El último atentado de ETA en León
A las 13.30 horas del seis de diciembre de 2004, día de la Constitución, ETA actuaba por última vez en León. Su objetivo fue la cafetería de la Pícara Justina Lleras 38. Otros seis artefactos estallaron en Ávila, Valladolid, Ciudad Real, Málaga, Alicante y Santilla del Mar.
Las indicaciones del portavoz de ETA fueron muy deficientes, por lo que la Policía optó por desalojar la plaza entera, incluidos todos los bares de la zona, aunque no dio tiempo al desalojo de los inmuebles. Esa rápida intervención evitó que el artefacto, de entre 300 y 500 gramos de explosivo, ocasionara daños humanos. Sin embargo, el establecimiento resultó totalmente destrozado, cuando a las 13.29 horas hizo explosión, ya que los marcos exteriores saltaron 50 minutos después del aviso y ante la atenta mirada de los ciudadanos que presenciaban la escena con perplejidad desde el cordón de seguridad que se estableció en todas las calles de la Pícara Justina.
El lugar que escogieron los terroristas fue la rejilla de ventilación del altillo en el lavabo de caballeros del Lleras 38. La alarma volvió cuando desde un bar próximo se alertaba de que un cliente se había dejada olvidada una maleta hacía dos días, aunque resultó estar vacía. Los artificieros de la Guardia Civil, con la ayuda de una perra labrador llamada Katia, registraron minuciosamente durante la hora y media siguiente para confirmar que no había más artefactos. Los bomberos también realizaron una primera revisión del edificio afectado, muy antiguo, aunque no sufrió daños en su estructura, aparte de algunas ligeras grietas en la fachada. Pasadas las 15.00 horas del seis de diciembre de 2004, una vez descartada la existencia de otros artefactos, se levantó el dispositivo, aunque la Policía Científica siguió durante buena parte de la tarde recogiendo pruebas en el interior del local en el que se colocó la bomba.
Muchos recordarían en aquellos momentos lo vivido en el fatídico 22 de septiembre de 1995, donde el comandante de Artillería Luciano Cortizo Alonso, de 44 años, casado y padre de dos hijos, murió en un atentado en la calle Ramón y Cajal.
