De Convención del PSOE a proclamación... y vuelta a empezar

Unos cortos apuntes reflexivos, en plan crónica, de un más de lo mismo, hoy socialista, organizado por la facción castellana autonómica PSOE, en nuestro feudo, Legio, con un morboso final: 'Toma tres tazas'...

De Zapatero, quien con su soplido hincha velas castellanas, empecemos diciendo que no vino a afinar gaitas a Legio para las jornadas socialistas. Mi apreciación: ¡Estupendo!

Cendón, el trasquilado en la ejecutiva nacional, disonó. Ensayó sonrisas, poco más que un convidado y sin áurea, cuasi un telonero; en tanto el candidato Carlos, el soriano, chupaba cámara a placer. Loco por la música, 'a ver si chifla' había ido a Madrid, a la Casa de León, soltando “lo que se va a hacer en la capital y en la provincia, con talento y capacidad”; pero el cómo, cuándo y con quién cuenta: ¡Eso para otro día! Casi el mismo estribillo en el arranque de las jornadas, con acibarada euforia, apoyándose en lo que hizo Zapatero. Va y dice que el “cambio llegará en marzo”. ¡Qué remedio! Se le va estrechando la vereda.

El alcalde legionense, ni voz, ni estampa en su feudo, estaba haciendo cofradí“ en Ayamonte como papón de Angustias. Ejercer el paponaje, que al menos vende la Semana Santa legionense, es un 'a menos perder', un justificante. Y quiero entender su postura.

En la víspera, el 24 de octubre, fue a visitar a Mañueco, en busca alcanzar para Legio el rango de 'Gran Ciudad'. Veamos la interpretación del presidente: “Permitirá dotar a León de nuevas herramientas de gestión, mayor descentralización administrativa”. Sin alarmas, no es prebenda, ni mucho menos miniautonomía. Pero tal encuentro les iba bien a ambos.

Sánchez, el presidente nacional, recibió los parabienes de los suyos, los de acullá, autonomistas castellanos, y los de acá, colaboracionistas de León, en tanto él en un quehacer, que es un no hacer nada por León, sordo de conveniencia, con superioridad manifiesta, no hace alusión a lo reivindicativo leonés autonómico, ni al estatus regional leonés marginado, aunque tan sólo hubiera sido, para calmar los ánimos del personal, el de afuera.

Leoneses adornados de púrpura reivindicativa, los de afuera, a quienes los paniaguados, palmeros y comparsas colaboradores del ente, menosprecian ante el jefe, tildándolos de vocingleros con desdén estúpido, no vaya a ser que les riña el amo. Eso sí, estaban tan distanciados con sus pancartas, por los antidisturbios, como alejados de nuestras cosas los socialistas, los que se dicen de León.

Carlos Martínez, el soriano, le han puesto en bandeja postularse para el gran escaño presidencial autonómico. Sánchez, en gestual venia, suelta un suave aplauso, en tanto el admitido se traga la 'Y' nominal diferenciadora, cual si fuera un tragasables y habla de transversalidad el día de su jornada-precampaña electoral en un feudo díscolo, el leonés de a pie que pasaba del tema. Soltó despropósitos, que le deben cerrar el voto. No si es tan lerdo de no enterarse.

¡Un abrazo constrictor!

¿Qué otra cosa es si no el alimón autonomista PP-PSOE, gestado allende nuestros lares y aplicado aquí con el trágala de los nuestros en ambas formaciones, partiendo del centro de poder castellanizado?

Poder que ellos, los socialistas... ¡Añoran! Y con perplejidad extrema me pregunto: ¿Por qué no les vale a los nuestros una presidencia regional leonesa reconducida en autogobierno constitucional? Para esto, las puertas constitucionales están abiertas. ¡Quienes se empeñan en cerrarlas con alevosía son ellos!

¿Qué dice Sánchez, el estadista, el europeísta, el presidente de un gobierno negociador de subsistencia con nacionalistas y otros, ante esta solución de justicia para León? ¡NADA! Por los medios no quiere enterarse , y los nuestros sin orgullo leonés, sin ecuanimidad diferencial... ¡CALLAN!

Lo del Incibe, lo de la UME del visionario Zapatero (corto en dádivas para León, largo en comprensión para otros) nos lo vendió Sánchez como premio y prestigio para León, cuando se han venido encargando de minimizarnos desde todos los estamentos, en especial desde el autonómico, robándonos posicionamientos logísticos, amplio campo en ciberseguridad, la UME quedó en quinto batallón…

Soltó, en plan generalista, andanadas hacia el PP, que sin dudas las merece, mas, era pura retórica electoral, sin mordiente, pues se trata de acosar al contrario, no de abogar por lo leonés y los leoneses, para lo que siempre se ha puesto de lado. ¡Ah! Ya ¡No tenemos voto que negociar!

Patxi, un incombustible político foráneo, defensor del pueblo vasco, lo que le honra... ¡Hacia allá! ¿Pero hacia acá alguien, en pública expresión, le ha escuchado algo sobre los leoneses y su estatus de sojuzgamiento? No sé de qué conoce al soriano, pero ha dicho: “Un buen candidato Carlos Martínez, para transformar la vida de los castellanos y leoneses”.

¡Que no, Patxi, que los leoneses queremos autogobierno, no que nos transformen desde Castilla! Y sí romper cadenas conculcadoras de libertad.

Óscar López, persecutor autonómico de lo leonés antaño, hoy ministro, la sombra telemática de lo que fue, divagó en una mesa sobre Digitalización, innovación y empleo… ¡Todo bajo el amarre castellano!

Socialistas se llaman. Su eslogan: 'Atrévete a construir futuro'. A quién se lo cuentan aquí, en León, donde suena a desfachatez ante el derrumbe socioeconómico que nos ha supuesto la adscripción obligada al ente. ¡Y sigue!

Si no admiten esto, están pasando de la estulticia al insulto.

La posdata, ante el escaso contenido convencional socialista, y la escasa prudencia del candidato autonómico, Carlos Martínez, que se ha dado un tiro en el pie con el tema. Y, junto al estrafalario intento de arreglo que va desde el desconocimiento a la infamia, me cuestiono la conveniencia de componer un tercer artículo…