ð Viene de la decimooctava parte
El Camino es una experiencia totalmente democrática y no entiende de edades, condición social, nacionalidad o raza. Todo el mundo es bienvenido, aunque eso sí, siempre contando con una preparación adecuada para cada cual. Porque lo importante no es la edad, sino la condición física de cada uno.
Algunas recomendaciones para peregrinos mayores de 65 años: debemos escoger un trazado que se adecue a nuestras condiciones físicas. Las opciones son múltiples y siempre encontraremos la ruta que más nos convenga. Y una visita previa al médico, especialmente si tienes achaques propios de la edad como artrosis o cardiopatías, también se antoja imprescindible.
Si a cualquier peregrino siempre le recomendamos tomárselo con calma, más aún cuando se trata de una persona mayor. Insistimos, el Camino no es una competición, se trata de surcar paisajes con calma, disfrutando de cada paso y de cada pueblo. En este sentido aconsejamos hacer etapas más cortas. El peregrino de la tercera edad suele tener todo el tiempo del mundo para hacer el Camino, y una buena dosificación del esfuerzo le ayudará a disfrutar mucho más de la experiencia. En cualquier caso, siempre es importante escuchar a nuestro cuerpo y adaptar las jornadas según las sensaciones que nos mande.
El Camino es una ocasión única para hacer turismo. Al disponer de más tiempo y llevar otro ritmo podemos disfrutar muchísimo más de todo ese impresionante patrimonio histórico-artístico que esconden pueblos y ciudades. Es una forma de peregrinar más relajada, que nos permite por ejemplo una visita a la catedral de turno para luego degustar con calma un buen menú del peregrino y acabar yendo a descansar a nuestra habitación de hotel.
Descansar bien es fundamental. La variedad de hoteles o pensiones que encontramos en la ruta nos permitirá un descanso privado y más pleno que si compartimos litera en un albergue. Llegados a cierta edad un buen reposo es algo impagable y nos permitirá afrontar con energía renovada la nueva etapa.
Una duda muy frecuente entre las personas mayores que desean hacer el Camino y no encuentran compañía es si es aconsejable hacerlo en solitario. Y lo cierto es que nunca estás solo en el Camino. Puedes empezarlo solo y encontrar compañeros de viaje entre los demás peregrinos muy pronto. Y en cualquier caso, siempre puedes unirte a cualquiera de los muchos grupos que inician el Camino juntos, aunque eso sí, en este caso deberás seguir el ritmo común.
Evitar la temporada más calurosa y más concurrida sería un consejo válido para todos, pero mucho más en el caso de las personas mayores que siempre son más susceptibles de sufrir golpes de calor o desmayos. La primavera sería la mejor época para hacerlo.
Otra recomendación sería reducir tu peso al máximo antes de comenzar. Se trata de disfrutar, no de sufrir. Con una pequeña mochila en la que llevar lo imprescindible será suficiente. Para el resto de equipaje siempre podemos contar con cualquiera de los servicios de transporte de mochilas que encontramos en el Camino. La experiencia ganará muchísimo y únicamente tendremos que preocuparnos de disfrutar, algo que llegados a cierta edad casi todos merecemos.
Para terminar y en cuanto a las rutas más aconsejables ocurre lo mismo que con los niños y bebés, el Camino Francés y el Portugués, debido a la abundancia de servicios y a tener perfiles de etapa más suaves, son las mejores opciones.
ð Sigue en la decimonovena parte