Europa se fija en Babia ensayando modelos socioeconómicos para luchar contra el declive de la España Rural
Europa se fija en la tradición vital y cultural de la comarca de Babia como ejemplo de resiliencia histórica que pueda servir para evitar la caída socioeconómica del mundo rural en la mal llamada España Vacía (más bien España Abandonad) y en la Unión Europea.
Así, un proyecto europeo ensaya modelos para una mejor gestión del territorio y el paisaje que contrarreste el declive demográfico, económico y sociocultural del entorno rural en España en la comarca leonesa, informa de ello el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Desde hace ocho años Babia es un campo de estudio con excavaciones y prospecciones arqueológicas, tareas de teledetección, trabajo en archivos, estudios paleoambientales y geoespaciales, e investigaciones etnográficas. Estos trabajos se enmarcan en el proyecto Cultur-Monts, financiado por el programa Interreg SUDOE, el Programa de Cooperación Territorial del Espacio Sudoeste Europeo, que apoya el desarrollo regional a través de la cofinanciación de proyectos transnacionales por medio del FEDER (Fondo Europeo de Desarrollo Regional)“, explican en una nota de prensa.
“Los resultados de ese trabajo puedan ser útiles para diseñar modelos innovadores de gestión territorial y valorización patrimonial que contrarresten el declive demográfico, económico y sociocultural que atraviesan los territorios rurales de la península ibérica en las últimas décadas”, explica el arqueólogo David González-Álvarez, que lleva años estudiando la peculiaridad de esta comarca de la Cordillera Cantábrica gracias a sus pastos ganaderos.
Ganadería desde tiempos prehistóricos
La ganadería ha dado forma a lo largo de los siglos al paisaje de Babia, la comarca montañosa al noroeste de León, que cuenta con numerosas fuentes de agua y praderas abundantes, dos recursos fundamentales para la trashumancia. De hecho, aún hoy rebaños de ovejas merinas siguen subiendo cada verano a los puertos de Babia desde comarcas distantes, donde comparten los pastos con vacas y caballos locales. La tradición pastoril de esta región es muy antigua.
“Investigaciones recientes han desvelado evidencias de la existencia de prácticas trashumantes en época visigoda (siglos VI-VII después de Cristo) e incluso mucho más atrás aún, al comienzo de la Prehistoria reciente (III milenio antes de Cristo)”, señala el arqueólogo David González-Álvarez, del Instituto de Ciencias del Patrimonio (Incipit), que dirige un proyecto europeo para revalorizar los paisajes de montaña y frenar el declive de las regiones rurales.
Un entorno único
El territorio de Babia es un entorno único para estudiar la influencia de la ganadería en la formación del paisaje. “Las investigaciones desarrolladas reconocen modelos diversos de gestión ganadera en diferentes etapas históricas”, avanza el arqueólogo. “Por ejemplo, se observan cambios importantes en la presión pastoril sobre el medio en función de las fluctuaciones de los mercados que eran destino final de los productos derivados de las actividades ganaderas (carne, lana, lácteos), en conexión con dinámicas económicas y geopolíticas globales”, indica.
“Las características precisas de los manejos ganaderos vigentes en diferentes momentos variaron en función de los contextos económicos o sociopolíticos, la adaptación de los grupos humanos a factores ambientales cambiantes, la orientación final de las producciones ganaderas, junto a la escala de los mercados a los que se orientaban”, argumenta González-Álvarez.
“Analizar estas variables y su correlato en las evidencias arqueológicas reconocibles en los paisajes de Babia es el objetivo más ambicioso para nuestro equipo”, subraya el arqueólogo. Con el desarrollo de esta línea de investigación, el estudio arqueológico de los espacios de alta montaña en la Cordillera Cantábrica se homologa al conocimiento más amplio de otras regiones montañosas europeas, como los Pirineos o los Alpes, donde este tipo de proyectos cuenta con una trayectoria más asentada.
“En Babia ensayamos nuevas formas para valorizar los paisajes de montaña adoptando una mirada local que sitúe las experiencias de quienes habitan el territorio en el centro de las narrativas”, señala el investigador. “De este modo, esta estrategia reforzará las identidades locales de territorios rurales en declive y contribuirá a superar el creciente conflicto entre visitantes y pobladores de zonas rurales”, añade.
El papel de las comunidades locales
Como complemento a las labores de investigación, el equipo científico ha puesto en marcha desde 2024 un ambicioso programa de transferencia, articulado por el proyecto europeo Valorización de los Paisajes Culturales de montaña: un recurso de desarrollo territorial sostenible (Cultur-Monts), del programa Interreg SUDOE.
Dentro de un consorcio formado por diez entidades de Francia, España y Portugal, con su nodo central en el Institut Català d’Arqueologia Clàssica (ICAC), el Incipit y la Reserva de la Biosfera de Babia diseñan nuevas estrategias para analizar y difundir el papel desempeñado por las comunidades locales en la gestión de los espacios rurales. En este proyecto, participan además como entidades asociadas los Ayuntamientos de Cabrillanes y San Emiliano, así como el Museo de los Pueblos Leoneses de la Diputación de León.
“Ante el auge del turismo rural y de naturaleza en la Montaña Leonesa, los discursos patrimoniales vigentes determinan imaginarios turísticos que ponen el foco principalmente en los valores naturales o estéticos del paisaje”, advierte González-Álvarez. “Mientras tanto, las actividades productivas que protagonizan las gentes que han habitado estos lugares a lo largo de la historia son aminoradas y simplificadas, pese a que son cruciales en el modelado de los paisajes rurales que atraen al turismo”, añade.
“En consecuencia –señala González-Álvarez–, la población local no se reconoce a sí misma en esos relatos, y quienes aún trabajan en el sector primario llegan a contemplar la actividad turística como una intromisión en sus formas de vida, que relacionan con la consolidación de los espacios protegidos, los cuales llegan a ser vistos como instrumentos que expropian sus derechos sobre el territorio”.
“Considerando este desencuentro –añade el arqueólogo– en los últimos años agravado por la polarización del debate público español consecuencia de intereses políticos y sectoriales, el proyecto Cultur-Monts explora las posibilidades de las interpretaciones arqueológicas sobre los paisajes de montaña para su valorización”.
El equipo del Incipit conecta de este modo los resultados de los estudios arqueológicos con el desarrollo de un programa de transferencia y divulgación orientado en función de desafíos sociales actuales como el Reto Demográfico o los Objetivos de Desarrollo Sostenible. “El proyecto Cultur-Monts busca que las miradas y experiencias de quienes habitan este territorio sean el eje que articule los relatos que dan sentido a esos paisajes y a los que se aproximan quienes visitan Babia en la actualidad”, resume el arqueólogo.
“El objetivo último es diseñar una estrategia innovadora para valorizar los paisajes culturales de Babia, empoderar a sus habitantes reconectándolos con las identidades locales, y lanzar acciones de transferencia que apoyen el desarrollo endógeno y sostenible de estos territorios en declive”, concluye González-Álvarez.