Javier Cepedano: “La empresa y la Universidad no estamos lo suficientemente coordinados, y la gente se va fuera”

S. Gallo / Ical

Javier Cepedano lidera el Consejo Social de la Universidad de León (ULE) desde el pasado mes de septiembre, pese a haber estado dos años en funciones, y en este tiempo se ha reunido con varios decanos de facultades y después lo hará con representantes de agentes económicos y sociales para dar a conocer este órgano. Lamenta la salida de talentos fuera de España y entiende que para frenarlo, además de mayor coordinación con las empresas, sería posible adoptar el modelo de la universidad americana donde las compañías corren con parte de la formación de los alumnos, a los que 'moldean'. La I+D también tiene que tener un mayor protagonismo en las instituciones académicas y disponer de más recursos que habrá que buscar a través de nuevas vías de financiación. Cepedano se muestra partidario de “dar cariño” a los sectores TIC, bio, agroalimentario y servicios y compartir ese 'mimo' con el campus del Bierzo que “no puede desaparecer”.

La Ley dice que los Consejos Sociales tienen la función de integrar a la Universidad en la sociedad y viceversa. ¿Qué acciones se están llevando a cabo en la ULE para conseguirlo?¿En qué grado se está alcanzando?

Estamos empezando a caminar –fue nombrado por Juan Vicente Herrera el pasado mes de septiembre aunque ya había estado en el cargo en funciones tras la dimisión de José Antonio de Paz-. Una vez que a todo el mundo universitario les he intentado decir lo que es el Consejo Social, la obligación y el compromiso que tiene, ahora voy a hacerlo al revés y voy a ir a la Fele, la Cámara de Comercio, al Ayuntamiento, a la Diputación, a ADE o al Ildefe, y a los sindicatos, en definitiva, a los agentes sociales y económicos, para presentarles el Consejo Social para que, ante sus demandas, el Consejo sea el vínculo de unión. Hasta ahora todo son premios, emprendimiento, emprendedores... pero esto es un desastre, qué menos que estuviésemos coordinados. El siguiente camino es decirle a la sociedad lo que tenemos, que prácticamente se sabe, pero hay que buscar el nexo de unión.

Pese a la relevancia de los asuntos que aborda, ¿este órgano es el gran desconocido?

¿Cómo es posible que seamos los grandes desconocidos con la responsabilidad que tenemos? No va proporcional. Nuestra labor principal es ser el nexo de unión entre la Universidad y la calle y nuestro compromiso, según nos ha trasladado el propio consejero, es vincular a ambos, ver de qué forma se puede participar... lo que hago yo es que me voy entrevistando con todos los decanos de facultad. Solo sabían lo que era el Consejo Social más o menos la mitad, ni la labor que tiene ni su responsabilidad.

Hay algún aspecto de la ULE que requiera de una actuación urgente?

El tema de la investigación es importante. Hay que dedicar muchísmos más recursos a investigación, pero la Universidad pública cuesta dinero y los recursos son los que son. Venimos de un periodo de crisis donde se pegó un rebajón al presupuesto impresionante. Ahora estamos en momentos un poco estables en el sentido de que lo que se pretende es no crear más facultades, sino estabilizar un poco lo que tenemos. Ese es el camino, hay que estabilizar y dar contenido a lo que tenemos, y gastas más dinero en I+D.

¿Y por qué se dedica dinero a otros aspectos cuando las directrices apuntan a la I+D como clave del crecimiento y la recuperación?

Porque la I+D en palabras queda muy bonito, es todo precioso, pero lo que hay que hacer es meter recursos, y la Universidad necesita recursos en I+D para hacer investigación, y ojalá esas investigaciones y esas innovaciones salgan al mercado, que seguro que van a ser rentables. Tenemos una Universidad joven, pero creo que es buena. Hay que luchar por encima de todo por la Universidad porque es la única que va a generar esos conocimientos de futuro, pero tratar de captarlo y que queden en casa. Tampoco hay que ser excesivamente proteccionistas, pero es una pena que los chavales que salen tengan que coger una maleta e irse.

¿Es el modelo de la universidad americana el que podría tenerse en cuenta?

El modelo va por ahí. Hay que pensar que la Universidad necesita dinero, pero tiene un límite, y la Universidad tiene que salir a buscar recursos fuera, no solo va a vivir de los presupuesto del año, tiene que buscar otras vías de financiación, y una de ellas puede ser a través de becas o llámalo como quieras, para que el día de mañana esas personas puedan participar en su empresa, y con la ventaja de que le esté moldeando para lo que quiere. Quiero un biólogo que además esté especializado en temas de cáncer, y lo voy moldeando, ese es el futuro, por ahí van los tiros.

