Una investigación liderada por la Universidad de León (ULE) en la que participan los investigadores David Gonzalez Campelo, María Fernández Raga, Ignacio Guerra Romero, en colaboración con José González-Domínguez, científico del Instituto de Carboquímica del CSIC, y Álvaro Gómez-Gutiérrez, de la Universidad de Extremadura, ha logrado demostrar una eficacia excepcional del óxido de grafeno como agente protector de rocas ornamentales del patrimonio cultural de piedra frente a las inclemencias meteorológicas.
El trabajo acaba de ser publicado en la revista 'Advanced Material Interfaces' bajo el título 'Extraordinary Protective Efficacy of Graphene Oxide over the Stone-Based Cultural Heritage'.
La gran mayoría de los monumentos y edificios arqueológicos que integran el patrimonio histórico y cultural europeo se han construido sobre piedra caliza y dolomita, materiales fáciles de extraer, cortar en bloques, tallar y esculpir, y que permitieron la construcción durante siglos grandes monumentos.
Sin embargo, estos materiales también encierran una vulnerabilidad a daños físicos y químicos al estar expuestos a severas condiciones ambientales como calor, frío y lluvia y que llevan a la erosión de sus estructuras.
“Luchar contra este desgaste climático requiere un gasto económico constante, ya que aún no existe una solución que ofrezca protección a largo plazo. Además, es fundamental que dichos tratamientos protectores no alteren en modo alguno la estética y funcionalidad de nuestro patrimonio, limitando la posibilidad de encontrar un protector adecuado, por lo que el único camino a seguir hasta ahora es confiar en la restauración”, explican los investigadores. Una restauración y limpieza de calizas y dolomías que, además, no tiene efectos duraderos, y requiere inversiones de dinero.
Ante esa acción combinada de precipitaciones intensas y temperaturas extremas que provoca el deterioro de las rocas que conforman gran parte de nuestro patrimonio histórico-artístico, principalmente las rocas ornamentales carbonatadas, los investigadores trataron de estudiar un tratamiento efectivo frente al debilitamiento y pérdida de material pétreo.
“Hasta la fecha no existía ningún agente protector efectivo y perdurable, y el estudio muestra cómo una dispersión acuosa de óxido de grafeno protege las rocas ornamentales frente a la erosión en condiciones de simulación climática, y además, la aplicación de esta dispersión resulta económica y no altera el aspecto de las rocas, lo cual es fundamental para preservar la identidad de cada monumento y la percepción que tenemos de nuestro patrimonio”, concluyen.