Uno puede estar en Babia todo lo que desee o que pueda permitirse. Quizá en estos tiempos en lo que todo debe ser para ya mismo, e incluso para ayer, bien vendría tranquilizarse y pensar con sosiego, incluso relajar la mente por completo. Lo que sí parece que sea de recibo, ya físicamente sobre el terreno, es que la comarca leonesa de Babia esté bien comunicada.
Sobre la nueva vía asfaltada que comunica la localidad de Torrestío (Torrostigu en asturleonés) con el alto de la Farrapona y este con Saliencia y aguas abajo La Pola Somiedo, hablaremos con varias personas del municipio de San Emiliano (Santu Michanu) y del pueblo más afectado, Torrestío. Una vieja reivindicación de la comarca que se ha hecho realidad después de muchísimos años de desesperación y cuyas obras ya están prácticamente terminadas, a falta de su apertura oficial al tráfico. Todo esto a ritmo de pedalada, como venimos haciendo en ILEON este verano con la serie de reportajes ‘Tejiendo León a pedaladas’.
La ruta elegida en esta ocasión nos lleva desde la capital del municipio, San Emiliano, al puerto Ventana. Una ascensión con una pendiente prolongada que hace agradable la subida mientras se puede observar una de las joyas de la Cordillera Cantábrica, y no es otra que Peña Ubiña (Penubina la Grande y Penubina la Pequena). Una vez coronado el puerto que divide administrativamente León y Asturias y comienza el Parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa, volvemos sobre nuestros pasos hasta el desvío de la localidad de Torrestío, donde tres de sus doce vecinos, Alberto, José Antonio y Gabino nos da su opinión sobre el reciente asfaltado desde el pueblo hasta el alto de la Farrapona.
Los tres tienen la misma opinión, y ven idénticos pros y contras. “Una vía de comunicación siempre es buena, el problema está en analizar la situación real, y como pudo ver, la carretera entre el pueblo y la general del puerto Ventana no está para que se crucen dos coches en muchos tramos”. Quien dice esto es Alberto, que, como el resto, teme que la afluencia de turistas amantes de la bicicleta y de la montaña sobrepasen las posibilidades actuales de la zona. Otro problema que ve José Antonio es un posible cuello de botella, ya que las calles de Torrestío son estrechas y su icónica señal de “precaución, gallinas sueltas” es un claro ejemplo de cómo se vive en este pueblo babiano. Gabino añade que “ya estamos viendo que, tanto coches, como bicis y motos pasan a una velocidad que no es la adecuada ni para el pueblo ni para estas carreteras”. Y es que el problema del turismo no solo afecta a las grandes urbes o a las cercanas costas asturianas, si no que en localidades montañosas puede llegar a ocurrir o ya está ocurriendo. Gabino, quizá el más activo de los tres, indica que la comunicación con la otra parte del puerto siempre existió, aseverando incluso que “hay vecinos, y no pocos de los pueblos del otro lado que vienen a comprar a San Emiliano antes que ir a La Pola Somiedo”. José Antonio, finalizando la conversación, índice en que “lo que pedimos es respeto, y que antes de abrir definitivamente la carretera, que aún no está terminada, cuenten con los vecinos y se disponga de la logística necesaria”.
Pedal a pedal llegamos al alto de la Farrapona, mítico puerto de La Vuelta a España, subido por última vez en la edición de 2020 y dando por ganador a David Gaudu. En lo alto, otro de los atractivos de la zona son los Lagos de Saliencia (Ḷḷagunas de Saliencia), llenando todos los fines de semana el aparcamiento situado en el alto. Bajar el puerto es un espectáculo debido a sus curvas, las paredes que escoltan la carretera, el sonido del río y los posibles osos que puedes ver en sus laderas. En esta ocasión, una familia observando con grandes prismáticos y una buena cámara le permitieron a este ciclista observa a una pareja jugueteando entre las piedras.
Llegado al final del puerto y atravesando dos pequeños túneles, se llega a la carretera principal y de aquí a La Pola Somiedo, que a mediados de septiembre y siendo fin de semana, estaba llena de turistas recorriendo sus calles, comprando diversos productos de la zona y comiendo en sus restaurantes, posiblemente, productos de cercanía.
