La Audiencia Provincial de León ha condenado a A.R.T.S. a 23 años y medio de cárcel por asesinar con alevosía y ensañamiento a su madre en la noche del 24 de diciembre de 2022. El jurado popular lo consideró culpable de manera unánime y ahora se ha podido conocer la sentencia condenatoria, que descarta cualquier eximente por alteración mental.
El crimen ocurrió en el domicilio de la víctima, de 58 años, en León capital. Tras una discusión iniciada horas antes, el joven volvió a la casa de su madre a las 23.00 horas de Nochebuena. Una vecina le facilitó la entrada al portal, y al acceder a la vivienda comenzó una agresión brutal. Primero le golpeó la cabeza con un objeto contundente, y después la atacó por la espalda con un cristal roto o un cuchillo, provocándole múltiples cortes antes de degollarla con un corte de 13 centímetros que le seccionó la tráquea y la yugular.
La denuncia fue impulsada por la Fiscalía y por la hermana de la víctima, que ejerció la acusación particular. Ambas partes solicitaron penas superiores a los 22 años de prisión, en función de la concurrencia de las agravantes de parentesco, alevosía y ensañamiento. También reclamaron una indemnización de 20.000 euros para la denunciante, que el tribunal ha concedido en parte.
Durante el juicio, la defensa del condenado sostuvo que A.R.T.S. sufría trastornos mentales que mermaban su capacidad para comprender la ilicitud de sus actos. Sin embargo, los informes de los forenses y peritos rechazaron esa posibilidad, asegurando que el joven actuó con plena conciencia de sus actos, descartando cualquier eximente, incluso incompleta, por alteración psíquica.
La sentencia recoge que el ataque fue sorpresivo, cruel y deliberado. Se consideró probado que el acusado causó lesiones no mortales adicionales con el único objetivo de incrementar el sufrimiento de su madre, lo que consolidó la aplicación de la agravante de ensañamiento. La alevosía se valoró por la imposibilidad de la víctima de defenderse, tanto por el primer golpe como por el aturdimiento posterior.
La pena impuesta por asesinato es de 23 años de prisión, a la que se suman otros 6 meses por las amenazas previas proferidas por el hombre en una conversación telefónica en verano, cuando le dijo a su madre “te voy a rajar el cuello”. El tribunal subraya la existencia de prueba suficiente y válida para desvirtuar la presunción de inocencia y descarta la versión del acusado, que optó por no declarar durante el juicio salvo a preguntas de su defensa.
Además, lo condena a indemnizar a su hermana con 5.000 euros en concepto de responsabilidad civil y a asumir las costas del procedimiento.