¿Estamos dejando que primen los intereses políticos y empresariales sobre la educación?

Si. Tiene que haber una mentalidad política donde se sepa que la educación es una para todos, donde no hagamos y moldeemos 40 reformas de educación y donde a la educación se le dé el protagonismo que le corresponde para que no intervenga el político de turno a modificarlo. Pero eso es una responsabilidad social, donde todos estamos implicados, donde no solo los políticos, sino el mundo empresarial y el mundo social, en general, tenemos que implicarnos. Tenemos que saber dónde están los límites para poder hacerlo lo mejor posible y entre todos, y que no haya modificaciones.

Según habla, parece un asunto difícil de solucionar.

Es complicado. El tema de la educación es desde niños. Pero el mundo universitario ha cambiado muchísimo, hemos pasado de chavales concienciados con la responsabilidad de estudiar a chavales a quienes les daba igual aprobar o no aprobar. La juventud en general ha cambiado muchísimo. Un millón y medio de chavales que ni estudian ni trabajan. ¿Dónde vamos con eso? Dentro de poco tendrán 25 o 30 años y, ¿qué mercado laboral vamos a tener con ellos?

La situación económica de la ULE se ha ido estabilizando. ¿En qué momento se encuentra y qué previsiones se tienen?

Tenía una deuda bastante importante que se ha ido rebajando mucho. Se ha cerrado toda la entrada de profesores, de titulaciones... se han rebajado gastos generales, y estabilizar económicamente se va a conseguir, pero es una Universidad pública, y eso significa inversión, no es gastar por gastar. Ante una estabilidad y una situación económica mejorable, yo supongo que también la universidad vaya dedicando más recursos. Pero insisto en que no solo con dinero público, sino también con dinero privado, la Universidad tiene que estar en contacto con la calle, y los recursos son fundamentales.

¿Es posible hacer ya una previsión del presupuesto para el próximo año y cuáles serán las partidas más destacadas?

Todavía es pronto, porque está pendiente de confeccionar el presupuesto, porque al final todo depende del Ministerio de Educación. Creo que no va a haber grandes sorpresas, se van a ir haciendo pequeñas inversiones, porque hay un compromiso del consejero de no crear nuevas titulaciones para asentar lo que tenemos, organizarlo y rentabilizarlo en la medida de lo posible. No va a haber grandes sorpresas, será un presupuesto muy continuista con el incremento del IPC que corresponda y con personal como la partida más grande.

Dado el posicionamiento de León en ciberseguridad y biotecnología, ¿tienen que ser estos los mayores reclamos de la ULE?

Hay varios sectores fundamentales a los que hay que dar cariño. Las TIC con el Incibe, que es un foco importantísimo y que tenemos que vincularlo al mundo empresarial y a la formación, porque lo bonito sería que el mundo del Incibe se pusiera en contacto con la facultad correspondiente para pedir chavales formados en un aspecto y que empezasen, desde la propia facultad, a formarlos en ello. Con los casi 100 millones que gastamos en la Universidad, es una pena que esa gente acabe y se nos marche fuera. Hay una falta de coordinación. No estamos lo suficientemente coordinados y la gente se va. El mundo 'bio' ha sido fundamental y aquí tenemos una buena semilla a nivel universitario. Qué bonito sería que León Farma, Ovejero o Syva, por ejemplo, pidieran chavales que se formaran para hacer un tipo determinado de trabajo, moldearlos. A nivel provincial, el mundo agroalimentario, al que nunca le hemos dado cariño y lo hemos tenido apartado, y mira cómo están saliendo grandes empresas, y a nivel de cooperativas hay empresas tremendas. Y el cuarto sería el sector servicios, serían los cuatro focos más importantes.

Como empresario, ¿ahora mismo hay más dificultades por parte de las empresas o de la universidad para conseguirlo?

Es por cuestiones económicas y por falta de conocimiento. Hay que pensar que el tejido industrial en León tampoco es muy grande. La Universidad tampoco ha salido a la calle a establecer un contacto con el mundo empresarial. Solo hemos ido buscando colaboraciones puntuales, pero habría que ir a mucho más. Es una falta de compromiso e implicación por las dos partes. Tiene que haber alguien que les una y les ponga en contacto y les comprometa, y para eso el Consejo Social es clave.

¿Y cómo impulsar el campus del Bierzo?

Hay que buscar las carreras que demanda El Bierzo, y sobre ellas trabajar. Es algo que no se va a resolver de hoy para mañana, pero el campus del Bierzo no puede desaparecer. La inversión que hay ahí es horrorosa, el tejido de los propios chavales que puedan salir de ahí puede ser muy importante. A lo mejor hay que vincular las carreras propias del Bierzo a demandas empresariales o del tipo que sea, pero de esa zona. No puede desaparecer y hay que darle el cariño necesario. Hay apuesta por el Bierzo, lo que pasa es que las apuestas tienen que hacerse con lógica, y la apuesta es que el Bierzo tiene que estar ahí, pero ordenándolo y siendo lo mejor para la gente de la comarca.

