El 'New York Times' reflexiona sobre la artista cubana Ana Mendieta a partir de su exposición en el Musac de León

El New York Times reflexiona acerca de la artista cubana Ana Mendieta a partir de la exposición sobre su obra inaugurada el pasado 19 de enero en el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (Musac) y que permanecerá abierta al público hasta el próximo 19 de mayo. Mediante un artículo firmado por la periodista Kate Dwyer, fechado en León, y publicado el pasado domingo, el rotativo neoyorkino aborda la propiedad del legado artístico una vez muere su creador, referenciando el momento en el que la familia de Mendieta, fallecida en 1985, supo en la capital leonesa que su marido también había perdido la vida.

De hecho, el reportaje (que se puede leer aquí en inglés) parte del Parador de San Marcos, junto al Musac, y describe el momento en que Raquel Cecilia Mendieta, tía de la artista cubana, se entera en una llamada telefónica de que el viudo de ésta ha fallecido.

El contexto es la inauguración el pasado mes de enero de la exposición, en el espacio museístico de la capital leonesa, de la muestra sobre Mendieta, titulada ‘En búsqueda del origen’, y que reúne alrededor de un centenar de obras en diferentes medios, vídeos, esculturas, instalaciones, dibujos o pinturas, que abarcan más de 15 años de su producción, los transcurridos entre 1968 y 1985.

Una muerte polémica

Dyer recuerda en el New York Times que la artista cubana se cayó de una ventana de su apartamento, ubicado en el piso 34 de un inmueble de Greenwich Village, en la ciudad norteamericana, el 8 de septiembre de 1985. Su viudo, Carl Andre, fue acusado y después absuelto de ser el responsable de la caída, en “un caso que se convirtió en uno de los mayores escándalos del mundo del arte de los últimos 50 años”, según refiere la redactora. Desde entonces, sus familiares han estado luchando por el control de su legado.

A partir de ahí, el artículo hace un análisis sobre la propiedad de la obra de Mendieta, en particular, y de otros artistas, en general, citando ejemplos de litigios por el control de la misma. Además, apunta el celo con el que Raquel Cecilia Mendieta cuida la imagen de su tía, especialmente en lo relacionado con su muerte, a la hora de participar o ceder información para la divulgación de nuevas obras que la aborden.

La periodista del New York Times recoge, además, que en vísperas de la inauguración de la exposición en León, Mendieta y su hija, Anabella, colocaron velas negras formando una silueta en el suelo. “Mendieta comparó la composición con una foto de referencia de la pieza Ñáñigo Burial, que Ana Mendieta instaló originalmente para su primera exposición colectiva en Nueva York. Después de que la madre de Mendieta, Raquelín, comenzara a recrear la pieza en 1990, el encendido de velas se convirtió en una tradición previa a la inauguración”, refiere, recordando que, en León, Mendieta y su hija se reservaron el encendido, al alimón, de la última vela.

Puedes leer, en español, un perfil de esta artista publicado en 2018 en el 'New York Times' pinchando aquí.