Jalearnos en las redes entre nosotros, los leonesistas, o quienes decimos serlo, queda claro una vez más, que no pasa de ser un calentón continuo pero demasiado focalizado; cada uno a su albur, sin verdadera proyección didáctica colectiva consensuada que se refleje en el movimiento político leonesista.
Empiezo por hacerme cargo de la parte alícuota que en este proceder sociopolítico y cultural leonés pueda merecer mi partición en los medios, mi modesto batallar con las letras para intentar entender y defender la participación de los leoneses en la propia casa, en el entorno autonómico dañino, y en el global nacional que viene a ser el “celofán” que envuelve todo y anudan los políticos.
Voy en plan reflexivo. Me pregunto, lanzo opinión y busco que alguien aporte algo más nuevo sobre la situación presente y futura, con el basamento histórico, cultural y vivencial que nos atañe y nomina.
Como ciudadanos leoneses en general, la incertidumbre o falsa idea de que la razón (la leonesa en nuestro caso) se tiene y ya está, tal parece que nos ha invadido, dejándonos llevar en alas de mensajes ideológicos de altos vuelos manejados por partidistas políticos, que bien asentados en su descarnado proceder, nos conducen al huerto.
¿A quiénes coloco en tal actuación política?, pues precisamente a aquellos ejercientes en esta actividad PP/PSOE, con mensaje poderoso de partido, dinero, estructura y aleatoriamente poder, y nos “desean”, pero no como partenaires, sino como juguetes. Acusémoslos de engaños y malas artes, que las tienen y las practican, pero carguemos sobre los ciudadanos, en general, los que les votan mayoritariamente, la culpa inconsecuente de hacerlo y ratificarlos.
Pues bien en este maremágnum, el político, el de gestión que dicen es el local, y en determinadas facetas el provincial, y en el conductual, el del vivir nacional, el del todo el país, o suma de países, no somos los leoneses más que piezas sueltas que ellos, los dirigentes, pegan con el voto que nos inducen a llevar a las urnas, y, obnubilados, generalmente acatamos. Quede claro que no soy negativista del sistema. Dudo que los leoneses sepamos movernos en tan delicado asunto, donde actúan los que consideramos nuestros y en líneas generales son colaboracionistas de otros, con planes ajenos al sentir popular.
El 'pecado' leonés
Nuestro pecado ciudadano, es dejarnos conducir, soslayando la conveniencia práctica de ser leoneses, como constitucionalmente tenemos derecho a ser reconocidos eligiendo en libertad la propia autonomía, y se nos está conculcando. No somos capaces de hacérselo notar al gremio político que, en cambio, sí sabe manejarnos en beneficio partidista.
Me sentiré más tranquilo, si lo antedicho y buena parte de cuanto aún pueda añadir en este artículo de opinión, al ser leído, entiende el lector que ha surgido de inmediato, como así ha sido, ante el resultado de las elecciones generales aún calientes, y latiendo nuestra participación y derivaciones leonesas. Esto es, puntual, de un lunes de resaca, eso sí con positividad, y que lo escrito, así espontáneo, permanecerá toda la semana inamovible hasta que vea la luz. Pues ya habrá, y sin tardanza, oportunidad de comentar nuevas cosas y pareceres.
Ahora toca preguntarse: ¿Ha fracasado UPL este 23 de julio de 2023? Yo, desde la angustiosa apreciación del momento, diría que sí. Mucho me duele tener, no ya que asumir, pero sí inclinarme a considerar que tilden a UPL (de modo especial desde el ente autonómico, aunque tengamos que hacer abstracción severa de la sorna insidiosa dicente)... ¡De que es, o actúa como un partido localista!
UPL nace fruto de los fracasos de otras formaciones anteriores en momentos preautonómicos. Lo he dicho y lo repito, puede que de salida se centrara con apariencia focal en la participación de la vida local legionense, cuestión del principal promotor, pero podía pasar tal posicionamiento camuflado como base de despegue y toma de posiciones, y lo que se decía, “tocar poder”, aun cuando fuera local. ¡Había un buen puñado de románticos en la formación leonesista! Nadie a la vista de procederes podrá ahora, con clara perspectiva, decir lo contrario. Errores, demasiados, incluso cuando se inicia el primer aterrizaje defensivo en la autonomía que amenazaba con aprisionarnos, la división fue muestra viva de lo que iba a venir.
La evolución, con desequilibrios y luchas internas, ha sido torpe, pero era muy necesaria su presencia. ¡Y sigue siéndolo!, para no morir como pueblo engullidos por el ente, Y ahí tenemos a la formación ejerciente en política, eso sí, cambiando de dirigentes, con escasa variación en el escueto modus operandi.
No tengo noticia alguna de que se hayan hecho sondeos entre los leoneses triprovincialmente, ni mucho menos un estudio sociológico del comportamiento como pueblo, valoración de la situación autonómica, deseos y preferencias, y cómo acometer, con arreglo a las posibilidades lo más pertinente –¡Y vital!–, lo socioeconómico reflujo del ente autonómico. Nunca es tarde, creo que el momento ha llegado… ¡¡¡O seguir vegetando!!!
Tras el nuevo intento de “salto a la política nacional ”, sin duda muy necesario, pero creo que mal estudiado y diseñado colegiadamente, se cosechó lo que 'sin tempero' se podía conseguir, pues seguimos muy cortos de pedagogía permanente, incluso contando el corto riego de campaña.
Obtuvieron un resultado que si no defrauda, si desilusiona. ¿Un Intento fallido? Me temo que así se puede interpretar. Mas, si no hubiéramos acudido a la cita, “sin sondeo de mercado”, seguiríamos siempre en la duda de nuestras posibilidades como pueblo. Ni la formación estuvo fina, con cortedad de mensaje, ni los leoneses conscientes de lo que nos jugamos cada vez más in extremis.
Veo flojedad político leonesista y dudo de nuestra pronta definición como pueblo.