La Catedral de la luz que desafina: la maldición de un Festival Internacional de Órgano de León moribundo
Cinco años intentando recuperar uno de los festivales musicales más señeros de la ciudad, y de los más prestigiosos de Europa, que tiene a la Catedral gótica de León como escenario, no han sido suficientes para acabar con la maldición. Y por eso tampoco en el otoño de 2024 habrá Festival Internacional de Órgano en el primer templo leonés, para decepción de las miles de personas que llegaron a hacer colas interminables para disfrutar del instrumento y de intérpretes de renombre mundial.
Fue en el año 2019 cuando se celebró la 36ª edición de este festival nacido en la década de los 80, impulsado desde su origen por la Asociación de Amigos del Órgano de la Catedral de León y con el protagonismo personal de Samuel Rubio. Con su airada desvinculación de la organización en aquel año, a raíz de una de las primeras de una sucesión interminable de polémicas, por la elección unilateral de un nuevo organista de la Catedral y la imposición de que tuviera que ser un sacerdote quien ocupara el puesto, comenzó una travesía del desierto que perdura cinco años después.
De hecho, el Ayuntamiento de León, en Junta de Gobierno celebrada el pasado mes de septiembre, acordó la renuncia de la subvención económica que todos los años entregaba a la asociación organizadora del evento, ante la evidencia definitiva de que tampoco este año habría edición 37ª del Festival.
La gravedad de este retraso de todo un lustro trasciende lo meramente cultural y es aún mayor teniendo en cuenta el gran esfuerzo económico mayoritariamente de dinero público que supuso hace una década la adquisición y montaje del nuevo órgano para la Catedral de León, una reivindicación de muchos años, con un coste final de 1,7 millones de euros para lo que los expertos consideraron “el órgano más importante de Europa”. Ya se cumplieron los diez años desde su instalación del valioso instrumento y el parón oficial del festival ha hecho que la mitad de ese tiempo haya estado prácticamente en desuso.
En los últimos meses, el Cabildo catedralicio ha tratado de maniobrar para tratar de imponer una cierta normalidad después de algunos escándalos. El más llamativo de ellos fue el que enfrentó al Cabildo catedralicio con Francisco Javier Jiménez, joven sacerdote y organista que había sido oficialmente seleccionado pocos años antes, con la oposición frontal de Samuel de Rubio.
La mala relación entre Cabildo y Jiménez acabó con acusaciones de este último por discriminación por razones de discapacidad, llegando a valorar denuncias penales por delitos de odio y acoso, que le hicieron coger la baja, conllevaron un despido fulminante y provocó críticas que se aireaban incluso a través de la red social TikTok. El titular del órgano de la Catedral no dudó entonces que la gota que pudo colmar el vaso de la curia fuera su apuesta por un concierto en el que participó en 2023 Hannah Schlubeck, una intérprete transexual sin brazos completos que se considera una de las personas que mejor toca la flauta de pan en el mundo.
Adiós al sacerdocio por “un daño terrible”
Hoy, un año después, Francisco Javier Jiménez, que ha abandonado el sacerdocio porque “me han hecho un daño terrible”, y que se dedica a la docencia de música en un instituto público de León, recuerda cómo bajo su impulso se programaron algunos importantes conciertos, “ocho o diez, más que con Samuel (Rubio)”, aunque sin poder enmarcarlos en el Festival Internacional sino en lo que llamó un ciclo de conciertos para conmemorar la década de inauguración del nuevo instrumento.
El músico y exreligioso culpa del fracaso de todo su proyecto en concreto al director de Música del Cabildo de la Catedral, Pedro Ángel Suárez Martínez, de “poner trabas siempre a todo” a pesar de no tener noción experta alguna, amén de ser “malas personas” que le han hecho, dice, “un daño terrible porque soy un inútil para ellos”.
A su esfuerzo personal se debe que en estos últimos años, a pesar de una relación con el Cabildo que se iba enrareciendo, sí se llegaran a programar algunos conciertos, y no pocos de destacadas figuras internacionales, pero que nunca pudieron tener la forma de festival como tal ni la estabilidad suficiente en el tiempo. De hecho, de manera oficial la edición 37ª sigue esperando desde hace cinco años a poder celebrarse como tal.
Un nuevo y también joven organista
El deán de la Catedral y presidente del Cabildo, Florentino Alonso, ni admite ni entra en estas polémicas, y se limita a justificar que tampoco en este año 2024 haya Festival Internacional de Órgano en la Seo leonesa, precisamente a causa de los plazos para elegir a un nuevo músico responsable del instrumento, proceso que se puso en marcha en enero y que finalmente acabó con la designación en mayo y toma de posesión en agosto de otro joven: el gallego Carlos Julián Fernández Bollo, de apenas 25 años y sin embargo un extenso currículum.
Alonso explica así que “no ha habido tiempo material” para programar conciertos, pero garantiza que “hay ánimo” de retomar el Festival de cara a la próxima edición, en 2025. Este medio no ha conseguido contactar con Samuel Rubio ni nadie de la Asociación de Amigos del Órgano de la Catedral de León para conocer su punto de vista sobre toda esta situación.
El nuevo organista es natural del pueblo coruñés de Mugardos, graduado en el Conservatorio Profesional de Música de Ferrol con premio extraordinario y varias matrículas de honor, al tiempo que, según consta en el currículum destacado por la Catedral leonesa, “se cultivó como organista bajo la tutela de prestigios organistas” y siempre ejerciendo como organista litúrgico, incluso con diploma acreditativo de la Universidad Pontificia de Comillas. Como tal, ha ejercido frente al órgano en su parroquia natal, la de San Francisco de Ferrol, en la Catedral de San José de Groningen, Países Bajos, (desde 2018) y en la Iglesia de San Martín de esta misma ciudad. Ha sido precisamente en el Conservatorio Prins Claus de Groningen donde ha concluido los estudios de Máster.
Su currículum se completa con un primer premio en el V Concurso Nacional de Órgano Francisco Salinas de Burgos (Octubre 2023) y un Premio Montserrat Torrent a la mejor interpretación de Antonio de Cabezón. En noviembre del pasado año fue nombrado Organista Titular de la Catedral Basílica de Nuestra Señora de la Asunción en Mondoñedo (Lugo), donde ha permanecido hasta su toma de posesión en la Catedral de León este verano.