Dentro de una semana, los leoneses tenemos una convocatoria de los sindicatos para acudir a una manifestación, en la que se pretende hacer una llamada de atención a las administraciones ante la falta de inversiones, que van creando en los leoneses la necesidad de abandonar esta tierra en busca simplemente de un trabajo que les permita vivir.
El escenario de precariedad laboral no solo es en la provincia de León, también se puede contemplar parecida situación en las provincias hermanas de Zamora y Salamanca, en definitiva, en la Región Leonesa. Pero, en esta ocasión, la convocatoria es solo de los sindicatos provinciales, y, por lo tanto, en el ámbito de esta provincia.
No voy a ser un portavoz de llamada, apoyando la necesidad de asistir a la manifestación. Aquellos leoneses que no vean esta necesidad de asistencia, entiendo que, o pecan de despreocupados, o están ciegos ante la coyuntura socioeconómica, lo que viene a ser una postura cegarata de incomprensible conformismo.
Pero sí pido a todos aquellos que vean la necesidad de plantear en las calles, algo más que “reclamaciones”, ¡exigencias! Que el pueblo leonés dirige a las administraciones ante la situación económica, sanitaria, de despoblación, de actividad laboral exigua a las que nos han abocado, que no falten a esta invitación, por comodidad, desidia, o cualquier otra disculpa que entiendo no pueden justificar su inasistencia.
Y a estas alturas de mi vida no voy morderme la lengua, a la hora de decir que las solicitudes severas, exigentes y necesarias, se dirigen a las administraciones, nacional y autonómica, las mismas que durante años han prometido y no cumplido promesas tras promesas, elecciones tras elecciones.
Pero ojo, estas administraciones no son estamentos estancos, dirigidos por gentes, personas abstractas, desconocidas o descabezadas. Estas gerencias están organizadas por los partidos políticos; los de ámbito nacional, que se han despreocupado por completo de la situación de esta tierra, prometiendo una y otra vez soluciones que no llegan, estudios interminables, uno tras otro. Y además lanzando la culpa a su contrario en el poder, y no actuando cuando la solución está en su mano.
Lo que no puedo admitir tras lo dicho, es que esos poderes, o personas que los representan, este o aquel ejecutivo, asistan hipócritamente también a estas reclamaciones multitudinarias, arropados por sus acólitos, estómagos agradecidos, cuando en su mano están las soluciones que exigimos, y que lejos de ser fruto del egoísmo, son de auténtica necesidad, como demuestran todos los datos estadísticos económicos, sanitarios o poblacionales,
Respeto a todos aquellos ciudadanos que democráticamente tienen una ideología, de un color o del contrario, pero su capacidad de solución a los problemas que padecemos, como ciudadano, está únicamente en su voto, y por lo tanto en su derecho de asistir o no, a esta amplia convocatoria. promovida por casi todos los sindicatos, por no decir todos.
Los políticos leoneses, un insulto hacia los manifestantes
Pero insisto no apruebo, y me parece un insulto hacia los asistentes la presencia de personas que por sus cargos en los parlamentos nacional o autonómico, y en el Senado (es decir en representación política de nuestros intereses), que se dediquen a reclamar al contrario en el poder, y olvidarse de esas reclamaciones cuando están los suyos en el ejercicio del gobierno. Y aquí me da igual las ideologías, pues todas a nivel nacional actúan con parecidos métodos.
Curiosamente hay formaciones, que reconocen, admiten y defienden a otros pueblos del Estado Español, pero…..vamos a decir que no solo omiten en esas reclamaciones al pueblo leonés, sino que, con mayor gravedad, niegan su existencia, o lo convierten en castellano, o castellanoleonés, cual si ya fuéramos una colonia castellana. Situación no solo permitida por el Estado Español, sino aprobada y legalizada por esta autoridad nacional mediante el silencio cómplice.
No pido, en absoluto con estas mis apreciaciones, que se insulte, y/o que se realicen un hostigamiento (stalking, para los modernos), ¡EN ABSOLUTO! Mi deseo es que no se lastime la verdadera razón reivindicativa, y que los enemigos de León no puedan esconder los motivos de la manifestación, tras la máscara de algún incidente no deseado.
Nada me gustaría más, que los advenedizos políticos asistentes, se sintieran arropados tan sólo por sus acólitos agradecidos, y no por la masa de los asistentes, que, ignorándolos, estarán mostrando una palpable realidad acusatoria.