Kitty y Julia, Julia y Kitty

Kitty y Julia.

Marta Cuervo

Parece una bola de algodón. Con un pelaje suave y blanco como la nieve, Kitty es una más dentro de la familia de Julia, su dueña. Pertenece a los 'Toy polones', de la especie de los conejos, y su mayor diferencia con los comunes salta a la vista: su tamaño, mucho más pequeño.

“Las orejas también son distintas y no se les puede coger por ellas. Son más delicados, no deben coger frío porque pueden morir si sufren diarreas”, explica Julia. Además, según explica su jovencísima dueña, el primer año hay que tener mucho cuidado. “Tiene una comida especial que cambia a partir de los seis meses, cuando se hacen adultos”.

Julia, con tan solo 12 años, se ha convertido en una verdadera experta en el mundo de los conejos enanos. Se informa a través de revistas especializadas, y de consejos y publicaciones en internet.

¿Qué come un conejo enano?

Kitty come pienso y heno que debe ser su comida principal. “Siempre tiene comida, ella sola se raciona. A los conejos les gusta tener una rutina, que controlan ellos mismos. Siempre duerme la siesta después de comer”, asegura la pequeña.

La gusta mucho el pan duro que, a pesar de que le viene bien para fortalecer los dientes y limarlos, no se les debe de dar mucho porque también les hace engordar. También le encantan los premios de yogur.

“Los conejos comen zanahorias pero a ella no le gustan. Come manzanas y, en cuanto a la ensalada, no les sienta bien porque tiene mucho líquido pero no muchas proteínas”, argumenta Julia.

Cuidados esenciales

Lo más importante para un conejo enano es un control rutinario cada seis meses y la vacunación contra la mixomatosis, también cada seis meses.

La cuidadora de Kitty comenta que las uñas se las corta la veterinaria, y hay que cepillarles con un cepillo especial para conejos, para evitar que se le formen bolas de pelo en el estómago.

“Se lava muchísimo, en su cartilla pone que dedica 8 horas diarias a su limpieza. Es muy gracioso cuando se coge las orejitas para limpiarse”. Además, es importante desparasitarlos internamente.

En lo referente al baño, no se les debe de lavar muy a menudo. “Nosotros la lavamos con un jabón especial para conejos, y de pequeña lo hacíamos con una espuma que no hace falta aclarar, para que no se enfriara”, apunta Julia.

Sus juegos

Le gusta jugar a la pelota; “es su amiga desde pequeña, desde que la vio, la ronroneó, que lo hace cuando está contenta. Da vueltas a su alrededor y la empuja con el hocico para correr detrás de ella”.

Otra de sus necesidades es una jaula de las dimensiones correctas, no más pequeña de 60x40x50. Pero los conejos enanos deben pasar más tiempo fuera que dentro de ella. “Si está siempre en la jaula se les pueden atrofiar las patas de atrás”.

“Es muy mimosa, la encanta que la acaricien”, asegura Julia.

A tener en cuenta...

A los conejos enanos les encantan los recovecos, esconderse, y buscar sus propias 'madrigueras'. “También les gusta escarbar en la tierra de los tiestos, y roer para gastar los dientes”. En casa de Julia han tenido algún pequeño accidente con las puertas y los muebles de madera. “Tiene unas zanahorias de madera para que las muerda, pero prefiere los muebles”, comentan.

En cuanto a sus necesidades fisiológicas, los conejos suelen habituarse a una zona fija, pero hay que tener precaución porque son “expendedores de bolitas”, bromea la madre de Julia.

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