¿Hay plazos?, porque si por el momento no se contemplan nuevas titulaciones...

No hay plazos. Los plazos al final están ajustados al presupuesto. Si al Bierzo se le da lo que en realidad necesita, hay que generar profesorado o equipamiento y eso requiere inversiones, que depende de los presupuestos disponibles. La apuesta la hay y Marín tiene cuatro años por delante, algo va a hacer.

En materia de internacionalización se lleva trabajando desde hace tiempo en la ULE. ¿Con qué miras ahora mismo y dónde se quiere llegar?

Se va a seguir por esa línea, porque hay que pensar que además del intercambio que se pueda producir, económicamente para la ciudad de León es muy interesante. Creo que hay mas sentido de ellos para aquí que al revés, somos menos dados a salir, en cambio ellos creo que vienen más. Hay una buena respuesta de la gente que viene para aquí. Al revés hay mas profesorado que ha ido a otros países a estudiar o prepararse, pero el propio alumno tiene el Erasmus, que funciona a nivel europeo y somos más partidarios.

Una de las principales preocupaciones de la sociedad actual es el empleo. ¿Cómo se puede mejorar la empleabilidad de los estudiantes?¿Y frenar el éxodo de jóvenes?

Ahí tenemos un compromiso muy importante el mundo empresarial, nos debemos de implicar mucho más. El modelo de la universidad americana es la implicación del mundo empresarial. Allí hay pública poco o casi nada, prácticamente es todo privado, y a un chaval con un expediente fenomenal o medianamente bueno, le siguen los cuatro años de carrera, se la pagan y esperan que luego lo devuelva, porque no se lo regalan, pero le moldean para que sea el mejor para que luego forme parte de la empresa. El mundo empresarial siempre es egoísta en ese sentido, pero le damos la proyección de que empresa y Universidad estén de la mano en muchas cosas, no son las prácticas que hacen los chavales en último curso de carrera, que están dos o tres meses y no hay una vinculación, y las prácticas son por compromiso. Veo aquí un gran defecto por parte del mundo empresarial, nos implicamos poco con la Universidad y solo queremos que nos den los chavales hechos, con el molde que yo quiero y no me hables de más, y creo que el camino no es ese, es la implicación.

Recientemente el Consejo de Cuentas proponía la supresión de una veintena de titulaciones de grado en Castilla y León por ser deficitarias y ofertarse en varios campus. En el caso de León se centra en el exceso en las ramas de Arte, Humanidades, Ingeniería y Arquitectura. ¿Cómo lo perciben y qué se va a hacer al respecto?

Creo que no hay una buena coordinación entre el Consejo de Cuentas y las Universidades, porque el otro día hablando con el rector me decía que algunos datos que había dado eran erróneos. Sí es cierto que hay titulaciones que van más justas en cuanto a alumnado. Determinadas carreras tienen mucha debilidad pero tampoco podemos quitar la oportunidad a las personas, aunque lo lógico es que se tenga aquello que en realidad se necesite y sea rentable, pero buscar ese punto de equilibrio va a ser complicado. A lo mejor a los chavales hay que orientarlos desde la Educación Secundaria para drigirles en un camino donde haya salida, porque la educación no solo es la Universidad. Los chavales tienen que empezar desde abajo con determinadas materias, y no solo ver lo que les puede gustar, sino también analizar el futuro profesional, y a lo mejor se puede compaginar, aun gustando, con otra titulación. Hay que hacer mucho también en el tema dual y es obligatorio que el chaval que estudie al mismo tiempo tenga unas prácticas y trabaje.

¿Cómo afectarán a los futuros universitarios las dudas que existen sobre la prueba de acceso a la universidad?¿Se está banalizando este aspecto?

La Universidad hay que nivelarla y para eso está algo que no hemos hecho nunca, que es la Formación Profesional, que es lo que es, y la Universidad debería buscar un determinado nivel de acceso. Para eso hay que hacer algo, no sé si es un examen o un nivel de notas, pero hay que poner un baremo. ¿Cómo es posible que la sociedad española, con 40 años de democracia, no hayamos podido defender la educación, la unidad nacional?¿Cómo queremos la educación? Eso no es un problema ideológico, tiene que haber un modelo, y es una pena que no se defina un modelo de educación con o sin selectividad, pero lo que no puede ser es ser con cambios. Es una pena que no nos pongamos de acuerdo dentro de este tiempo que llevamos de democracia.