Uno de los más grandes y también uno de los que más riqueza y biodiversidad ha quemado. Así ha sido el incendio forestal que durante 11 días de este mes de agosto permaneció arrasando buena parte de los montes de varias localidades del municipio de Boca de Huérgano desde que se declarara el 7 de agosto hasta que ayer 18 la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León considerara el siniestro completamente extinguido, con ayuda de la climatología.
Con el fin de este grave incendio en el corazón del Parque Regional de la Montaña de Riaño y Mampodre se ha procedido por fin a la cuantificación de la superficie calcinada. Y oficialmente hoy por primera vez la Junta otorga las cifras definitivas del siniestro, habiéndose quemado muy cerca de 1.100 hectáreas (1.097,23 en concreto).
De ellas, según la misma fuente, un total de 33,40 hectáreas fueron superficie arbolada, y parte de ello un valioso bosque de acebos centenarios, algunos con más de 300 años de vida. El pasto sumó otras 55,79 hectáreas y el rastrojo apenas 0,04, de modo que el grueso de la superficie que se quemó resultó ser de matorral, con 1.008 hectáreas.
Hasta ayer no se aclaró tampoco de manera oficial el origen del siniestro, que resultó ser el rayo de una tormenta, después de que desde su origen se mantuviera en investigación este hecho.
En lo peor de este incendio en Boca de Huérgano llegaron a participar hasta 13 medios aéreos, algunos incluso procedentes de fuera de la Comunidad autónoma, y habiendo estado varios días situado en nivel 2 de riesgo también permaneció movilizada la Unidad Militar de Emergencias, sumándose a numerosas brigadas y cuadrillas tanto autonómicas como estatales.