La Junta anuncia sin detalle alguno un plan para industrializar Tierra de Campos en León, Valladolid, Palencia y Zamora
La Junta de Castilla y León ha dado los primeros pasos para elaborar el que considera primer plan territorial “de segunda generación”, con el objetivo de crear un entramado industrial en la comarca de Tierra de Campos y que tendrá como otra de las novedades su implementación simultánea en comarcas de cuatro provincias: León, Valladolid, Palencia y Zamora.
La urgente convocatoria electoral ha paralizado por el momento el primer encuentro para fijar las localidades en las que se aplicaría, el calendario, el método de trabajo de este proyecto en el que iban a participar las diputaciones de estos cuatro territorios, de manera que se anuncia pero sin dar a conocer detalle alguno.
Ha sido el consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, ahora también portavoz del Gobierno autonómico en solitario del PP, quien explicó que el plan estará vinculado a todas las “capacidades” de este territorio, a sus recursos endógenos, con aprovechamientos vinculados al sector industrial agroalimentario.
En estos momentos, el trabajo técnico para la concreción de las propuestas se está desarrollando a buen ritmo, pero se ha optado por aplazar la reunión con las cuatro diputaciones para no mezclarlo con un proceso electoral y generar susceptibilidades, afirma.
La principal diferencia con otros planes territoriales es que el proyecto terracampino no está dirigido a reindustrializar una zona, dado que en las comarcas afectadas no existe una tradición industrial que haya que recuperar sino que tiene como finalidad principal industrializar ese territorio favoreciendo el asentamiento de producciones en el entorno rural. Es, por ello, “un plan industrial de segunda generación” porque se busca “generar tejido industrial en una zona en la que no había con tanta intensidad” como en otras zonas con estos programas, como Benavente, Béjar o Miranda de Ebro.
Carriedo explicó a Ical que en las zonas donde hubo industria ya hay suelo y un acervo de profesionales, y en Tierra de Campos la situación es “más compleja” porque hay que “construir sobre lo que queremos hacer, no reconstruir sobre lo que hubo”. Con todo, defendió que este programa “de segunda generación, merece la pena”, porque “la pandemia nos ha enseñado que ”esa oportunidad existe para el mundo rural, cuando parecía vedado“.
El plan territorial de Tierra de Campos se suma a los otros dos previstos como es el de Segovia Este y el de Pradoluengo (Burgos), aunque Fernández Carriedo se mostró abierto a promover más instrumentos de este tipo si se cumplen las condiciones para su aprobación.