Abascal recula sobre la petición de la vicepresidencia de la Junta pero insiste en que habrá “votos gratis”

Carmen Moraga / elDiario.es

El presidente nacional de Vox, Santiago Abascal, ha descartado este martes la posibilidad de abstenerse en la investidura de Alfonso Fernández Mañueco, del PP, como nuevo presidente de Castilla y León, y ha confirmado su intención de exigir entrar en el futuro Gobierno autonómico; aunque ha matizado, no obstante, que cuando el domingo dijo que exigiría una vicepresidencia “era una forma de hablar”.

“La exigencia de una vicepresidencia en Castilla y León fue solo un comentario. No hemos exigido formalmente todavía nada”, ha aclarado sin concretar qué peso exigirá en ese nuevo Ejecutivo.

Este lunes su candidato, Juan García-Gallardo, dijo también que no se ha “concretado” nada con el PP pero que “si a Ciudadanos en la anterior legislatura le votó el 14% del electorado y a nosotros nos ha votado el 17,6 tendremos que obtener lo mismo o más que obtuvo Ciudadanos”. En la anterior legislatura Ciudadanos se quedó con la presidencia de las Cortes, cuatro consejerías, la vicepresidencia y la portavocía de la Junta de Castilla y León.

Abascal, que ha sido entrevistado por Federico Jiménez Losantos en su programa 'Es la Mañana de Federico', ha recordado que “los resultados han sido muy claros y obligan a pactar”, retando al PP a elegir entre el PSOE o Vox, y advirtiendo a Casado: “Que nadie piense en el PP que puede disponer de los votos de Vox gratuitamente como si tuviera mayoría absoluta”.

“Vox tiene el derecho y el deber de formar gobierno”, ha insistido, y ha alabado la postura más “prudente y responsable” de Fernández Mañueco, dejando esa puerta abierta, frente a la Casado, que se resiste, asegurando que quizá “está pensando en la gran coalición o en una abstención del PSOE”, una apuesta en su opinión arriesgada ya que de no lograrla se forzaría una repetición electoral.

Abascal ha respondido a una pregunta de un oyente sobre los motivos que puede tener el líder del PP para no querer pactar con su partido. “¿Por qué prefiere el PP [de Casado] pactar con el PSOE, que pacta con ETA, y no con Vox? Esa es la misma pregunta que yo me hago”, ha respondido.

“Por eso no sé si cuando hablamos de pactar me refiero al PP de Génova 13 o al de Castila y León”, ha añadido, para afirmar después que “los votantes de Vox no valen más ni tampoco menos que los de Ciudadanos”, ha reiterado. En otro momento se ha mostrado de acuerdo con las declaraciones de Isabel Díaz Ayuso, realizadas esta misma mañana en un desayuno informativo, en las que las presidenta regional madrileña ha señalado, en advertencia al líder de su partido: “Espero que no nos importe lo que opine la izquierda sobre nuestros pactos”.

El líder de la extrema derecha se ha jactado de los buenos resultados de su formación y ha asegurado que a ellos no les ha extrañado, pese a los vaticinios de algunas encuestas —como la del CIS, al que se ha referido veladamente— que el último día que se podían publicar sondeos rebajó a la mitad la representación que han sacado. “Teníamos encuestas e información veraz, no lo que se ha ido publicando, de que Vox iba a ser una fuerza necesaria y decisiva”.

Pedirán que se rectifique la “legislación izquierdista”

Sobre por qué ahora sí quieren entrar en los gobiernos y antes no, el dirigente de la extrema derecha ha explicado que dadas las circunstancias actuales, “en política hay que tomar partido hasta mancharse”. “Hasta ahora no hemos entrado porque éramos fuerzas minoritarias, éramos más pequeños y estaba Ciudadanos”.

“Pero nos han votado para ello”, ha añadido. Abascal ha adelantado que a cambio de entrar en el Gobierno de Mañueco pedirán “un cambio de rumbo, apoyo a industria y el campo” y que se rectifique la “legislación izquierdista” sobre violencia de género o “la entrada de ciertos lobby en los colegios”.

Abascal ha reconocido que asumen cierto riesgo de formar gobierno “con un socio con el que tenemos discrepancia”, pero “Vox tiene vocación de gobernar, no quiere ser el pepito grillo de estar siempre en la oposición”, ha remachado, desvelando que con Casado no ha vuelto a hablar desde la moción de censura que presentó su partido contra Pedro Sánchez, cuando el dirigente del PP cargó inesperadamente contra él . “Sus palabras fueron durísimas”, ha reconocido, y desde entonces los puentes entre ellos quedaron “rotos”. No obstante, ha señalado que el PP no es “nuestro adversario” por lo que siguen con la “mano tendida, dispuestos a pactar”.