En busca del hábitat ideal para el urogallo cantábrico

CGP/DICYT

El urogallo cantábrico es una 'rareza' biológica, porque a diferencia de sus congéneres de otras poblaciones europeas habita en bosques caducifolios. Se trata de una subespecie adaptada a un clima más cálido de lo habitual y a un tipo de bosque muy distinto del que ocupa en el área boreal donde habitan otras subespecies. Los urogallos cantábricos (Tetraourogallus cantabricus) quedaron acantonados en los bosques más fríos y remotos de la Cordillera Cantábrica tras la última glaciación. Para Javier Purroy, técnico de SEO/BirdLife en el proyecto Life+ Urogallo cantábrico, “su desaparición no sólo significaría la pérdida de una reliquia ecológica, sino de un indicador de calidad ambiental de nuestros bosques, ya que los urogallos son muy sensibles a la alteración de su hábitat”.

El urogallo cantábrico en apenas tres décadas ha perdido el 60 por ciento de su población, un síntoma de los cambios “dramáticos” sufridos en los bosques cantábricos. La población de la especie ha quedado reducida a contados montes de Asturias y al norte de Castilla y León.

“Salvar al urogallo cantábrico es probablemente el reto ecológico más complejo a los que se enfrenta la comunidad conservacionista en España, ya que lo que le está llevando a la extinción es una combinación de elementos que tienen que ver con el deterioro de su hábitat, el efecto de competidores y depredadores, el cambio climático y los cambios en los usos del monte y los paisajes de la cordillera cantábrica”, afirma Felipe González, delegado territorial de SEO/BirdLife en Cantabria y experto en la gestión de esta amenazada especie.

Con el fin de eliminar amenazas de su entorno y mejorar su hábitat, un verano más SEO/BirdLife ha organizado dos campos de trabajo (del 19 de agosto al 1 de septiembre) en el marco del proyecto Life+ Urogallo cantábrico. Este año el lugar elegido ha sido la Reserva de la Biosfera de Omaña y Luna, en la provincia de León, que alberga las poblaciones más sureñas de urogallo cantábrico.

Los 24 voluntarios, divididos en dos grupos de trabajo, han tenido su base de operaciones en la localidad de Murias de Paredes, en la comarca de Omaña, desde donde se han desplazado a las zonas seleccionadas para realizar las acciones encaminadas a su conservación. Estos trabajos, dirigidos por técnicos de SEO/BirdLife, han consistido fundamentalmente en la eliminación de elementos susceptibles de causar mortalidad en esta especie.

Por un lado, han trabajado en la retirada de cierres ganaderos. A propuesta de la Junta de Castilla y León se han retirado varios kilómetros de cable metálico. Estas barreras son una de las causas de mortalidad no natural mejor conocidas para la especie, debido al riesgo de colisión. También han suprimido tubos protectores de plantaciones, empleados para proteger los plantones de distintas especies (acebo, tejo, roble o abedul) utilizadas para diversificar la masa forestal del hábitat del urogallo.

Asimismo, se ha trabajado en la señalización de cierres ganaderos, balizando con pequeñas placas de plástico determinados tramos de un cercado que atraviesa zonas boscosas con presencia de urogallo. Finalmente, se han buscado indicios de presencia en distintas áreas forestales, en colaboración con los agentes medioambientales de la zona para la búsqueda de señales y rastros de urogallo (plumas y excrementos).

Además del trabajo in situ, los voluntarios han asistido a conferencias sobre el proyecto Life+ acerca de los urogallos de Omaña y sobre las relaciones de competencia con otras especies, impartidas por Javier Purroy, técnico de SEO/BirdLife, y por Manuel González y Beatriz Blanco-Fontao, investigadores de la Universidad de León y Oviedo, respectivamente. Por otro lado, se ha colaborado activamente con el Ayuntamiento de Murias de Paredes para acondicionar varias sendas y caminos tradicionales.

Manual de conservación

Por otro lado, SEO/BirdLife ha publicado el Manual de conservación del urogallo cantábrico, destinado a difundir la ecología de esta tetraónida y las acciones que se están poniendo en marcha para su recuperación. Proteger a las hembras y sus polladas, restaurar las áreas en donde ha desaparecido, preservar las arandaneras de la presión de los herbívoros, asegurar la tranquilidad de su hábitat y aumentar la superficie forestal son las medidas preferentes de actuación recogidas en el manual.

La publicación ha sido redactada por Javier Purroy y Felipe González, técnicos de SEO/BirdLife, y explica a lo largo de sus 30 páginas los diversos aspectos de la ecología del urogallo: dónde vive, cuáles son sus amenazas, por qué está desapareciendo y las acciones emprendidas para frenar su declive.

El manual cuenta con más de 40 fotografías e ilustraciones que reflejan la biología del urogallo y todas las acciones emprendidas en el proyecto Life+Urogallo Cantábrico. La obra ha contado con las fotografías de Juan Carlos Muñoz y, además, una veintena de colaboradores han aportado fotos y gráficos para ayudar en la comprensión del texto. El tamaño y la extensión de esta publicación hacen más asequible la comprensión de la compleja ecología de esta especie. “El principal reto era poder dar una información rigurosa y sintética a partir de todo el conocimiento científico y técnico que hay sobre el urogallo”, explica Javier Purroy.

Además, la obra ha sido revisada y ha recibido aportaciones de todos los socios del proyecto, así como de numerosos expertos consultados.

Proyecto Life+ Urogallo cantábrico

El proyecto Life+ Programa de acciones urgentes para la conservación del urogallo (Tetraourogallus cantabricus) tiene como objetivo fundamental frenar el declive de esta subespecie endémica de la península Ibérica y fomentar su recuperación. Las acciones del proyecto pretenden garantizar un estado de conservación favorable de la especie y de su hábitat, promover la educación ambiental y fomentar la sensibilización y participación de la sociedad. El área de actuación son 16 ZEPA de la cordillera Cantábrica y se ejecuta entre octubre de 2010 y septiembre de 2014.

El proyecto, coordinado por la Fundación Biodiversidad, está cofinanciado al 50 por ciento a través de los fondos Life+, instrumento financiero de la Unión Europea para el medio ambiente, y cuenta como socios con las comunidades autónomas de Cantabria, Principado de Asturias y Castilla y León, esta última a través de la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León; el Consorcio Interautonómico para la gestión coordinada del Parque Nacional de los Picos de Europa; SEO/BirdLife y con la financiación del Organismo Autónomo Parques Nacionales y de la Fundación Iberdrola.