La Casa de Asturias en León celebra su setenta aniversario desde la fundación de esta entidad recreativa y de ocio, en 1946, con la elección para su Presidencia de José Antonio Fernández Chamochín, que resultó holgado ganador en el proceso electoral entre los socios.
La proclamación de Fernández Chamosín tuvo lugar tras conocerse el resultado de las votaciones el mismo 20 de diciembre, en las que obtuvo 969 votos frente a 357 de la candidatura de David Álvarez Robles y será el presidente de la entidad número 12, sustituyendo en el cargo a José Manuel
Herreras, después de un mandato de este último.
El nuevo máximo responsable de la Casa de Asturias en León, que tiene estudios de Formación Profesional de Enfermería, de Auxiliar de Laboratorio y Auxiliar de Clínica, trabaja actualmente en guarderías del área de Bienestar Social del Ayuntamiento de León, donde es oficial de primera y cocinero. Aunque afronta su mandato de cuatro años previendo “tener todo el tiempo del mundo para dedicarme a los socios”, dada su próxima prejubilación.
El proyecto que encabeza José Antonio Fernández Chamochín, centrado en la gestión y “al margen de políticas”, busca afianzar la Casa de Asturias
como “lugar de unión, reunión y encuentro” de todos los socios y “para su uso y disfrute”, el cual comparte no sólo por ser un miembro histórico de la
entidad sino por ser un usuario asiduo y cotidiano, como el resto de una Junta Directiva que, aunque por primera vez se conoce en parte, dispone de tres meses para formalizarse al completo.
Entre los retos inmediatos, seguir potenciando la intensa actividad social, deportiva y cultural que se han convertido en marca de la Casa de Asturias,
con actividades accesibles para todos.
Al tiempo, y en cuanto a infraestructuras, sus proyectos de legislatura pasan por la reforma de los vestuarios, la ampliación de la zona de gimnasio o la
puesta en marcha de una Oficina de Atención al Socio.
Y por supuesto “seguir impulsando el teatro -ojalá fura posible que también con un grupo propio-, las actividades familiares, el bienestar y diversión de los niños, manteniendo el alto nivel de los espacios y el uso de las muchas áreas deportivas. Todo para ”quienes tienen el protagonismo, los socios, en aras a la tranquilidad, al margen de la política, para seguir haciendo de nuestra la Casa de Asturias un lugar muy especial del que sentirnos orgullosos“.