El Instituto Cervantes, el Ministerio de Cultura y Deporte, a través de la Dirección General del Libro y Fomento de la Lectura, y la Saint Louis University Madrid homenajearon hoy al escritor Luis Mateo Díez Rodríguez (Villablino, León 1942), justo en el día en que cumple 80 años. La sede del Instituto Cervantes de Madrid acogió el acto al que asistió al exdirector de la Real Academia de la Lengua Víctor García de la Concha, entre otros.
Luis Mateo Díez es el único autor en lengua castellana que ha obtenido en dos ocasiones el Premio Nacional de Narrativa y el premio de la Crítica gracias a sus novelas 'La fuente de la edad' (1986) y 'La ruina del cielo' (1999). Con la trilogía formada por esta última novela junto a 'El espíritu del páramo' y 'El oscurecer', creó su propio territorio imaginario: el reino de Celama, “metáfora rural y ventana a lo más hondo y misterioso del corazón humano”.
Su primer libro de cuentos, 'Memorial de hierbas', apareció en 1973 y su primera novela 'Las estaciones provinciales' en 1982. A estas le han seguido muchas otras, algunas de las cuales han obtenido prestigiosos premios. Algunas de sus obras también han sido adaptadas al cine.
Fue elegido miembro de la Academia Española en 2000 y tomó posesión del sillón “I” 2001. En 2000 Luis Mateo Díez fue distinguido con el Premio Leonés del Año y en 2014 fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad de León. En 2015 fue galardonado con el Premio de Literatura de la Comunidad de Madrid. En octubre de 2016 la Universidad de Alcalá de Henares y la Saint Louis University de Madrid le dedicaron a José María Merino y a él el congreso internacional 'El arte de contar'.
En 2017 publicó 'Visicitudes', y en 2018 apareció 'El hijo de las cosas'. En mayo de 2019 trasladó la irrealidad y la fantasmagoría a los cuatro relatos de 'Gente que conocí en sueños' y salió a la luz su novela 'Juventud de cristal', un relato sobre la fragilidad de esa época de la vida. En 2020 recibió el Premio Nacional de las Letras Españolas, que concede el Ministerio de Cultura y Deporte, por su “técnica y lenguaje poético de extraordinaria riqueza y una preocupación constante por la dimensión moral del ser humano”.