Burger King puja con McDonalds por quedarse con su restaurante de comida rápida en Papalaguinda

A cara de perro se enfrentan en León capital las dos grandes multinacionales de la comida rápida, McDonalds y Burger King, por conseguir quedarse para los próximos 30 años la gestión del establecimiento que la primera lleva regentando en el Paseo de Papalaguinda un cuarto de siglo, y cuya concesión pública expira ahora.

El Ayuntamiento de León mantiene abierta y en proceso avanzado la subasta pública para una nueva contratación de la concesión demanial del terreno, de propiedad municipal, entre el río Bernesga y la avenida de la Facultad. En el plazo de presentación de ofertas han sido sólo dos las que han sido formalizadas: como era de esperar, la de la compañía Restaurantes McDonalds SA, que aspira así a revalidar su anterior contrato; pero también la firma Burger King Spain SLU.

La firma original de Miami y la de Chicago se enfrentan así en este concurso público que según las bases se mantenía para “explotación de actividad privada de restauración (cafetería-restaurante)” y que llevará la próxima concesión hasta el año 2054, salvo sorpresas, ya que sale por 25 años más otros cinco de prórroga.

El precio de salida de las ofertas partía de un canon 60.000 euros al año a pagar al Ayuntamiento de León por esa cesión del terreno para el restaurante, una cuantía de casi el doble de lo que McDonalds venía asumiendo, ya que la cuantía a ingresar desde que en 2018 expiró el primer plazo de vencimiento se elevaba a 31.040 euros anuales. A cambio, aquel año se aprobó por parte del Gobierno municipal, entonces del Partido Popular, una renovación por siete años más a favor de la cadena multinacional de restaurantes a cambio de inversiones por valor de 150.000 euros y un aumento de la plantilla contratada.

Por su parte, Burger King, que este pasado mes de abril abría en la avenida Antibióticos, 4, de la capital su quinto restaurante de franquicia, quiere intentar quedarse con un sexto, aprovechando que los pliegos municipales recogen que los licitadores “podrán presentar un proyecto para ocupar la parcela y, bien aprovechar el edificio existente” que ya había levantado McDonalds “o proponer el desmontaje y construcción de otro nuevo”. Aunque parece evidente que la estructura del restaurante actual al final permanecería, en manos de quien al final sea el mejor puntuado por el Ayuntamiento dentro de este proceso.