Ópera Prima regresa al escenario avalado por su relevante trayectoria en la música leonesa

El grupo Ópera Prima en una foto de sus primeros años.

L. Castellanos

Pacho Rodríguez quería hacer un grupo de música y buscó la complicidad de Alejandro Díez. Fue la propuesta que le hizo cuando le abordó frente a La Payana, a un palmo de la Pícara. Era 1985 o 1984. Da igual. Lo realmente importante es que, fruto del acuerdo que ambos sellaron, nació Opera Prima, una de las bandas más estimulantes que ha albergado la música leonesa a lo largo de los tiempos. Pacho y Alejandro. Alejandro y Pacho. Cada cual entendía el pop a su manera y precisamente por ello el grupo atesoró un estilo propio y elegante que mantiene intacta aún hoy, tres décadas después, su frescura y su vigencia. Opera Prima nació con el ánimo de sus promotores de ofrecer un vehículo a sus propósitos creativos y desde luego que tal afán quedó colmado en un tiempo que desterraba los aires del pasado y se medía abierto y liberado de prejuicios con el horizonte que se le aparecía alentador.

Alejandro Díez y Pacho Rodríguez lideraron aquel proyecto en un momento en el que, siguiendo la estela de una banda tan carismática como Cardiacos, la música y la cultura de la tierra empezaban su particular ebullición. Grupos tan heterogéneos como Deicidas, Fundición Odessa o La Fuga consolidaban ya sus trayectorias y amplificaban sus respectivas voces. Opera Prima nació en un momento propicio e hizo alarde siempre de un talento natural y orgánico que contó con el respaldo inquebrantable de numerosos fans. La primera formación de Opera Prima, donde Pacho y Alex cantaban y tocaban la guitarra, se completó con Angel Baíllo, un bajista de enorme privilegio que colaboró con grupos como Deicidas, La Fuga o Cardiacos y que ahora da cuenta de su virtuosismo en México, y Jordi Hidalgo, batería que se movía en la paradoja de repartir sus pasiones entre el rock más vehemente y enérgico (y así lo demostró en otra de esas bandas que holló con preferencia la historia, Brutos Sekos) y el pop cuidado y elaborado. Los primeros latidos de Opera Prima los dio con aquellos músicos si bien pronto el bajo acabó en manos de Emiliano Díez. El grupo, entonces, vive sin duda los mejores momentos de su andadura gracias a un sonido tremendamente compacto y a los vínculos íntimos y cómplices que estrechaban los cuatro músicos. Opera Prima se forja en un autodidactismo ingenuo del que quedaban ahuyentadas las impurezas y que buscaba sus influencias en toda clase de paisajes, desde el powerpop que tanto le gustaba a Pacho como el clasicismo sixtie al que ya rendía reverencia Alejandro entonces, sin olvidar otras referencias. Aquel fue un tiempo de iniciación para todos. Opera Prima se concibió como una pandilla de amiguetes que se lo pasaban bien tocando y ese espíritu presidió siempre su actividad. Incluso ahora, cuando el grupo se sume ocasionalmente en la reedición no como una concesión a la nostalgia sino como una consecuencia natural.

Alejandro dejaría la formación en 1987. Ya se traía entre manos un proyecto como Los Flechazos. Su marcha desató momentos de incertidumbre en el seno del grupo. El constituía uno de sus más firmes puntales y había participado de una manera decisiva en algunos de los momentos indiscutibles en el devenir del cuarteto. Opera Prima era un grupo de sobra conocido en la ciudad al que se respetaba y al que siempre se le hacía un hueco. Todo se vivía entonces a mil por hora y el cuarteto, que participaba abiertamente de la dinámica cultural de la ciudad, iba sumando toda clase de instantes. Había teloneado a Loquillo, a Los Elegantes, también a los Cardiacos... Su mayoría de edad se había acelerado y resultaba indiscutible la madurez de que hacía gala.

Gerardo Villalba 'Groucho' le grabó una maqueta. Perseguida actualmente por los más ávidos coleccionistas, fue durante mucho tiempo el único referente registrado de la propuesta de Opera Prima. Se vendía a 350 pesetas y enseguida se agotó. Uno de los diez temas que la integraban, 'Oportunidad', fue interpretada por la banda leonesa en el programa televisivo A-uan-ba-buluba-balam-bambu (https://www.youtube.com/watch?v=Dzaf0qyR1IA), cuya dirección era responsabilidad de uno de los grandes gurús de los medios de comunicación especializados de la época, Carlos Tena. Madrid era el principal centro de operaciones de la música de los ochenta. Que la prensa se hiciera eco de los logros de la gente de la periferia era un auténtico mérito y aquella aparición encerraba muchos motivos para la satisfacción. Son abundantes los detalles que se citan en la biografía del grupo, uno de cuyos principales punto de inflexión lo constituyó la ya citada marcha de Alejandro.

Pepe Cascallana fue su sustituto. Opera Prima vivió una actividad estable con él en sus filas hasta entrados los noventa. Luego, la realidad particular de cada uno de sus músicos hizo imposible su continuidad y la banda se dejó sumir en un estado de latencia del que de tiempo en tiempo sale. El grupo dejó un rastro realmente inolvidable. Y eso que disfrutó de un único registro discográfico, 'Singlemente', del que sólo se comercializaron quinientas copias, agotadas en un periquete. Tres canciones incluía y su grabación tuvo lugar a mediados de los noventa. Luego, algunos temas de Opera Prima se han podido escuchar en recopilatorios como 'Salvemos la Catedral' o 'Diez de diez'.

El grupo, primero en su ya legendario local de ensayo en Villaobispo y luego en el barrio de la Inmaculada, fue haciendo acopio de una historia a la que hoy nuevamente acudirá para participar en un concierto que se celebrará con ocasión del XXV Aniversario de El Gran Café. Allí estarán Pacho, Emi, Jordi, Pepe y Alejandro (estos dos últimos alternándose sobre el escenario) para hacer frente a un repertorio de 19 temas (la mayoría de composición propia) y rendir tributo a una trayectoria de décadas. Antes, como prólogo a una actuación que se antoja exclusiva, intervendrá el grupo leonés de matiz mod The Rock Roachs, con Conrado Martín a su frente. A la conclusión del concierto, será el turno de las dj's Saltitos Pinchadiscos, las leonesas Eva y Cris.

Lugar: El Gran Café. A las 22.30 horas

Día: 3 de octubre de 2015

Entrada: 8 euros

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