La Dirección General de Patrimonio Cultural anunció la licitación, por un valor de 516.089 euros, de las obras de restauración del claustro procesional de la Real Colegiata de San Isidoro de León, según recoge la edición de hoy del Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl). Los trabajos, cofinanciados por los fondos Feder, consistirán en la consolidación y protección de algunos elementos arquitectónicos del primer cuerpo, como cornisas o balcones y cuentan con un plazo de ejecución de un año, sin posibilidad de que se admita prórroga.
Al respecto, la adjudicación tendrá en cuenta varios criterios de adjudicación, primando la mejor oferta económica pero también otros aspectos como la ampliación del alcance del proyecto o las propuestas de actuación en el inmueble. La empresa que resulte adjudicataria deberá acreditar su solvencia económica y financiera con una cifra anual de negocios en los últimos tres años cuyo valor sea superior al presupuesto del contrato.
En cuanto a la solvencia profesional, las empresas que opten a la licitación tendrán que presentar una relación de las obras ejecutadas en los últimos diez años, acompañado por los certificados de buena ejecución de las obras más importantes, donde se indique el importe, las fechas y el lugar de ejecución de cada uno de los trabajos. En caso de cumplir con estos requisitos, las empresas interesadas disponen de un plazo de 26 días naturales para presentar sus ofertas.
Las obras forman parte de un proyecto trianual de ampliación y reforma de la Real Colegiata, cuyo presupuesto asciende a 4,8 millones de euros, aportados por la Junta, la Fundación Montemadrid y el Cabildo. Las reformas en la joya románica se iniciaron el año pasado con la restauración de la pintura mural de la Cámara de Doña Sancha y, tras la reforma del claustro procesional, continuarán con la restauración de las pinturas murales del Panteón Real y el tratamiento de protección para las zonas inferiores y sepulturas.
Además, se pondrá en marcha un proyecto básico de museografía, que permitirá ampliar el actual espacio expositivo desde los 1.200 metros cuadrados a los 3.200 y convertirlo en un museo de arte sacro e historia.