Realizado el descanso de rigor, comienza la ascensión al Puertu Somiedo, que, con sus doce kilómetros, eso sí, bastante tendidos, nos va mostrando unas vistas que obligaban a detener la bicicleta y apreciarlas como se merecen. Llegados al puerto, un suave descenso nos lleva, entre otros a Piedrafita de Babia, Cabrillanes (Cabriḷḷanes) y Villasecino (Viḷḷasecinu). Será en este tramo donde me cruce con un abundante número de ciclistas que se dirigían a Villablino (Viḷḷablinu) para disfruta del final de la decimocuarta etapa de La Vuelta a España. De aquí cogemos de desvío para San Emiliano, donde una comida con productos autóctonos y una buena siesta es cosa obligada.
A media tarde, justo antes de que una fuerte tormenta cayera en toda la comarca, nos sentamos a conversar con David Marcello, alcalde de San Emiliano. Casi antes de empezar la entrevista, un vecino, ya mayor, nos indicó que en los años ochenta se publicó en el BOE (siendo presidente de Castilla y León Demetrio Madrid) el proyecto para asfaltar y acondicionar la otra vía de comunicación con Asturias que queda por adecentar, y no es otra que la que une el pueblo de Pinos con la Cubilla, otra reclamación histórica a ambos lados del cordal y un anhelo para los ciclistas. El puerto de Pinos, que es conocido por la disputa entre ganaderos leoneses y asturianos, y que recientemente ha visto como la balanza de la justicia se inclinó a favor de los primeros, sigue viendo como su camino, cada año que pasa, está en peores condiciones.
Sobre el asfaltado de la Farrapona, Marcello indica que “una vía de comunicación es un servicio que hay que dar a los vecinos, siempre que se haga un uso responsable del mismo”. El alcalde de San Emiliano señala que “el turismo puede llevar al colapso tanto a estos pueblos como a esa carretera, por lo que pedimos una serie de medidas”, que al igual que los tres vecinos de Torrestío, son la velocidad y el acondicionamiento de la carretera que lleva a Torrestío. David indica que las empresas, cuando tienen que venir a hacer obras a los pueblos de montaña, incrementan el presupuesto, y que más de una vez no se presenta ninguna a la adjudicación. Terminando la entrevista, el alcalde indica que estos pueblos necesitan de unas infraestructuras para acoger lo que puede aportar el asfalto de la Farrapona, y que la llegada de la fibra y todo el saneamiento de la red de aguas es algo básico. Otro tema que no quiere dejar pasar es la comunicación de Babia con las dos capitales administrativas más cercanas, Oviedo (Uviéu) y León (Llión), a las que si quieren llegar tienen que hacer un importante desembolso para pagar el peaje, el de la AP-66, al que la Unión Europea abrió un expediente sancionador por extender la concesión de forma ilegal.
Finalizada la conversación con David, la siguiente persona en ser interrogada es Natalia Quiñones, que como hostelera de San Emiliano ve “perfecto que se asfalte la carretera de la Farrapona, esperando con cautela lo que pueda llegar, ya que cada vez están cerrando más negocios en la zona”, para añadir que “a día solo hay dos lugares que den cenas, El Valle de San Emiliano y La Casona de Babia, y el albergue El Rebezo, en Torrebarrio (Torrobarriu), pero este solo para los que se alojen en él. Natalia explica que lo que pediría es un aumento de las ayudas en entornos rurales, e indica, por poner un ejemplo, la señalización de las rutas de la zona, su desbroce y mantenimiento o la promoción de las mismas.
Quiñones apunta que en Babia intentan hacer cada mes una actividad diferente a través de la Asociación Estás en Babia. Aquí van varios ejemplos: en julio y agosto ofrecen las salidas nocturnas para observar las estrellas, ya que Babia fue declarado Parque Estelar (StarPark) al amparo de la iniciativa Starlight, avalado por la UNESCO, en septiembre y octubre tienen la caza y en noviembre las Jornadas gastronómicas del potro Hispano-Bretón. Dando por concluida la entrevista, Natalia indica que, con diferencia, el lugar de procedencia más numerosa de visitantes es Galicia y Euskadi, y que fue a raíz de la pandemia cuando esto se empezó a notar mucho más.
Con este quinto reportaje de 'Tejiendo León a pedaladas' damos por concluida la serie de este verano, con el que pretendíamos mostrar lo que ofrecen tanto nuestra provincia como las limítrofes, poniendo en valor ese turismo de cercanía. Espero que lo hayan disfrutado tanto cono nosotros. ¡Nos vemos en nuestros pueblos!