La última campanada

Pablo M. Bello

Fumar en los espacios cerrados de uso público ha tocado este domingo su última campanada. Si es usted fumador o propietario de un bar, será difícil que olvide este 2 de enero de 2010. Los defensores de la nueva normativa, en cambio, marcarán en rojo esta fecha en el calendario como el día en que quedó proscrito el humo en bares, restaurantes o discotecas, después de su aprobación en el Congreso de los Diputados.

Como sus colegas en otras provincias, los hosteleros de León fueron los primeros en mostrar su malestar por la medida promovida por el Ministerio de Sanidad, al considerarla “demasiado drástica” para sus intereses. Lo dijeron hace ya cuatro años, cuando muchos locales -en torno a 40- iniciaron reformas para separar la zona de fumadores y no fumadores, tal y como recogía la ley de 2006 que precedió a la aprobada ahora.

Ahora, solo les queda resignarse. “En su día, no hicieron caso a nuestras reivindicaciones, cosa que lamentamos, aunque ya sólo nos queda cumplir la ley”, señala Pedro Llamas, presidente de la Asociación de Hosteleros. De momento, Llamas prefiere la prudencia y esperar hasta marzo para realizar un primer balance de sus consecuencias. “Vamos a esperar, vamos a esperar”, insiste.

Los afectados más directos, los fumadores, piden “comprensión”, como relata Eva en el Facebook de ileon.com (www.facebook.com/ileoncom). O la opinión de Cristina: “Deben ser los propietarios de los negocios los que deberían decidir si se fuma o no, y luego los demás decidiríamos dónde ir”.

Mientras tanto, los defensores de la normativa aplauden la medida que “contribuirá sin lugar a dudas a reducir el consumo de tabaco”, afirma José Antonio Pérez de Abajo, psicólogo clínico de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) en León. “Creo, de forma rotunda, que esta medida es no solo adecuada sino conveniente. El tabaco es una droga, capaz de crear dependencia y, además, es la primera causa de muerte evitable en España”, añade.

Programa para dejar de fumar

Pérez de Abajo se encarga desde 1995 del Programa de Deshabituación Tabáquica, cuando comenzó su andadura como un servicio gratuito que pretende combinar el aspecto asistencial con el de la prevención. Por su sede en la céntrica plaza de Santo Domingo de León han pasado durante estos años un total de 237 usuarios, con un porcentaje mucho mayor de mujeres (un 57%) que de hombres, y con un 61% de personas entre los 20 y los 40 años, según datos de la asociación.

Las cinco enfermedades más frecuentes asociadas al tabaquismo son de tipo coronario, riesgo cardiovascular, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), asma y cáncer. “Lo que debemos hacer es prohibir la adulteración del tabaco, por eso esta nueva ley castiga a las víctimas que al fin y al cabo son drogodependientes del tabaco”, sostiene Gumersindo Rodríguez, responsable de la Asociación de Laringectomizados de León (ALLE).

Hace 21 años tuvo que estirpar un tumor en la laringe. Ahora tiene 69 años, y le pone nombre y apellido a los culpables, “las tabaqueras y el Estado”, concluye.

Para tener en cuenta

- La nueva legislación sustituye a la de 2006, que ya prohibía fumar en lugares públicos cerrados, pero que permitía a bares y restaurantes de pequeño tamaño elegir si se declaraban fumadores o no fumadores, y a los más grandes les obligaba a habilitar zonas para ambas opciones.

- Entra en vigor casi siete años después de que Irlanda se convirtiera en el primer país de Europa en prohibir fumar en espacios públicos, lo que provocó una cascada de leyes similares en casi todos los países del continente.