La Junta de Castilla y León ha bajado este miércoles por la mañana a nivel 1 de peligrosidad el incendio originado este pasado lunes en Brañuelas, localidad perteneciente al municipio leonés de Villagatón, y que obligó a confinar a los habitantes de los pueblos de Almagarinos (Igüeña) y Tremor de Abajo (Torre del Bierzo). Lo hace, tras mantenerse desde la tarde del propio lunes en nivel 2, al descartarse ya riesgos para las personas y los bienes. La mejora en el control del fuego ha permitido también tanto desconfinar las dos localidades afectadas como desmovilizar a la UME (Unidad Militar de Emergencias).
La previsión pasa ahora por mantener el incendio en nivel 1 de peligrosidad tanto por su “magnitud” como por temor a “posibles reactivaciones” y por “algunos puntos calientes que quedan todavía en alguna zona de difícil acceso”, lo que dificultará las labores, según expone el jefe del servicio de Incendios de la Junta, Ángel Sánchez, que añadió que se está trabajando para cerrar el perímetro “con maquinaria donde se puede; y donde no se puede, con gente en tierra y con mucha agua”.
El incendio, que está prácticamente estabilizado, había arrasado hasta este martes unas 450 hectáreas y su perímetro se ha mantenido en unos 10 kilómetros. A primera hora de la mañana de ese miércoles estaban desplegados en el lugar 26 medios, entre los que se encuentran dos aéreos, tres cuadrillas helitransportadas, siete cuadrillas terrestres, tres autobombas y dos bulldozer. También trabajan en el lugar cuatro agentes medioambientales y un técnico.
El fuego amenazó el lunes a las localidades de Tremor de Abajo y Almagarinos, en las que viven un centenar de personas, por lo que se acordó su confinamiento, una medida que ha sido levantada esta miércoles ante la evolución favorable. La situación empeoró a última hora de la tarde del lunes, por lo que se elevó a 2 el nivel de peligrosidad por representar un riesgo para personas y bienes distintos a los de naturaleza forestal.
Fue entonces cuando se pidió a los habitantes de Almagarinos y Tremor de Abajo que no abandonasen sus localidades y que no tratasen de sumarse a la labores de extinción para minimizar los riesgos. También se cortó la carretera que une ambas localidades para evitar desplazamientos.
La adversa evolución del fuego a causa del viento hizo que el lunes se reforzara con el paso de las horas el operativo de extinción que alcanzó los 35 medios aéreos y terrestres con más de 140 personas a las que poco después de las 19.30 horas del lunes se sumó la Unidad Militar de Emergencias (UME), que ya ha sido desmovilizada.
Las condiciones meteorológicas, con rachas de 20 kilómetros por hora, y el tipo de combustible propiciaron una rápida expansión del incendio. A esto se sumó una inversión térmica que originó que la columna de humo no ascendiera hasta capas más altas de la atmósfera, lo que ha propició que las pavesas, aún encendidas, abrieran nuevos focos fuera del frente de llamas.
La orografía es otro de los factores que está dificultando las labores de extinción debido a que los continuos y profundos valles, con elevada pendiente, no permiten un fácil acceso.
El fuego afecta a terrenos arbolados, matorral y pastos y según avanzó el delegado de la Junta en León, Eduardo Diego, todo apunta a que ha sido intencionado.