Asaja, Coag y UPA reclaman a Junta y Gobierno proteger el suelo agrícola frente a las macroplantas solares
Asaja, COAG y UPA en Castilla y León registraron en los ministerios de Agricultura y de Transición Ecológica, así como en las consejerías de Agricultura y la de Medio Ambiente, un documento común en el que reclaman la defensa de los terrenos productivos de la Comunidad para uso agrario frente a las macroplantas solares. En este sentido, piden a las administraciones competentes que detenga el “afán de determinadas empresas privadas” por estas instalaciones generadoras de electricidad en superficies agrícolas, ganaderas y de pastos.
Las tres organizaciones agrarias demandaron una normativa específica que recoja la opción de la implantación de placas fotovoltaicas o solares, incluidas las infraestructuras de evacuación de la energía solar o eólica, exclusivamente en terrenos no aprovechables para la producción agraria.
Al respecto, consideraron que las administraciones “no pueden cruzarse de brazos” y dejar que intereses económicos, “en muchos casos ajenos a la Comunidad, prevalezcan sobre la soberanía alimentaria y busquen en terrenos agrícolas y ganaderos la superficie ideal, según sus intereses, para instalar placas fotovoltaicas o los destrocen atravesándolos con las líneas de evacuación”.
El documento firmado por las tres opas reclama tanto al Gobierno central como a la Junta de Castilla y León “que sean especialmente contundentes en no permitir que la instalación de parques de energía fotovoltaica se haga de cualquier manera y en cualquier zona”.
“No es razonable que habiendo tanta superficie en nuestra Comunidad Autónoma las administraciones y los empresarios privados se fijen, por ejemplo, en zonas tradicionales de cultivo, en terrenos de transformación en regadíos, en pujantes tierras productivas o en terrenos muy útiles desde el punto de vista agronómico”, criticaron.
Por último, apelaron al “sentido de la responsabilidad” de los dirigentes políticos para que tengan en cuenta que el suelo productor de alimentos está “limitado” y que debe ser un “patrimonio a defender con todas las herramientas al alcance de la sociedad estableciendo incluso medidas legislativas para preservarlo”.