Ya hace tiempo, mucho, años, desde que estamos embutidos en un ente botillero que nos está dejando en los huesos, no somos capaces a reaccionar ni tan siquiera ante el empeoramiento progresivo e inducido de la circunstancia socioeconómico leonesa.
'Valladolid centro logístico'. Ahora ferroviario también. Esa es la última noticia. Alcanzan la bendición y dineros europeos para pasar a ser un gran NO-DO, y a León, en declive, poco le quedan ya, ni bajo la almohada de los sueños, más que vestigios del nudo que fue. El centralismo 'castivallisoletano' nos está dejando fuera de juego por apropiación indebida. Y así parecemos estar estultos en espera de que la migaja epulona nos caiga en la boca… siendo éste un suplicio lento y estudiado.
Dicho lo cual, escribiré sobre lo que parece que los leoneses, ora provinciales, ora regionales, y sin demasiada compenetración, estamos padeciendo, siempre tras la ('y') nominal perdidos en el abandono de la cola. Ya que no somos capaces de entender o comprender que aquí estamos obligados, y fuera de lugar, porque no hemos sabido mantener en el tiempo, con la intensidad requerida, la posición preautonómica del 'NO con Castilla', y después la reivindicativa de mayo del 84. Por citar momentos clave.
Si a esto, y a un rosario de agravios que hieren y mortifican, alguien contesta que no es cierto, y que la mayoría sí es consciente de la situación a la que nos van llevando, mi respuesta no puede ser otra que: si están los políticos donde están no es por casualidad, ni la culpa es del 'maldito tango', es cuestión de votos depositados en las urnas autonómicas…¡por los leoneses!
El colaboracionismo lo pagan bien en el ente. Algunos/as de los nuestros que en tareas políticas han querido medrar en cargos, han ayudado a inutilizarnos, dando vida al ente. Y no es que apoyaran, es que lo defendían como cosa propia y lamentablemente... ¡Siguen! No importa la mano política, en este menester van bien entrelazados, en tanto nosotros, el pueblo, regionalmente desunidos, con lamento en boca y papeleta masoquista en mano… les seguimos.
Un repaso al ahora, fuego, humo y negra perspectiva. Los rescoldos de la Sierra de La Culebra, “no bien apagados”, y mucho peor comprendidos, nos han llevado a los fuegos de hoy, con los montes desguarnecidos, sin limpieza, sin cortafuegos... –¡Sin plan preventivo!– cuando estamos inmersos en una situación climática adversa, que parece ser norma a futuro.
Fuegos, digo, que los políticos del ente parecen querer encajar en una supuesta persecución de la mala suerte para la masa arbórea leonesa, que la mano del paisanaje antaño, hoy vetada por competencia (incompetencia) de la Junta , la Ley de Montes y el lento y cambiante medio ambiente que los humanos nos encargamos de hostigar, no puede remediar con su cotidiana intervención. Sé que lo de ahora es mucho más amplio que eso, pero por un eslabón se empieza la cadena.
Veamos. Lo que quiero decir es que, si no saben protegerla (la masa arbórea) desde la Consejería… de Medio Ambiente… que en la actualidad lleva Suárez-Quiñones; o no quieren ni él ni sus mediocres asesores, y esto es detectable por actuaciones sin convencimiento y cortas, nosotros, la ciudadanía, el paisanaje, debemos preguntarnos: ¿!ué hemos hecho para no descubrirlo a tiempo, y denunciarlo? ¿O qué hemos pedido que hagan para la conservación de los montes? Mostrando que estamos vigilantes.
Y pongo el ojo en las Diputaciones, de modo especial observo la más cercana, la de León, y en los diputados en los órganos de Gobierno, siempre encabezados por el presidente los diputados del del SAM, Desarrollo Económico, Territorio Sostenible, Desarrollo Rural, Servicio Provincial de Extinción de Incendios, Coordinación de Áreas con la presidencia, etcétera.
Vigilancia y exigencia que encajaría en sus cometidos, por turnos o competencias primarias, saber lo que hace la Junta, si cumple con lo que anuncia, si es suficiente, si hay equidad distributiva, o si sencillamente si no cumple. Ir a los plenos y poco más, es labor insuficiente, y los ciudadanos se lo hemos de reclamar, pues suena a dejación enmascarada.
Para los diputados de UPL, y sus equipos, si los tienen, hoy hablamos de montes a conservar y el fuego que acecha. Mejor sería más zapatilla provincial, como si ya tuviéramos autonomía propia, con plan de trabajo para vigilancia y propuestas, desde el minuto uno. Por supuesto no hasta que revienten los caballos, pero sí conscientes del propio cometido, ese debe ser el compromiso, lo de figurantes… para el teatro.
Aquí en León se vota por ideología, y se sufre por insensatez. ¡Comprobado!