Detenida una conductora que se saltó el confinamiento, tuvo un accidente y triplicó la tasa de alcohol

La Guardia Civil de Tráfico detuvo a última hora de este martes a una conductora que no sólo se había saltado la orden de confinamiento doméstico a causa de la alerta sanitaria por coronavirus sino que, además, sufrió un accidente de tráfico y posteriormente triplicó la tasa de alcohol en sangre permitida, por lo que se la ha denunciado por vía penal.

El Destacamento de Tráfico de la Guardia Civil de Astorga a las 23.20 horas de ayer se trasladaron al kilómetro 1,100 de la carretera LE-451 debido a una salida de vía por el margen derecho de la que se les había avisado. Una vez en el lugar de los hechos, comprobaron que existe un herido leve, que resulta ser la conductora del vehículo y única ocupante.

Seguidamente, observan que esta persona presenta claros síntomas de hallarse bajo la influencia de bebidas alcohólicas. Por ello, invitaron a la mujer a someterse a las pruebas de detección del grado de impregnación alcohólica, arrojando resultado positivo. Como consecuencia de lo relatado con anterioridad, el Equipo de Atestados de la Guardia Civil de León instruyó diligencias por un supuesto delito contra la seguridad vial que son seguidamente remitidas al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Astorga.

Así mismo, se practican las comprobaciones necesarias para acreditar las razones por las que la conductora se encontraba realizando el citado desplazamiento en vehículo, no encontrándose éstas dentro de las situaciones establecidas en el artículo 7 del Real Decreto del Estado de Alarma, por el que se limita la libertad de circulación de las personas. Por ello, se informa a la conductora que se procede a confeccionar denuncia por incumplir las restricciones previstas en la citada norma, remitiendo la misma a la Subdelegación del Gobierno.

Las sanciones posibles

La Guardia Civil recuerda que la ingesta de bebidas alcohólicas, así como la de drogas y sustancias tóxicas influye en el conductor de un vehículo con la disminución de la capacidad sensorial, de reflejos y de atención en la conducción, desvirtuando la percepción de la realidad, determinando una conducción inapropiada y creando un concreto peligro para la vida propia y del resto de los usuarios de la vía, aumentando exponencialmente la posibilidad de sufrir un siniestro vial.

Estas conductas al volante podrían conllevar administrativamente hasta 1.000 euros de sanción y penalmente podrían ser castigadas con la pena de prisión de tres a seis meses o con la de multa de seis a doce meses o con la de trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a noventa días, y, en cualquier caso, con la de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta cuatro años.