A la venta por 680.000 euros la Casona de Suero de Quiñones de León
Los imperios, incluso los pequeños imperios personales, son algo que el tiempo siempre acaba por derrumbar. Hay un edificio en la capital de León que es un símbolo de esta máxima. Es el la llamada Casona de Suero de Quiñones, en el número 8 de esta avenida por la que atraviesa el Camino de Santiago en dirección a San Marcos, conocida también originalmente como la Casona de los Pérez y posteriormente Casona de la Fundación Carriegos.
La sala de fumadores está decorada con vidrieras de deportes, como esta tan original de lucha leonesa.
El impresionante inmueble, todo un cúmulo de lujos y modernidades de la época, es el símbolo del imperio industrial que forjó en forma de casona un humilde carpintero leonés, Miguel Pérez Vázquez, que se alzó a la cumbre de la burguesía del siglo XX de la capital; y posteriormente el símbolo de la otrora rica y activa Fundación Carriegos de la empresa constructora del mismo nombre. Pasados ambos fulgores, el edificio de la Casona busca una salida en forma de venta. Su precio de salida: 680.700 euros -sin impuestos-, como matiza por ejemplo esta inmobiliaria.
Quien quiera quedarse con uno de los mejor conservados pedazos de la historia de la ciudad leonesa, y reúna esa ingente cantidad de dinero, que sepa que adquiere mucho más que casi 3.000 metros construidos y más de 2.107.97 útiles. La vivienda es un hito del modernismo constructivo y del art decó, porque su constructor, el huérfano hecho a sí mismo Miguel Pérez Vázquez (1884-1976) puso en ella gran parte de la fortuna amasada.
Hombre culto e interesado por las artes, manda en 1925 realizar el proyecto de su casa familiar junto a los bulliciosos talleres de carpintería al arquitecto Manuel de Cárdenas y supervisa su ejecución y decoración hasta su conclusión, en 1932. A partir de ste momento, este palacete es la plácida residencia de su amplia familia (mujer y siete hijos) y por ella discurre gran parte de la vida política, social y cultural de la época.
A su muerte, en 1976, la casa quedó cerrada a cal y canto hasta que en 2006 Construcciones Carriegos, entonces en plena expansión, la adquiere para construir viviendas. Pero al descubrir los tesoros que guardaba decide 'indultarla', invertir en su total rehabilitación y restauración y dedicarla a sede de la Fundación Carriegos. Allí se ubica a día de hoy una muestra permanente de todo el legado del escritor y periodista leonés Victoriano Crémer y una amplia sala de exposiciones temporales que ocupa todo el sótano.
Tras un exterior engañosamente austero, el interior alberga un espacio histórico en dos plantas nobles perimetrales que dan a un patio cubierto con gran vidriera heráldica, del taller leonés Basurto-Myar González, que le confiere un aspecto rotundamente cuadrangular del que solo sobresale la Galería del Fumador, con vistas al jardín a través de preciosas vidrieras modernistas de temas deportivos.
Profusa en decoración, el estilo general imperante es el neorrenacentismo, una vuelta al esplendor del imperio español, utilizando para afianzar más esta idea elementos tomados del Hostal de San Marcos. Miguel Pérez desarrolló en la que fuera su vivienda piezas excepcionaleas, como la Sala de Música de pleno estilo Art Decó y varios conjuntos de azulejos, como la serie dedicada al Quijote, de gusto modernista. La iluminación indirecta de los dormitorios, junto con el panelado en maderas de raíz de las paredes abunda en ese aire 'moderno' y lujoso de la edificación.
Vista del patio trasero del edificio.
