporar a los políticos al empeño tiene que conseguirse con el voto, nuestra fuerza: NEGAR o CONCEDER, nunca claudicar. Suena fácil y es ardua tarea.

Nadie nos va a facilitar nada. Tenemos que ganarlo. La rutina ante las urnas es mala consejera, la costumbre de forma engañosa nos lleva a no ponderar el voto, y no sólo el autonómico, esto es, a quién se entrega, o si el Partido promotor de las listas es proclive a que permanezcamos amarrados al ente, cayendo nosotros así en el conformismo modorro.

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