El abusado por el cura pederasta en La Bañeza ataca al obispo de Astorga por acusarle de chantaje

C.J. Domínguez

El escabroso asunto de los abusos sexuales protagonizados por el cura José Manuel Ramos Gordón en el Seminario de La Bañeza, reconocidos por la Iglesia católica española con la reciente 'condena' a diez años de retiro eclesiático, está sufriendo una escalada aún mayor de tensión que ahora enfrenta al obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez, con el denunciante principal de aquellos hechos ocurridos cuando éste contaba apenas diez años, la misma persona que con sus cartas directas al Papa Francisco ha conseguido mantener vivo, al menos eclesiásticamente, un asunto más que prescrito ya para la Justicia ordinaria.

El último episodio de esa tensión se ha producido hoy, a raíz de que el máximo responsable de la Diócesis de Astorga haya protagonizado esta entrevista en la cadena radiofónica de la Conferencia Episcopal, la Cope, y en la que a preguntas de Carlos Herrera haya aireado un presunto 'chantaje' económico del que acusa a la víctima de aquellos episodios de abuso sexual, en concreto cifrado en 300.000 euros.

“La víctima quiso entrevistarse conmigo y me pidió 300.000 euros fuera del proceso como resarcimiento”, relató para toda España el prelado astorgano, añadiendo que “yo le dije que eso no podía hacerlo fuera del procedimiento. Y entonces anunció que haría público el caso. De ahí surgieron otros casos, por lo que pedí una investigación exhaustiva de lo que había pasado en esos colegios. Por tanto, no encubrí a nadie”.

“Muy fuerte que ataque a las víctimas en vez de repararlas”

El afectado ha contactado con iLeon, a raíz de conocer esa noticia, para atacar con dureza al obispo y sus declaraciones, las cuales considera “una ofensa muy grande precisamente a quien es la víctima” de toda esta situación. Por eso, le exige “que presente pruebas de esas difamaciones o le voy a poner una querella”, amenaza, al tiempo que le pide “que rectifique públicamente”. Y es que considera que “es muy fuerte que se dedique a atacar a las víctimas en vez de repararlas y escucharlas”.

Por este tipo de actitudes y lo que considera que es responsabilidad última del propio obispo, a pesar de que accedió al cargo hace sólo tres años, esta víctima de los abusos considera “un escándalo que este señor esté al frente de la comisión” nacional creada por la Conferencia Episcopal para actualizar los protocolos eclesiásticos ante casos de abuso sexual y pederastia en el seno de la iglesia católica en España. “Yo en todos estos años jamás he faltado el respeto a nadie, pero (el obispo) es un sinvergüenza, es un demonio, y le tendrían que expulsar como el Vaticano ha hecho con los obispos de Chile”.

Esta persona, conocedora de la publicación este mismo fin de semana de algunos extractos de su conversacion y la de su propia esposa con el obispo de Astorga, matiza que “yo siempre he defendido que mi infancia, mi niñez y mi vida no pueden tener precio” o, como lo escribió en una de sus misivas al propio Papa, “no he buscado ni dinero, ni fama ni perdones”.

Por eso, defiende que “fueron ellos los que me ofrecieron dinero, 50.000 euros, yo jamás”, y recuerda que por otro lado “el derecho canónico recoge la reparación” del daño causado. “Pero vamos, yo siempre he tenido claro que esto lo iba a sacar (se refiere a denunciar públicamente) sí o sí”.