El Aula Magna San Isidoro de la Universidad de León, ULE, acogió este viernes tarde el solemne acto académico de investidura como doctores honoris causa de Luis Bascuñán Herrera, Rodrigo Bercovitz Rodríguez-Cano y Amable Liñán Martínez.
Bascuñán, licenciado en Veterinaria y director general de los Laboratorios Syva, subrayó el “gran honor” que le supone recibir “tan alta distinción, en mi casa, porque justamente aquí cursé mis estudios. He decicado parte de mi carrera profesional a apoyar lo que he podido a esa Facultad y a la Universidad de León y es una gran satisfacción recibir este reconocimiento”.
El catedrático de Derecho Civil en la Universidad Autónoma de Madrid, Rodrigo Bercovitz, dejó patente su satisfacción por el nombramiento “y cierto embarazo porque no sería ninguna injusticia si no me hubieran nombrado y el único orgullo que puedo tener es que los amigos civilistas que impulsaron mi candidatura pensaron que al menos como candidato era presentable”. También quiso aludir a la importancia de la Universidad de León, que tiene “peso específico y lo digo con conocimiento de causa” y dijo sentirse “muy vinculado al Derecho Civil que se cultiva en esta Universidad porque casi todos los profesores son discípulos míos y estoy muy orgulloso porque he dejado herederos muy superiores a mí”.
Por su parte, Amable Liñán, catedrático de Ingeniería Aeronáutica de la Universidad Politécnica de Madrid, afirmó que recibe un honor que “aprecio muy especialmente porque viene de una Universidad que nació apoyada en unas facultades con un prestigio muy bien merecido por su actividad docente e investigadora que luego ha acrecentado con su labor y atrayendo a profesores y alumnos excelentes”. La ULE, añadió, “introdujo la titulación de Ingeniería Aeronáutica, que ha sido la base de mi actividad docente e investigadora en un momento en que tiene prestigio y capacidad”. “Me gustaría aprovechar esta ocasión para apoyar al profesorado y la titulación para que siga de la mejor manera posible”, añadió.
Carlos S. Campillo / ICAL Investidura como Doctores Honoris Causa por la Universidad de León de Luis Bascuñán Herrera (2I), Rodrigo Bercovitz (C) y Amable Liñán (D)
Los padrinos de cada uno de los nuevos Honoris Causa han desgranado en sus respectivos discursos las cualidades y razones merecedoras de la concesión de este título. Así, el profesor César Chamorro ha destacado de Luis Bascuñán la enorme actividad científica desarrollada desde los departamentos de Laboratorios Syva, empresa que dirige desde hace 30 años. “Para entender la trascendencia del papel desarrolado por Bascuñán basta con plantearse eliminar la actividad y sus decisiones, para darse cuenta que muchos de los resultados científicos, sanitarios y farmacológicos no habrían sido posibles”. También se ha referido a la implantación del prestigioso premio Syva-Universidad de León que valora y reconoce la mejor producción científica de numerosos investigadores en el ámbito de la Sanidad Animal y ha incidido en el gran aporte socioeconómico que supone para la sociedad leonesa y española la empresa Syva. En respuesta, Luis Bascuñán ha ofrecido un discurso recordando la importancia de “la industria química y farmacéutica en nuestra país”, una reflexión que ha complementado con diversos datos científicos, de desarrollo de medicamentos veterinarios y de otros avances claves para la sanidad animal.
La profesora Helena Díez ha destacado en su discurso de elogio a Rodrigo Bercovitz la aportación investigadora en el ámbito del Derecho Civil. Y es que Bercovitz recordó minutos antes del inicio del acto académico de investidura que era una enorme satisfacción “comprobar que muchos de los profesores de Derecho Civil de esta universidad han sido discípulos míos”.
Julio Labarga ha ejercido de padrino de Amable Liñán de quien ha destacado sus grandes investigaciones en el proceso complejo de la combustión. “Me he asomado brevemente a sus publicaciones y he percibido un mundo complejo como es el abordar problemas de la mecánica de fluidos, cuando se requiere explicar un fenómeno en sus elementos más básicos, pues habrá de hacerse con formulaciones matemáticas atrevidas y también hermosas como las del profesor Liñán”.
Al acto de investidura, en el que el rector de la ULE, José Ángel Hermida, ejerció como anfitrión, asistió una nutrida representación de distintos ámbitos de la sociedad leonesa y varios representantes institucionales, entre ellos, el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Antonio Silván, el consejero de Educación, Cultura y Deporte de Cantabria, Miguel Ángel Serna, el alcalde de León, Emilio Gutiérrez, y el delegado territorial de la Junta, Guillermo García.
Crítica constructiva
Preguntados sobre el papel que puede ejercer el mundo académico frente a la situación actual de España y a la regeneración que reclama la sociedad, Rodrigo Bercovitz comentó que el papel de rebeldía y protesta que tuvo la Universidad durante el franquismo desapareció con la democracia pero añadió que “no tiene una voz específica o cantante pero es una voz más donde se une el mundo del saber con el mundo de la juventud, que tiene que ser rebelde, exigente, radical... qué duda cabe que desde la Universidad se puede manifestar una crítica con respecto a la situación que vive el país”.
El catedrático añadió que precisamente por tratarse del mundo de la cultura y del saber, la crítica que pueda salir de la institución “tiene la responsabilidad de no ser destructiva, no ser de lo que tenemos no vale nada, hagamos tabla rasa porque hay que desmantelar el sistema”. “Creo que esa línea crítica es muy negativa, muy poco razonable y que, consecuentemente, no debe ser alimentada desde la Universidad en la medida en que puede ser una crítica fácil de inyectar al mundo joven, al mundo de los estudiantes”, concluyó.
El listado de honoris causa de la ULE fue abierto en 1959 por José Ibáñez Martín y hasta 2014 tuvo su última incorporación en el año 2008, en la figura del presidente de la República de Portugal, Aníbal Antonio Cavaco Silva. El pasado mes de junio se invistió como doctores honoris causa a los académicos de la Real Academia Española (RAE) Víctor García de la Concha, José María Merino, Luis Mateo Díez y José Antonio Pascual. Hasta la fecha, todos los distinguidos con ese honor son hombres.