No importa que una señal bien a la vista prohíba el paso de vehículos motorizados exceptuando sólo aquellos que puedan acceder a garajes particulares y autorizados. El caso es que la entrañable calle Mercado, una de las dos laterales de la iglesia del Mercado, en plena Plaza del Grano de León capital, se está convirtiendo en un improvisado y consentido aparcamiento en superficie.
Son varios los coches, furgonetas e incluso camiones de todo tipo que a diario estacionan en esta pequeña calle del Casco Histórico leonés. Hasta las once de la mañana, la mayoría se corresponden con vehículos, algunos de ellos muy pesados, que realizan labores de carga y descarga para los establecimientos hosteleros situados en la Plaza del Grano.
Pero una vez concluido el horario de permisividad municipal para estas labores de avituallamiento hostelero, lo cierto es que durante el resto de la jornada son varios los vehículos que aún permanecen durante horas, a veces noches también, estacionados en superficie con total impunidad en este hermoso rincón de la ciudad. Una estampa que se ve ciertamente afeada con la presencia casi constante de los turismos y furgonetas, y ello a pesar de la señalización existente y en vigor.
Hay que recordar que esta calle Mercado, junto a su paralela al otro lado de la iglesia, la calle Capilla, fueron objeto de las primeras intervenciones del Ayuntamiento de León que supusieron una primera fase del más que polémico proyecto de reforma total de la Plaza del Grano de León.
Sólo en el arreglo de ambas calles que antiguamente daban acceso a la Plaza de Santa María del Camino, el nombre oficial de la Plaza del Grano, bajo gobierno del PP y su alcalde, Antonio Silván, se gastaron oficialmente 286.401 euros en el arreglo y adoquinado de las mismas, según se aprobó ya en el año 2016. Eran la punta de lanza del proyecto más ambicioso del levantamiento y nueva construcción del empedrado de la tradicional plaza leonesa, que soliviantó a buena parte de la sociedad leonesa.
Cabe recordar, por ejemplo, que en una de las catas arqueológicas previas a las obras, supervisadas por la Junta de Castilla y León, aparecieron los primeros restos humanos en forma de esqueletos de muchos restos de enterramientos vinculados a la proximidad del templo cristiano, los cuales en todos los casos se decidieron documentar y volver a enterrar sin más.
En aquellos días, otro solar cercano a esta calle fue objeto de polémica por la protesta de un vecino, que censuraba que el Consistorio dejaba aparcar también impunemente en una parcela que había quedado vacía tras producirse el derrumbe de una vivienda, además de no taparla y permitir la acumulación de basura y ratas en pleno Camino de Santiago.
Ahora, la permisividad de estacionamiento vuelve a empañar la visión de este recorrido, a apenas unos pocos metros de la Ruta Jacobea a su paso por la capital, que es Patrimonio de la Humanidad, asi como Bien de Interés Cultural la iglesia románica del Mercado. Una impunidad que en el caso mismo de la patrimonial y tradicional Plaza del Grano sumó 23 años de desidia municipal y de la propia Junta, ayudando activamente a una degradación que el Consistorio usó después como argumento para construir la plaza nueva.