Una larga reivindicación logra cerrar el cementerio del desaparecido pueblo de Lodares para que no afloren restos
El cementerio de Lodares, una de las localidades desaparecidas del mapa con la construcción en los años sesenta del embalse del Porma, estrena este viernes 31 de octubre (víspera de la celebración de Todos los Santos) su nuevo cierre, una obra producto de una larga reivindicación para evitar que afloren restos humanos de personas originarias de la localidad. El acto está convocado para las 12.30 horas y se espera la presencia de la presidenta de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), María Jesús Lafuente, o algún alto cargo de la entidad, que fue la encargada de acometer las obras.
Precisamente al organismo de cuenca se dirigió desde hace al menos casi dos décadas la reivindicación de la Asociación Amigos de la Montaña del Porma. Con la construcción del embalse del Porma quedaron apenas en pie dos casas de Lodares y la iglesia de Ferreras, con el propósito de cobijar al ganado vacuno de la zona. Y fue ya a finales de los años noventa precisamente el trasiego de vacas lo que hizo aflorar restos humanos a la superficie del cementerio, que había quedado por encima de la cota máxima del pantano, teóricamente a salvo de una inundación total, según explicó Nito Lagüeira en el blog de Amigos de la Montaña del Porma altoporma.com.
El colectivo realizó gestiones ante CHD, que en primera instancia se limitó a echar una losa de hormigón sobre parte del cementerio. “Quedó sin hacer la L que daba a la calle principal, frente a la cocina de horno del tío Luciano, lugar donde se enterraban los niños recién nacidos, los bautizados a la derecha y los que no lo estaban, a la izquierda”, señalan en el citado blog.
El caso es que la solera de hormigón se fue deteriorando al ser la zona aprovechable por el ganado para sestear y por sus cuidadores para echarle de comer durante el invierno, lo que dio argumentos añadidos a la reivindicación de las familias originarias de este entorno anegado por la construcción del embalse del Porma y que ahora la ven cumplida al ver realizada una obra que respeta escrupulosamente el cierre primigenio.
El párroco de Puebla de Lillo, Don Patricio, será el encargado este viernes de bendecir el lugar y hacer un breve responso para rezar por los vecinos que reposan en este camposanto, ahora ya convenientemente cerrado, en vísperas de Todos los Santos.