Coronación: elucubrar y rememorar…

Al pronto recordé las monedas acuñadas en el Régimen franquista, en las que se podía leer: “Caudillo de España por la gracia de Dios”.  Y que, en relación a la gracia divina, en más de un ocasión, como jovenzuelo estudiante, me empecé a preguntar si no sería un atrevimiento humano inmenso considerarse tocado por la mano de Dios, por supuesto al igual que otros que creyéndose prohombres, hicieran tal o cual cosa considerándola merecedora de ello. 

Claro, había algo más a tener en cuenta, a qué Dios se referían, al que era todo perdón, o al que la Iglesia, en sermones de agobiante presión, en prédicas cuaresmales de antaño, hablaba a los fieles de un Dios digamos... justiciero, que para el pecador, reservaba, por serlo, “un sufrimiento eterno”. Mas, no es mi intención entrar a tomar posición sobre tema tan profundo, ni valorar perdones y arrepentimientos, que afectan al sentimiento de creer o no, cuestión de fe, que en verdad respeto mucho.

El llamado Caudillo, supongo, exhibiría como mérito para que los curas de la época, el poder eclesial, le llevara bajo palio como dignidad máxima, sujetando las varas sacerdotes bien trajeados con ropas de ceremonia, el haber ganado una guerra al comunismo, a los “enemigos de Dios”, que en verdad no eran otros españoles, pero eso sí, puede que republicanos.

Cuando Franco, ejerciendo de dictador, en julio de 1964 estuvo en León, se ufanaron dándole a beber  por el cáliz de doña Urraca; para entonces Viñayo, el gran abad del Cabildo Isidoriano, había mostrado datos de “ser esa la copa de la última cena de Jesús”. Años más tarde la historiadora Margarita Torres, el mismo cáliz de doña Urraca lo situaría como cuencos de ágata, pertenecientes al 'Santo Grial'. 

Todos los reyes medievales, incluidos, cómo no, los del importante y cristiano Reino de León, lo eran por la gracia de Dios. ¿Acaso era bien visto, “¡allá, en lo más alto!,” que se pelearan, y algo más, entre ellos, por la herencia“? Es importante hacer aquí un inciso, una paradiña en la elucubración, pero formando parte de ella. Alfonso IX de León, quiso y supo autolimitarse en sus poderes, invitando al pueblo a participar en tareas de gobierno. Lo haría como heredero, no sin problemas, con ideas propias, aunque más tarde fuera frenado por la actuación papal. 

Andando el tiempo, la historia y las monarquías, Isabel II sería reina de España por la gracia de Dios, también escrito en las monedas, pero discutida en su reinado hasta la saciedad y con problemas de toda índole, en la propia familia y fuera de ella. Tenía entre sus prácticas, devotas, regalar mantos y joyas a la Virgen María, no importaba la advocación, pero sí   que fuera Patrona de una ciudad, y muy querida.

Ya he llegado donde pretendía, lo de “por la gracia de Dios”, y los regalos, de gran valor y ¡lujo!, a imágenes de la Madre de Dios, en distintas advocaciones, que, para inexplicable regocijo de los fieles, es costumbre que las luzcan en las procesiones, algo que se corresponden mal, con la vida de Jesús, su Hijo, y lo por Él predicado.  A mí, todo lo bordado en oro, o elaborado con tal metal, que signifique poder terrenal, en este contexto, ornato religioso católico, me resulta provocativo. Al igual que los desbordantes arreglos florales, en andas procesionales.

Los regalos de Isabel II

Ahora volvamos a Isabel II que en León estuvo, hizo importantes regalos a la Virgen del Mercado, la Antigua del Camino, tal como un gran manto carmesí, bordado con hilo de oro, unos pendientes de gran valor, un corazón con siete cuchillos… todo a pesar de que no era Patrona de Legio, pero sí muy querida, sin solución de continuidad, en la que había sido capital regia, sede real. 

Esta expresión de sentimiento de los leoneses es manifiesta, “de siempre”, en especial todos los Viernes de Dolores. De ahí la propuesta de los fieles más implicados del Barrio del Mercado, parroquialmente, pidiendo su coronación canónica. El señor Obispo, Luis Ángel de las Heras, recién llegado, ha sabido actuar como un bracero más, durante un tramo procesional portando a La Morenica, y podido ver y sentir el clamor popular en directo, no dudando en tramitar todo lo concerniente a la coronación que le era prolijamente solicitado. Y objetivo cumplido. Nótese que he hablado de clamor popular, petición del pueblo, todo muy humano. Vaya aquí mi respeto más sincero, por lo dicho, en torno a la Virgen del Mercado, La Morenica (cariñoso apelativo propiciado por Cayón Waldaliso). 

Viviendo mi familia en la calle Santa Nonia, nuestra parroquia era la del Mercado, y ya por entonces, ochenta largos años atrás, me parecía ver el rostro de la Virgen muy oscurecido. No puedo menos que dejar dicho, que me cuesta trabajo acompasar la imagen Dolorosa con el Hijo muerto en el regazo, adornada en demasía, y poco importa que sean regalos reales.

Un buen amigo me aportó algunos datos que desconocía.  Sobre la corona que ya poseía la imagen, de plata sobredorada, un prestigiado orfebre, ha trabajado dándola el tratamiento adecuado con el oro que los feligreses han ido donando, más algunas piedras preciosas que de las joyas han pasado a la corona, un trabajo excelente. Vistas las fotografías, la corona le dará una muestra de categoría a la imagen…, mi duda es si no le estarán colocando un signo de poder.

Sencillez leonesa frente a riqueza y boato

Y trató de calmar mis dudas, aunque fuera parcialmente, en cuanto a riqueza y boato, haciéndome saber que los fieles de la parroquia más implicados en el tema, se han propuesto dedicar a Obra Social, una importante cantidad de dinero de las donaciones que, en adelante, se vayan recibiendo; al parecer en no menor cuantía de un ochenta por ciento, de la que serán beneficiarias La Asociación Leonesa de Caridad y La Red Madre, de madres solteras, por ejemplo.

Como leonés, creo que comprometido, y amante de nuestras tradiciones, entre las que estuvieron las procesiones religiosas, como expresión de un sentimiento, siempre me he decantado por la sencillez, y recogido está en los medios.  Lo que de espectáculo, humanamente pudieran tener, siempre pedí, cuando menos   minimizarlo, y alejarse del aplauso, que suena a regocijo. 

Parecen convenir los entendidos, en el gran valor artístico –¡Y emocional!–, una extraordinaria talla de autor desconocido, mas, no ha sido en ello donde he pretendido poner la mirada, que también, sino, con un punto de reconvención, en los aditamentos que gustándonos como humanos, y puede que exultantes de fervor, nos permitimos, en el seno de la iglesia católica, colocar a las imágenes.

Mi ruego hubiera sido: “¡Vestidla con sencillez, y rezadla con devoción!”. Recordando aquello de: “Mirad y ved si hay dolor como mi dolor…”  

Nuestra Señora del Mercado, la Antigua del Camino, ha sido coronada canónicamente en nuestra gran Catedral, el día 7 de octubre de 2023. Sin duda... ¡¡¡Un hito!!!