Un recuerdo de sus compañeros
Por ello, desde la Escuela de Ingenierías han querido recordarle a través de las palabras de quienes mejor le conocían y compartieron con él tantas horas de trabajo y vida. Seguro que quiénes le conocieron saben quiénes dedican estas palabras.
“Hola Gonzalo, ¡Cuánto te vamos a echar de menos! En el barril con tu café con leche (en vaso largo de cristal, por supuesto) o tu cañón de cerveza, discutiendo sobre cualquier tema, vehementemente, o comentando una peli (”buenas, que venía a hablarle de Dostoievski…“) o intentando poner nombres nuevos a las asignaturas nuevas (Cálculo Avanzado de Construcciones Arquitectónicas, CACA o, Patologías Industriales y Sostenibilidad, PIS). No colaron. O comentando el último libro que habías leído. (Eso todos los días, porque siempre estabas leyendo).
O cuando te dio por hacer esgrima. Tuvimos que indicarte donde se compraban los chándales y las zapatillas de deporte (Entendible, acostumbrado a tus Levis, Panana o Ray Ban). La práctica no sé cómo se te daba, pero de lo que sí estoy seguro es de que no había nadie que supiese tanta teoría como tú. Así eras, ávido lector, estudioso, enfrascado en aprender, en saber, para luego transmitir. Sin duda uno de los mejores profesores que ha tenido esta Escuela. Para entender bien la elasticidad, “lo que necesitas es a Mohr”.
Han sido muchos buenos años a tu lado, compartiendo despacho, en reuniones de área, en consejos de departamento (alguno muy, muy acalorado), en comidas, en celebraciones, en cursos, en viajes (cuando decidimos quedarnos a pernoctar en Ponferrada después de ver como el tapacubos de tu Lancia nos adelantaba por la derecha), en tertulias mano a mano a la hora del vino…, en fin, compartiendo parte de nuestras vidas.
¡Cuánto te vamos a echar de menos!
El área de Mecánica de Medios Continuos y Teoría de Estructuras de la Universidad de León y no Mecánica de los Medios Continuos y Teoría de Estructuras, que hasta en eso eras detallista y riguroso.“