El Colegio de Arquitectos ensalza edificios del movimiento moderno en la Región Leonesa, uno en Padre Isla en León

Edificio del número 11 de Padre Isla en León, de Juan Torbado Franco y Ramón Cañas y del Río.

EFE

El Colegio Oficial de Arquitectos de León (COAL) ha anunciado el reconocimiento de tres representativos edificios del movimiento moderno situados en León, Salamanca y Zamora. Estos edificios serán distinguidos con la prestigiosa placa de la Fundación Do.co.mo.mo (Documentación y Conservación del Movimiento Moderno), que destaca su importancia arquitectónica y su contribución al patrimonio cultural de la región.

El edificio de viviendas situado en el número 11 de la Calle Padre Isla, en la capital leonesa, es una muestra representativa de la arquitectura moderna residencial integrada en el entorno urbano de la ciudad. Proyectado por los arquitectos Juan Torbado Franco y Ramón Cañas y del Río, y edificado en los años 1938-1939, según el COAL “resuelve la distribución de cinco viviendas por planta de extensa superficie, con el empleo audaz de sus cuatro fachadas y de cinco patios de luces ubicados en el interior del solar”.

Asimismo, figura el Colegio Mayor Hernán Cortés de Salamanca (Paseo de San Vicente, 103), proyectado por el reconocido arquitecto y académico Antonio Fernández Alba, fallecido el 7 de mayo de este años a los 96 años. Se trata de una residencia estudiantil inaugurada en 1957, que ha sido un punto de encuentro para generaciones de estudiantes. Su estructura refleja los principios del movimiento moderno aplicados a la educación y la vida comunitaria.

Esta obra de Fernández Alba “es un ejemplo que refleja su capacidad para combinar funcionalidad y una estética marcadamente tectónica, en un emplazamiento complejo, marcado por el desnivel y herencia de la ubicación de la antigua muralla medieval de la ciudad”.

Finalmente, se ha reconocido al Banco de Salamanca de Zamora (actualmente edificio del Banco Popular del Grupo Santander, en Calle Santa Clara, 32), que forma parte del casco histórico con una apariencia “sobria, elegante y funcional, y representa un ejemplo destacado de la arquitectura moderna despojada de ornato”.

Construido en 1965 y proyectado por los arquitectos Adolfo Bobo y Lucas Espinosa Navarro, su estructura y estética lo han posicionado como un símbolo del desarrollo económico y social de la ciudad y es un ejemplo de equipamiento de uso administrativo del registro de edificios del movimiento moderno.

La Fundación Do.co.mo.mo, dedicada a la documentación y conservación del patrimonio arquitectónico moderno, dispone de un edificio donde recoge entre otros casi 2500 edificios construidos entre 1925 y 1975, destacados por su valor histórico y arquitectónico, reconociendo su contribución a la evolución de la arquitectura contemporánea en España. La distinción con las placas se llevará a cabo en ceremonias individuales en cada una de las ciudades.

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